El Gobierno de Biden se dispone a permitir la entrada a Estados Unidos de la primera oleada de unos 25.000 solicitantes de asilo con casos activos en el programa "Permanecer en México" el 19 de febrero, apenas unos días después de la "helada de Texas", de los cortes de electricidad y de las condiciones meteorológicas que muchos de los migrantes que actualmente esperan en el norte de México nunca habían experimentado.

En la mañana del 15 de febrero, las temperaturas eran de 20 grados. Después llegaron a los diez, mientras los vientos fríos azotaban la región. 

Los medios de comunicación locales informaron de que los voluntarios empezaron a distribuir chaquetas y ropa de invierno, junto con lonas para resguardarse de las duras condiciones que los inmigrantes -en su mayoría procedentes de El Salvador, Honduras y Guatemala- desconocen. 

Más de 1.000 migrantes que viven en un campamento de refugiados en la ciudad norteña mexicana de Matamoros, Tamaulipas, quedaron en condiciones de congelación. 

El campamento, informan las fuentes, es uno de los muchos vestigios que perduran de las políticas de inmigración del predecesor de Biden, conocidas como los Protocolos de Protección de la Migración (MPP), en los que los que esperan el asilo se ven obligados a esperar al otro lado de la frontera para las audiencias de inmigración. 

Antes de que se aplicara el MPP, las personas que buscaban refugio legalmente podían esperar a que se revisaran sus casos en Estados Unidos. En cambio, deben acampar mientras el clima helado golpea sus campamentos a pocos días de la entrada a Estados Unidos, lo que pone en primer plano cómo las políticas antiinmigración de la era de Trump continúan afectando negativamente a los migrantes, incluso en la cuenta regresiva final. 

Las hogueras se apagaron debido a las condiciones meteorológicas, y los cortes de electricidad que se han generalizado en Texas también han afectado a estados del norte de México como Chihuahua y Tamaulipas, informó el Tampa Bay Times. 

La mayoría de los migrantes en los campamentos de congelación son solicitantes de asilo que han estado viviendo en la frontera, junto al Río Grande, durante al menos un año. Las audiencias judiciales para los inscritos en "Permanecer en México" se han suspendido desde junio debido a la pandemia.

Aunque el Gobierno de Biden puso fin al programa MPP en su primer día en el cargo, tiene previsto empezar despacio. Tiene previsto comenzar con sólo dos cruces fronterizos, cada uno de los cuales procesará hasta 300 personas al día. 

"Como ha dejado claro el presidente Biden, el gobierno de EE.UU. se ha comprometido a reconstruir un sistema de inmigración seguro, ordenado y humano", dijo el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, en una rueda de prensa. "Esta última acción es otro paso en nuestro compromiso de reformar las políticas de inmigración que no se alinean con los valores de nuestra nación".

Aun así, miles de personas se quedaron en condiciones de congelación. No es del todo culpa de la actual administración, pero los restos duraderos de la presidencia de Trump, y las décadas de política antiinmigrante antes de él, permanecen intactos.

Biden ha prometido una amplia reforma migratoria, pero el inicio de su administración se enfrenta a las perspectivas de aplicar las políticas "arrolladoras" de los progresistas, colaborando con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, y al temor de que los migrantes aumenten su número en la frontera.

Se trata de una cuestión humanitaria que tardará más de una administración en arreglar, pero tal vez sea prometedor que, a casi un mes de la presidencia de Biden, se rescaten políticas como la de "Permanecer en México" y la igualmente discriminatoria "Prohibición Musulmana".