El Océano Pacífico, concretamente el estado mexicano de Baja California que limita con el estado estadounidense de California, es un paisaje que abarca playas y montañas en el Océano Pacífico y el Golfo de California. Se convierte en una gran atracción turística al acercarse a la ciudad de Tijuana, México. 

Aunque es conocido por su pesca y sus hermosas playas de arena, en los últimos tiempos se ha convertido en una forma de entrar en EE.UU. fuera de los cruces fronterizos tradicionales a lo largo de la frontera sur, donde se centra la mayor parte de la atención nacional en relación con el tema de los migrantes y la frontera. A pesar de los peligros del océano, son más los que optan por entrar en Estados Unidos por mar que por tierra con la ayuda de pescadores reclutados por las redes de traficantes. 

El enorme peligro tiene una remuneración lucrativa para esos pescadores, pero también riesgos que pueden superar los incentivos, ya que utilizan sus propios barcos de pesca para transportar a los migrantes con los peligros del océano, así como los guardacostas que recorren el Pacífico en su busca. 

A pesar de ello, es un negocio que probablemente nunca acabará. 

Los barcos de pesca utilizados para transportar a los migrantes sólo pueden albergar a seis personas a la vez, pero a menudo llevan entre 15 y 30 migrantes mientras intentan navegar por las aguas de noche. Con la cantidad de personas a bordo, el enorme peso puede averiar los motores y hacer que la embarcación quede a la deriva, a merced del agua y de los guardacostas. 

Muchos han muerto al intentar rodear a nado el Muro de la Tortilla, una frontera de 14 millas a lo largo de la valla fronteriza de Estados Unidos en San Diego que se extiende hasta el Océano Pacífico. Algunos han intentado incluso cruzar con motos acuáticas, pero el ahogamiento es una amenaza persistente. 

Además del tráfico de migrantes, también es un centro popular para el tráfico de drogas. Según José María Ramos, investigador y profesor especializado en cruces fronterizos de El Colegio de la Frontera Norte, "sólo el traslado de migrantes mexicanos por parte de los traficantes de personas asciende a 1.648.000 millones de dólares", dijo Ramos, citando al Banco Mundial. 

Migrar por mar es significativamente más caro que cruzar por tierra, ya que los migrantes tienen que pagar entre 15.000 y 17.000 dólares sin la garantía de llegar siquiera a tierra firme. 

La mayoría de los transportistas pagan una media de 1.000 dólares por migrante, por lo que para un barco de 20 personas es una gran recompensa por un trabajo peligroso, pero el riesgo de caer en la cárcel y perderlo todo es una preocupación constante. Sin embargo, según Date México, los pescadores sólo ganan una media de 685 dólares al mes en México, lo que hace que los riesgos del tráfico merezcan la pena para ganar un dinero que cambia la vida en un solo viaje. 

A pesar de la mayor presencia de la Guardia Costera y la Protección Fronteriza en el agua, los naufragios y los vuelcos son frecuentes. Alejandro Rentería, supervisor de Aduanas y Protecciones Fronterizas de San Diego, dijo que "el mar es una de las formas más peligrosas de cruzar a Estados Unidos... Los barcos de pesca están hechos para cinco personas y pescado, y ahora van de 15 a 20 personas, y es muy fácil que vuelquen". 

Según un informe titulado "The Sea Inside: Migrantes y naufragios en el mar", elaborado por la Organización Internacional para las Migraciones, examina el proceso de los migrantes que intentan hacer el viaje por mar a través de la identificación de algunos de los puntos de entrada y de ciertas ciudades para poder coger un barco hacia Estados Unidos. 

También expone algunos problemas potenciales a los que podrían enfrentarse los migrantes en su camino, entre los que se incluye el riesgo de ser reclutados por traficantes en el Golfo de México para transportar drogas o cometer otras actividades ilegales. 

Según las cifras, el número de aprehensiones de embarcaciones y migrantes en el área de San Diego ha aumentado en más de un 109% en comparación con 2021. Un informe publicado por el Instituto de Política Migratoria el pasado mes de mayo, también reveló que la Guardia Costera descubrió que el número de migrantes que intentaron o lograron entrar a Estados Unidos a través de las aguas del Pacífico y el Atlántico fue de 14,500 en el año fiscal 2021, comparado con 7,600 en 2020. 

No se trata sólo de mexicanos, sino también de centroamericanos que se abren paso, así como de haitianos y cubanos del Caribe. Con el aumento del número de migrantes en general, no hay mucho que se pueda hacer para detener completamente la migración. Los que son atrapados, sólo lo hacen de nuevo.