El futuro del oleoducto de Dakota está en las manos de Nebraska
Los reguladores de Nebraska escucharán los argumentos finales en el caso del oleoducto propuesto por TransCanada Corp, mejor conocido como el Keystone XL, para…
El complicado caso del oleoducto de Dakota, el Keystone XL, llega a sus momentos decisivos. Tras cinco meses desde que el gobierno estadounidense aprobara el proyecto, la decisión queda en manos de las audiencias públicas que se celebrarán en Lincoln, Nebraska, para evaluar los pro y los contras de un proyecto tan conflictivo.
Si bien la compañía TransCanada ha recibido la autorización tanto del gobierno estadounidense como del canadiense, requiere de igual manera las licencias emitidas por los tres estados que el oleoducto atravesará. Tanto Montana como Dakota del sur han aprobado la ruta, y la decisión queda ahora en manos del último estado: Nebraska.
La lucha por un plan de transporte de crudo ha tenido sus altos y bajos. Desde que se hiciera público el proyecto, en el 2008, activistas medioambientales y representantes nativos americanos, se han opuesto a la usurpación de territorios ancestrales y a comprometer reservas naturales, pero sus esfuerzos han sido en vano.
Según reportó la CBC News (Canadá), si Nebraska aprueba el oleoducto, TransCanada tendrá todos los permisos para proceder con la construcción de un conducto de 1.900 kilómetros que transportará 830.000 barriles de crudo al día desde Alberta hasta las refinerías americanas cerca de Houston, Texas. Para ello, la compañía ha asegurado haber conseguido “acuerdos con la gran mayoría de los dueños de tierras en la ruta de Nebraska, con más del 90% de las firmas y de los acuerdos de adquisición”.
Opositores y partidarios tendrán la oportunidad de participar en las audiencias públicas durante esta semana, y plantear sus argumentos, particularmente quienes consideran que los escapes de crudo podrán poner en riesgo un territorio que depende de la agricultura.
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Por su parte, los defensores del proyecto han asegurado que producirá “cientos de trabajos y millones de dólares en ganancias”, según reportó Reuters.
Este ha sido el argumento del presidente Trump a la hora de revertir la decisión del Presidente Barack Obama de suspender el proyecto por razones medioambientales; según el nuevo presidente, este proyecto “creará 28.000 puestos de trabajo a nivel nacional”, a pesar de que un estudio del Departamento de Estado publicado en el 2014 tan sólo preveía unos 3.900 trabajos en construcción y tan sólo 35 trabajos permanentes.
Lo que sí es innegable es que el nuevo oleoducto conectaría Alberta con el Golfo de México, lo que significa el ingreso de las reservas canadienses en el mercado internacional.
Las audiencias se llevarán a cabo el día viernes ante la Comisión de Servicios Públicos de Nebraska y se decidirá el futuro del proyecto.
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