Alex Saab, es un empresario colombiano que durante casi una década trabajó para el gobierno venezolano, primero como contratista en proyectos de vivienda y después participando en varios negocios con el gobierno de este país. En estos años, la riqueza de Saab aumentó exponencial y sospechosamente, tanto así que en 2019, el departamento de Justicia presentó cargos contra él y otro empresario colombiano, Álvaro Enrique Pulido, por lavado de dinero y fue incluido en la lista negra del Departamento del Tesoro junto a sus socios y familiares.

En 2020, Saab fue detenido en Cabo Verde, después de que la Interpol emitiera una circular roja en su contra, pues no solo era solicitado por el gobierno de Estados Unidos, sino por el de Colombia por lavado de dinero y enriquecimiento ilícito. 

Después de más de un año y una ardua lucha legal y diplomática que incluyó no solo a los gobiernos de EEUU y Cabo Verde, sino a los de Colombia, Venezuela, México, e incluso Rusia, Saab fue extraditado a EEUU este fin de semana, donde fue acusado formalmente de siete cargos de lavado de dinero y uno de conspiración para cometer el delito.  

Para Estados Unidos, Saab no solo se enriqueció ilícitamente, sino que sirvió de testaferro en varios negocios para los presidentes Hugo Chávez y Nicolás Maduro.

Para muchos analistas, la figura de Saab podría llegar a ser clave para el derrumbe del régimen venezolano, debido a su implicación en la trama corrupta que presuntamente ha sacado ilegalmente millones de dólares de Venezuela a través del sistema de control cambiario que funciona en el país.

En 2017, el portal de noticias armando.info comenzó una investigación que destapó los vínculos de Saab con una red de corrupción en el país y que lo involucraba en negocios millonarios que iban desde “la importación de alimentos, la construcción de módulos de gimnasios, la explotación de carbón, los camiones cisternas para paliar la escasez de agua y la triangulación de petróleo por gasolina iraní”, según El País de España.

De hecho, la acusación que originó su extradición, tiene que ver con  la creación de empresas fantasma para importar alimentos que hacían parte de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), que fue el programa creado por el gobierno venezolano para evitar el desabastecimiento luego de las sanciones económicas establecidas por Estados Unidos en 2015. En este negocio, de al menos $350 millones, también se habrían visto beneficiados los hijastros del presidente Maduro. 

Por eso, el gobierno venezolano ha encabezado la defensa del empresario, no solo dándole la nacionalidad venezolana, sino un cargo diplomático que lo protegía de ser detenido.

Durante los últimos meses, el gobierno de Venezuela emprendió una campaña a favor de Saab, aunque el colombiano siempre mantuvo un bajo perfil, de hecho hay pocas fotos suyas, hoy Caracas y otras ciudades están empapeladas con carteles con el hashtag #freealexsaab. 

Casi inmediatamente después de que se anunciara la extradición, el gobierno de Maduro envió a prisión a seis exdirectivos de Citgo, la filial estadounidense de PDVSA, que estaban en arresto domiciliario desde el año pasado por corrupción. Los directivos tienen nacionalidad venezolana y estadounidense. 

También se suspendieron las conversaciones entre el chavismo y la oposición que se estaban adelantando en México, que actúa como país garante. 

Además durante el fin de semana, las autoridades venezolanas allanaron la residencia de los padres del periodista Roberto Deniz, del portal armando.info, que fue el primer medio en investigar la trama de corrupción que encabezaba Saab en Venezuela y que lo involucra en negocios por más de $3.000 millones.