DACA sigue pendiendo de un hilo, y Trump no dará marcha atrás
Según informó el día martes a los medios, el presidente Trump no está dispuesto a cambiar sus términos en la negociación sobre el futuro de los inmigrantes al…
Tras finalizar el mes de enero con un cierre gubernamental, Trump sigue creyendo que la balanza se inclina hacia su lado. La presión ejercida sobre el Congreso – más específicamente, sobre los Demócratas – es su herramienta favorita y, con ella, la dosis de culpa que pretende atribuirle al único partido que se ha puesto del lado de los jóvenes indocumentados llegados al país en la infancia (Dreamers).
“Si tenemos que cerrar el gobierno porque los Demócratas no quieren seguridad ni cuidar de nuestro ejército, entonces ciérrenlo”, dijo Trump a los periodistas el pasado martes durante un panel sobre el orden público y la violencia pandillera en la Casa Blanca, según reportó la BBC.
Tan sólo horas antes, su jefe de gabinete, John Kelly, aseguró que el mandatario no contemplaba la posibilidad de extender la fecha límite (5 de marzo) dada al Congreso para sustituir el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, mejor conocido como DACA.
Asimismo, Kelly declaró que no apoyaría una dilación del lapso porque “ellos (el Congreso) sólo trabajan bajo presión”, pero que la decisión quedaba en manos del presidente.
Por su parte, un grupo de representantes llamado “Gang of Six” (La Pandilla de los Seis), ha esbozado varias propuestas bipartidistas, en colaboración con los senadores John McCain (R-Ariz.) y Chris Coons (D-Del.), según reportó POLITICO.
Sin embargo, para el jefe de gabinete, la propuesta del Presidente (de abrir la vía a la naturalización de los Dreamers a cambio de la aprobación de su paquete de medidas migratorias) “ha sido más que generosa”, cubriendo a los jóvenes inmigrantes “que tuvieron miedo de apuntarse (a la renovación temporal del programa) o que son demasiado vagos para levantar el culo y registrarse”.
“No puedo imaginar a hombres y mujeres de buena voluntad que le han rogado al presidente que solvente el problema de DACA, y que sea más generoso que sus cuatro pilares, no puedo imaginar que voten en contra de él”, dijo Kelly en la rueda de prensa en el Capitolio. “Es decir, esto es más de lo que podían imaginar”.
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Para esta administración, entonces, los mecanismos legales no sólo se basan en el vulgar trueque de la vida de 800.000 ciudadanos, sino de rogarle al presidente.
Y como “gesto de buena voluntad”, Kelly cerró sus declaraciones asegurando que los Dreamers “no serán prioridad de deportación” aún cuando el Congreso no llegue a un acuerdo. “Si eres un inmigrante ilegal en este país y obedeces la ley, no serás objeto de deportación”.
Finalmente, habrá que esperar para ver si los esfuerzos de los legisladores pueden dar con un resultado a pesar de la campaña de desprestigio de la Administración contra los inmigrantes.
Por los momentos, existe una cierta inclinación en la bancada republicana para poner el debate de los Dreamers en el centro del asunto.
La líder minoritaria en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo este miércoles que tanto ella como “un gran número de Demócratas se opondrán a un acuerdo de gastos para mantener el gobierno abierto al menos que se garantice un voto en la legislación de inmigración”, según reportó el Washington Post.
Para los legisladores, el temor inminente es que se apruebe un plan de gastos sin hallar una solución definitiva al programa DACA mientras se sigue aumentando el monto de la deuda nacional.
Si el Congreso no se pone de acuerdo, el gobierno reiniciará su cierre en la medianoche del día jueves.
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