¿Podemos gastar hasta el infinito y más allá? La pelea de Trump y Musk
El gasto público se ha convertido en el centro del debate sobre el futuro económico de Estados Unidos. Tienen razón Musk y Trump?
Desde hace varios años, la cuestión fiscal ocupa un lugar central en el debate sobre el futuro económico de Estados Unidos. Y, hay que reconocerlo, fue uno de los principales temas votados en el último proceso electoral que ganó Donald Trump.
De hecho, estaba claro que nombraría a Elons Musk, el polémico magnate, asesor para recortar el gasto público. Trump cumple su palabra y comienza ahora el debate en serio.
Por eso, Trump instó el miércoles a los legisladores republicanos a echar por tierra un acuerdo entre partidos para evitar un cierre del Gobierno estadounidense que se avecina a toda velocidad. Ante la inminente fecha límite del viernes por la noche para financiar las agencias federales, los líderes de los partidos en el Congreso habían acordado una "resolución continua" (CR) para mantener las luces encendidas hasta mediados de marzo y evitar tener que enviar a los trabajadores públicos a casa sin sueldo durante la Navidad.
Pero el compromiso fue puesto en la picota por numerosos republicanos, sobre todo por Elon Musk.
El consejero delegado de Tesla y SpaceX se ha convertido en una voz importante en la política estadounidense y acudió a su plataforma X con un aluvión de publicaciones -muchas de ellas inexactas- en las que denunciaba el gasto extra en el texto que disparaba los costes.
Trump tiene una enorme influencia sobre los republicanos y su intervención hace casi seguro que el proyecto de ley fracasará.
Sugiriendo que las concesiones a los demócratas en el texto eran "una traición a nuestro país", Trump pidió en una declaración conjunta con el vicepresidente electo, J.D. Vance, que los republicanos "SEAN INTELIGENTES y DUROS".
Trump y Vance dijeron que estarían en contra de cualquier paquete que no incluya una extensión del límite de endeudamiento federal, que el país está en camino de alcanzar justo cuando los republicanos tomen el control total del Congreso en enero.
La deuda federal actual es de 36,2 billones de dólares y el Congreso ha elevado el límite más de 100 veces para permitir al Gobierno cumplir sus compromisos de gasto. La próxima prórroga no formaba parte de las negociaciones del cierre y la demanda cogió por sorpresa a los legisladores.
El proyecto de ley incluye más de 100.000 millones de dólares en ayudas para catástrofes solicitadas por la Casa Blanca, 30.000 millones en ayudas para los agricultores, restricciones a la inversión en China y el primer aumento salarial para los legisladores desde 2009.
Pero los añadidos al paquete provocaron una rebelión en las filas republicanas, por lo que los líderes se habrían visto obligados a apoyarse en los votos demócratas, una táctica que hizo que el anterior presidente de la Cámara, Kevin McCarthy, fuera expulsado por su propio partido.
"Los republicanos tienen que dejar de jugar a la política con este acuerdo bipartidista o perjudicarán a los estadounidenses que trabajan duro y crearán inestabilidad en todo el país", dijo en un comunicado la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.
"El presidente electo Trump y el vicepresidente electo Vance ordenaron a los republicanos cerrar el gobierno y están amenazando con hacer precisamente eso".
Gasto escandaloso
Lo que está en juego en las negociaciones es especialmente importante para el sustituto de McCarthy, Mike Johnson, cuyo intento de mantener la presidencia de la Cámara en una votación en enero parece en peligro debido a la tormenta de críticas sobre la legislación.
La CR es necesaria porque ninguna de las dos cámaras ha sido capaz de ponerse de acuerdo sobre los presupuestos de los distintos departamentos para todo el ejercicio fiscal 2025, que comenzó el 1 de octubre.
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Los departamentos y servicios gubernamentales, desde los parques nacionales hasta el control de fronteras, empezarán a cerrar el sábado a menos que se llegue a un acuerdo.
Decenas de republicanos en la Cámara -donde tienen una mayoría muy ajustada y solo pueden perder tres miembros en votaciones partidistas- parecen dispuestos a oponerse al proyecto si sobrevive a la intervención de Trump.
Los republicanos de base suelen oponerse a los acuerdos temporales de financiación porque mantienen los niveles de gasto estáticos en lugar de introducir recortes y están invariablemente repletos de "carne de cerdo", es decir, gastos adicionales metidos con calzador sin el debido debate.
Antes de que Trump se pronunciara, Musk había enviado más de dos docenas de mensajes atacando el texto.
"Este proyecto de ley no debería aprobarse", decía en un mensaje, antes de publicar una foto de las 1.547 páginas apiladas y preguntar: "¿Has visto alguna vez un trozo de cerdo más grande?".
También calificó de "criminal" la inclusión de fondos para un programa del Departamento de Estado contra la propaganda extranjera, que tachó de "operación de censura".
Y dijo que cualquier legislador que vote a favor del "escandaloso proyecto de ley de gastos merece ser expulsado en 2 años".
Musk no tiene conocimientos ni experiencia en la financiación de la Administración y muchas de sus afirmaciones estaban fuera de lugar, como que un cierre no perjudicaría al país y que el aumento salarial de los legisladores sería del 40%. La cifra real es inferior al 4%.
También amplió las falsas afirmaciones de que el proyecto de ley pagaba un nuevo estadio de fútbol en Washington y que financiaría "laboratorios de armas biológicas".
Un cierre de cinco semanas entre 2018 y 2019 contrajo la economía en unos 3.000 millones de dólares, según la Oficina Presupuestaria del Congreso.
Con información de Agence France-Presse
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