El lunes 29 de noviembre, un director regional de la Junta Nacional de Relaciones Laborales de Estados Unidos convocó una segunda elección sindical para los empleados de los almacenes de Amazon en una instalación de Bessemer, Alabama. 

Anunciado en abril, el resultado de las elecciones supuso una abrumadora derrota para el Sindicato de Minoristas, Mayoristas y Grandes Almacenes (RWDSU), con los trabajadores votando 1.798 contra 738 en contra de la sindicalización. 

Pero este resultado fue impugnado por los responsables del RWDSU, que insisten en que Amazon interfirió en el proceso electoral, entre otras cosas, instalando su propio buzón para recoger las papeletas. Los guardias de seguridad de Amazon tenían acceso al buzón, lo que dio a algunos trabajadores la impresión de que controlaba los resultados. 

En agosto, un funcionario de la audiencia de la NLRB dijo que la conducta de la empresa en torno a la votación anterior había obstruido la elección. 

"La decisión de hoy confirma lo que hemos estado diciendo todo el tiempo: que la intimidación y la interferencia de Amazon impidieron que los trabajadores tuvieran una opinión justa sobre si querían un sindicato en su lugar de trabajo", dijo el presidente del RWDSU, Stuart Appelbaum, en un comunicado. 

Amazon y el RWDSU ya han reiniciado sus campañas en previsión de unas segundas elecciones. La empresa ha obligado a miles de empleados a asistir a reuniones sobre los sindicatos y ha colocado carteles criticando a los sindicatos en los baños de las instalaciones, tácticas que también empleó antes de las primeras elecciones. 

La decisión de volver a votar se produce casi cuatro meses después de la recomendación de una funcionaria de la audiencia de la NLRB, Kerstin Meyers. Meyers, cuya presentación guió el fallo final, también apuntó a los esfuerzos de Amazon por conseguir que el Servicio Postal instalara un buzón frente al almacén porque podría haber dado a los trabajadores la impresión de que la empresa tenía un papel en la recogida y el recuento de los votos. 

En la decisión del lunes 28 de noviembre, la directora regional Lisa Henderson escribió que la cuestión era si el buzón alteraba los procedimientos electorales de la agencia "para dar la apariencia de una participación irregular e impropia" de Amazon. 

"La respuesta es un rotundo sí", escribió Henderson.

También criticó el razonamiento de Amazon de que el buzón hacía más conveniente la votación para los trabajadores, señalando que había "más de 49 sucursales postales con receptáculos seguros dentro de 20 millas del centro de distribución, además de los buzones residenciales disponibles para la mayoría de los empleados". 

Henderson había establecido las normas electorales anteriores y discrepó con la petición de Amazon de hacer la votación "más fácil", añadiendo que la empresa "ignoró el espíritu de mi directiva al requisar unilateralmente la instalación de un buzón postal." 

Meyers también consideró que el hecho de que Amazon presionara a los empleados para que mostraran la parafernalia antisindical que la empresa repartía era inapropiado porque "podría hacer que un empleado percibiera razonablemente que el Empleador estaba tratando de discernir su apoyo a, o en contra, del Sindicato". 

La decisión dice que Amazon y el sindicato tendrán que presentar posiciones por escrito sobre su "fecha, hora y método preferidos para la segunda elección". 

Amazon tiene hasta el 13 de diciembre para pedir al pleno de la NLRB que revise la decisión de Henderson. Incluso si la empresa busca esa revisión, la elección podría seguir adelante mientras la junta considera los argumentos de Amazon.

"Los trabajadores de Amazon merecen tener una voz en el trabajo, que sólo puede venir de un sindicato", dijo Appelbaum.