A partir de este lunes 29 de noviembre ningún inmigrante indocumentado podrá ser deportado por no tener papeles de permanencia legal en Estados Unidos, de acuerdo con el reglamento publicado a finales de septiembre en el Registro Federal.

 

Los cambios fueron aprobados desde el pasado 30 de septiembre, pero se han hecho efectivos el día de hoy. Los esfuerzos de la administración Biden se concentrarán en deportar a los indocumentados que suponen una amenaza para la seguridad nacional, la seguridad pública y la seguridad fronteriza, además de quienes haya cruzado la frontera recientemente teniendo menos lazos en el país.

 

“El hecho de que un individuo sea indocumentado no debe ser por si solo la base para aplicar la ley en su contra”, dijo Alejandro Mayorkas, Secretario del Departamento de Seguridad Nacional e inmigrante que llegó al país siendo un niño proveniente de la isla de Cuba.

 

“¿Vamos a perder el tiempo deportando al trabajador agrícola que se rompe la espalda para recoger la fruta que luego comemos? Porque si perseguimos a ese individuo, estaremos desperdiciando recursos que podríamos usar en detener a alguien que sí representa un peligro para nuestra nación”, reflexionaba Mayorkas.

 

Con la puesta en marcha de esta nueva política, los detractores del gobierno de Biden quieren regresar a la política de “Tolerancia Cero”, implementada por el ex presidente Donald Trump, que separaba a los niños de sus padres que cruzaban ilegalmente al país. 

 

Hasta el momento estos son cambios en el procedimiento y no una modificación de la ley, que solo pudiera llegar a través de una aprobación en ambas cámaras del Congreso

La Administración que preside Joe Biden se centrará a partir de ahora en detener y deportar a aquellos indocumentados que "suponen una amenaza para la seguridad nacional", así como los que hayan cruzado recientemente la frontera y por tanto tengan menor arraigo en el país.

 

Para DHS, los indocumentados detenidos en la frontera después del 1 de noviembre del 2020 o que están indocumentados en el país y no demuestren que están en territorio estadounidense antes del 1 de noviembre del año pasado o tienen una orden de deportación vigente, están dentro de las prioridades de deportación.

 

Eso significa que, si los detienen o caen en manos de los agentes del servicio de inmigración o de policías que colaboran con la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (ICE), lo más probable es que el gobierno inicie un proceso de expulsión del país.