LIVE STREAMING
Ben Carson cortesía de: Wikimedia.

#LosEsclavosNoSonInmigrantes El por qué Ben Carson está equivocado

“De eso trata América, una tierra de sueños y oportunidades”, dijo Carson. “Hubo otros inmigrantes que vinieron aquí en el fondo de barcos esclavistas, trabajaron por mucho más tiempo, más arduamente y por mucho menos. Pero ellos también tuvieron el sueño de que algún día, sus hijos, hijas, nietos, nietas, bisnietos y bisnietas pudieran ser prósperos y conseguir la felicidad en esta tierra”.

MÁS EN ESTA SECCIÓN

Musk y el recorte de gasto

¡Misil intercontinental!

EEUU Prohíben Viajes

Impuestos para los más ricos

Rusia: tensiones nucleares

Las "inundaciones del siglo"

El bitcoin toca nuevo techo

Biodiversidad, bajo amenaza

COMPARTA ESTE CONTENIDO:

“De eso trata América, una tierra de sueños y oportunidades”, dijo Carson. “Hubo otros inmigrantes que vinieron aquí en el fondo de barcos esclavistas, trabajaron por mucho más tiempo, más arduamente y por mucho menos. Pero ellos también tuvieron el sueño de que algún día, sus hijos, hijas, nietos, nietas, bisnietos y bisnietas pudieran ser prósperos y conseguir la felicidad en esta tierra”.

Estas son las palabras de Ben Carson, Secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano, cuando ofreció los detalles de su política durante su primer discurso oficial frente a los empleados el día lunes. Y si bien ha habido una respuesta colectiva de indignación por parte grupos liberales a nivel nacional, especialmente del NAACP y el ACLU, falta algo fundamental en la conversación: el reconocimiento de aquellos que ahora clasifican como inmigrantes, cuyos ancestros fueron transportados a las Américas como esclavos.

Los Afro-Latinos, forzados a identificarse en el sistema de estructura racial creado por Los Estados Unidos en las comunidades en las que viven, son la respuesta exacta a las originales declaraciones de Ben Carson en las que las experiencias de los esclavos e inmigrantes pueden ser iguales y en realidad no lo son.

De hecho, la historia de muchos en los Estados Unidos, en particular la de los Afro-Latinos, manifiesta que estas experiencias pueden combinarse y separarse dentro de las mismas familias y en las mismas experiencias, en una nación que se aferra a la identificación racial estricta.

Quien se ve clasificado como “negro” o incluso Latino en los Estados Unidos suele ser al azar y de manera tan simplista que muchos se pierden en el camino. Y la implementación de la “regla de una gota” donde los esclavos eran todos considerados negros sin importar su color o proveniencia, con tal de que contaran con un miembro de color en sus generaciones previas, es tan sólo un ejemplo del enraizado sistema racial de América.

Datos ofrecidos por el Gilder Lehrman Institute of American History determina que “más del 90% de los africanos fueron esclavizados e importados al Caribe y a Sur América. Tan sólo un 6% de los cautivos fueron enviados directamente a la Norte América Británica”.

“Cuando se piensa en la esclavitud se piensa en los Estados Unidos, pero gran parte de ella se sucedió en el Caribe y la historia va mucho más atrás”, dice María E. Mills-Torres, educadora y miembro de la junta del Taller Puertorriqueño.

Y si bien los datos del instituto indican que el flujo de esclavos fue traído a las Américas, un cuarto de los africanos fue retenido en los Estados Unidos durante 1825. “Muchos de esos esclavos terminaron en la costa”, dice María E. Mills-Torres.

“La esclavitud en los Estados Unidos era distintiva en el equilibrio de sexos y en la capacidad de la población esclava de aumentar por reproducción natural. A diferencia de cualquier otra sociedad esclava, los Estados Unidos tenía una tasa de crecimiento natural alta y sustentable dentro de la población esclava y se mantuvo así durante un siglo y medio”.

Grandes plantaciones y un récord de tasa reproductiva en los Estados Unidos conllevó a un boom en la esclavitud, mientras la alta tasa de muerte en el Caribe y en Latinoamérica derivó en un decrecimiento importante y en una necesidad constante de más esclavos a modo de reemplazo, de acuerdo con el instituto.

Pero la población negra en Latinoamérica seguía viva y mientras la idea del mestizaje aún permeaba el Caribe, una vez en territorio norteamericano, los Latinos se ven forzados a identificarse inmediatamente con las líneas de color que el país ha mantenido durante centurias.

“Así que para nosotros, quienes son Afro-Latinos o Afro-Boricua son quienes escuchan ‘Tú no puedes ser Latino. No hay negros en Latinoamérica. Todos están mezclados’”, dice el historiador Héctor Bonilla.

Los miles de personas que se identifican como Afro-Latino, esos que, si su origen son los Estados Unidos durante la esclavitud o Jim Crow serían clasificados como negros, son precisamente la intersección de esas experiencias.

“En Latinoamérica la raza aún es un tabú. La idea es que, debido a que todos están mezclados, no existe el racismo. Las personas también se han mezclado en los Estados Unidos”, dice María E. Mills-Torres.

Carson reconoció sus declaraciones durante la noche del mismo Lunes en una publicación de Facebook en su página personal, escribiendo que los inmigrantes y esclavos vivieron “dos experiencias completamente diferentes”, pero como estos historiadores dicen, esas experiencias pueden interrelacionarse de maneras frecuentemente ignoradas.

Carson prosiguió diciendo: “los esclavos fueron arrancados de sus familias y de sus hogares y obligados en contra de su voluntad tras ser vendidos como mano de trabajo por los comerciantes de esclavos”, escribió. “Los inmigrantes tomaron la decisión de venir a América. Ellos vieron este país como la tierra de las oportunidades. Por el contrario, los esclavos fueron obligados a venir perdiendo toda oportunidad. Continuaremos viviendo con ese legado”.

De esta manera, mientras los espectadores pelean comparando las experiencias de los inmigrantes versus aquellas que vivieron los esclavos o los descendientes de los esclavos, el único grupo que sigue siendo ignorado es aquel que puede precisar el impacto de ambas experiencias en sus propias vidas.