WATCH LIVE

LIVE STREAMING
En alguna ocasión, Joe Biden, quien es católico, ha parafraseado al Pontífice. Así que cuando Francisco le telefoneó, fue el Presidente quien acabó felicitando al Papa. 
En alguna ocasión, Joe Biden, quien es católico, ha parafraseado al Pontífice. Así que cuando Francisco le telefoneó, fue el Presidente quien acabó felicitando al Papa. 

Prosigue el flujo de reconocimientos internacionales frente al bochorno de Trump

El Pontífice católico felicita telefónicamente al líder demócrata mientras que los funcionarios federales salen a defender el procedimiento electoral que…

MÁS EN ESTA SECCIÓN

Las "inundaciones del siglo"

El bitcoin toca nuevo techo

Biodiversidad, bajo amenaza

¡Un trumpista, de nuevo!

Israel ataca a Irán

El potencial de GAS de USA

¡Duro golpe a Hamás!

COMPARTA ESTE CONTENIDO:

El problema con los motines es que obligan al resto de agentes ha revelado su naturaleza y sus preferencias particulares. Algo similar le ha venido sucediendo al Gobierno de Estados Unidos durante esta última semana, conforme se declaraban dos capitanes a bordo el resto de pasajeros debían hacer sus movimientos y clarificar con qué versión de la legalidad preferían optar. 

Ayer les informamos de los distintos reportes de que los funcionarios leales a la administración republicana están siguiendo órdenes y reteniendo mensajes oficiales de reconocimiento internacional en el Departamento de Estado. Por ello el equipo demócrata se veía obligado a responder mediante vías más informales al resto de líderes mundiales. 

Hoy son los funcionarios federales encargados de las elecciones los que dan un paso al frente en forma de comité para recuperar la legitimidad que ha venido arrastrando por los suelos durante toda la semana Donald Trump, en un berrinche de amenazas a través de sus abogados, en el que negaban sus atrevidas declaraciones sobre 2,7 millones de votos eliminados aclarando que “no hay ningún tipo de evidencia de que ningún voto haya sido perdido o borrado, ni tan siquiera modificado o comprometido en ninguna de sus formas”. 

Este jueves el Consejo Coordinador de la Infraestructura Electoral, compuesto con funcionarios de diversos departamentos dedicados a la seguridad interna, dieron un paso al frente según informa la BBC negando así las diversas y estrambóticas reclamaciones de fraude: “Las elecciones del tres de noviembre han sido las más seguras de la historia americana. Ahora mismo hay oficiales repasando y comprobando el procedimiento entero antes de finalizar los resultados”.

Por todo ello no es de extrañar que el mismo día Joe Biden, en una rueda de prensa en la que defendió la reforma sanitaria de Barack Obama, aprovechara para afirmar que la posición de Donald Trump resulta “bochornosa”. Y claro, parece que razón no le falta cuando el resto de candidatos republicanos da un lento paso atrás, un gesto modesto, declarando que Joe Biden debería recibir los informes de inteligencia que se le están negando en esta fase del proyecto. 

Un tenue modo de hablar de victoria, según informa New York Times, por parte de los senadores republicanos John Thune de Dakota del Sur, Charles E. Grassley de Iowa o Lindsey Grama de Carolina del Sur, que se apresuran a recoger cable en el increíble gesto desestabilizador de Donald Trump. Lo dicho, los motines obligan a actuar a todos sus agentes. 

Mientras tanto, el capitán republicano prosigue con sus impredecibles movimientos de ciega negación. Por un lado ha anunciado repentinamente la destitución de Mark Esper en Twitter, Secretario de Defensa, quien en verano se opuso a enviar unidades militares para reprimir los disturbios por la muerte de George Floyd, para poner en su puesto a Christopher C. Miller, el director del Centro Nacional de Contraterrorismo. Por el otro lado, anuncia todavía más imposiciones a Irán, país cuya relación anda en el filo tras el asesinato del general Soleimani a inicios de años. 

Quien sí se suma a las llamadas internacionales de felicitación que ha recibido durante toda la semana el candidato demócrata es el Papa Francisco. Este reconocimiento cobra más importancia que en ocasiones anteriores al ser Biden un ferviente católico, el segundo en ocupar el puesto, cuya política familiar es muy similar. En alguna que otra ocasión el nuevo Presidente ha parafraseado al pontífice, por lo que no es de extrañar que fuera finalmente el líder estadounidense quien acabara felicitando al papa por su labor “promoviendo la paz, la reconciliación y los lazos que comparte la humanidad en todo el globo”.