Si habían quedado dudas sobre la verdadera intención de la reforma fiscal republicana, el presidente las despejó entre brindis y risas durante su cena de Navidad el pasado viernes.

Inaugurando su fin de semana festivo en su propiedad de Mar-a-Lago, Donald Trump dijo a sus amigos “Todos ustedes se acaban de hacer más ricos”, haciendo referencia a la revisión fiscal que acababa de firmar en su despacho y que ha promulgado como una medida “para ayudar a la clase media”, rechazando fehacientemente los análisis y advertencias de los “noticieros falsos” que aseguran que la medida tan sólo pretende ayudar a los más ricos.

Varios comensales en su mesa confirmaron a CBS News las declaraciones del presidente hechas desde su “Casa Blanca de Invierno” en Florida (como le han apodado sus asistentes), que se ha transformado en su constante refugio durante su primer año de gobierno; un club privado cuya inscripción ronda los 200.000 dólares anuales más 14.000 en mantenimiento por cada persona que desee ver a su presidente disfrutar de los lujos que le permiten mantener sus nuevos recortes fiscales.

El día sábado, la Casa Blanca respondió a los cuestionamientos sobre las declaraciones presidenciales reiterando que la reforma fiscal era “en beneficio a la clase media”, pero el comentario de Trump pareciera reforzar las estimaciones de todo el mundo sobre el “desproporcional beneficio” que implicará para los “estadounidenses más pudientes”.

El senador independiente Bernie Sanders fue uno de los primeros en responder a los comentarios del presidente con lo que todos teníamos en mente: “por lo menos está diciendo la verdad sobre su ley fiscal”, escribió el ex candidato presidencial en Twitter.

En una entrevista con CNN, Sanders aseguró que, si bien los recortes fiscales para la clase media son “una buena medida”, deberían haber sido permanentes y no tener fecha de vencimiento. “Pero lo que los Republicanos hicieron fue recortar impuestos a las corporaciones de manera permanente, y hacer de los recortes a la clase media algo temporal”.

Después de que se demostrara el importante beneficio que representará la reforma fiscal para el presidente en sus finanzas personales, no es de sorprender que sus colegas celebren en su mesa la única victoria legislativa de su gabinete que realmente es una victoria para un mínimo puñado de personas, a costillas del bienestar de la mayoría en el país.