La NAACP fue fundada en 1909 para luchar contra el racismo contra los negros y hoy es la mayor y más antigua organización de derechos civiles de América. 

NAACP es el acrónimo de Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color. Los negros (“Black”) han sido llamados “personas de color” en varios episodios de la historia de los Estados Unidos, así como “Negros” y otros términos peyorativos que también empiezan con la letra “n”.

Curiosamente, esta organización asociada históricamente con personas de raza negra tuvo como primer vicepresidente de la sucursal de NAACP en el condado de Gloucester, en Nueva Jersey, a un originario de Puerto Rico que ha pasado la mayor parte de su vida en Filadelfia.

El activista veterano en cuestión, Wilfredo P. Rojas, no ve nada extraño en que un latino ocupe un puesto de liderazgo en una organización como la NAACP.  Rojas también ocupa un puesto directivo en la NAACP del estado de Nueva Jersey.

“No podemos dividirnos cuando tenemos luchas comunes”, dijo Rojas la semana pasada durante una entrevista en su casa de Mickleton, NJ, un pequeño pueblo con una población no blanca aún más pequeña, situado 20 millas al sur de Filadelfia.

“Trump ha dejado en claro que va a perseguir a todas las comunidades marginadas. La NAACP representa a todas las personas de color”.

La trayectoria profesional de Rojas abarca desde su membresía en la filial de Young Lords en Filadelfia a los más de 20 años de experiencia en el sistema penitenciario de Filadelfia, donde comenzó como trabajador social en 1987.

Como miembro de los Young Lords, se encargó de algunos detalles de seguridad durante la participación del fundador del Partido de las Panteras Negras, Huey Newton, en la Conferencia Nacional de Black Power en 1970, en Filadelfia.

Como empleado del sistema penitenciario de Filadelfia, Rojas se convirtió en el primer hombre latino en ser supervisor de trabajo social y creó la Oficina de Justicia y Divulgación Comunitaria del sistema penitenciario. Rojas se siente orgulloso de sus contribuciones al sistema penitenciario, que han servido para ayudar a aumentar la diversidad racial entre el personal de la cárcel y para alentar a los reclusos (negros, blancos, latinos, musulmanes, cristianos, judíos) a trabajar juntos.

Cuando era más joven, era el típico chico que me reía en la cara “del sistema”, reconoce Rojas. Pero a medida que crecía, me di cuenta que es posible cambiar las cosas desde dentro”, comenta. 

Mudarse a Nueva Jersey con su familia fue algo parecido a regresar a sus raíces. Rojas explicó que en la década de 1950 su padre viajaba todos los veranos de Puerto Rico a Swedesboro, NJ, como trabajador inmigrante, hasta que encontró un empleo  a tiempo completo en Filadelfia. Swedesboro es la ciudad vecina del municipio donde él reside ahora. 

Aunque ya está jubilado, Rojas no puso fin a su activismo cuando se mudó a South Jersey.

Gracias a sus conexiones más allá del color de piel o de las líneas partidistas, Rojas pudo conseguir el primer oficial de policía y bombero negro para su ciudad. La persona que ofició la toma de posesión de Rojas como directivo de la NAACP en el condado de Gloucester fue el alcalde republicano de su ciudad. Rojas se autodenomina un demócrata ‘independiente’.

“Para que tengamos impacto en South Jersey debemos estar involucrados con las comunidades locales”, dijo Rojas, admitiendo que ha experimentado el aguijón del prejuicio racial en South Jersey.

Rojas se define a sí mismo como un ADHD (en español,  TDAH) pero tiene su propia versión de lo que significan estas siglas:  Activo, Determinado, Útil y Desafiante.

“Necesitamos unidad”, dijo Rojas.