“Justos por pecadores” parece ser el castigo inmediato al que recurre el presidente estadounidense cuando algo sale mal durante su gestión.

Esta vez, y debido al grave acto terrorista llevado a cabo en el bajo Manhattan el pasado martes, Trump ha culpado a las “suaves políticas inmigrantes” promovidas por la bancada Demócrata en Washington.

La culpa fue dirigida directamente al Senador Chuck Schumer, líder del partido en el Senado.

“El terrorista vino a nuestro país a través de lo que se denomina ‘Programa de Lotería de Visas por Diversidad’, una belleza de Chuck Schumer. Yo quiero (un programa) basado en el mérito”, escribió el presidente en Twitter.

Sayfullo Saipov, inmigrante uzbeco de 29 años, presuntamente habría ingresado al país hace siete años a través del programa de lotería de visados, según reportaron medios conservadores, pero los funcionarios del gobierno aún no confirman esta información.

Por su parte, y según reportó el New York Times, el Senador demócrata emitió un comunicado en el que aseguraba la importancia de la inmigración para Estados Unidos.

“El Presidente Trump, en vez de politizar y dividir a Estados Unidos – algo que siempre parece hacer en momentos de tragedia nacional, debería enfocarse en la solución real (fondos para combatir el terrorismo), que propuso recortar en su más reciente presupuesto”, escribió Schumer.

El pasado 16 de marzo, el Departamento de Policía de la ciudad de Nueva York había reclamado que el presupuesto del presidente Trump “incluía recortes a nivel gubernamental que podrían mermar los esfuerzos para luchar contra el terrorismo en la ciudad más grande del país”.

“Bajo la propuesta del presidente, casi todo el financiamiento federal de la policía de Nueva York se vería erradicado”, aseguró el comisionado de la policía de Nueva York, James P. O’Neill en aquella oportunidad. “Este financiamiento es absolutamente vital. Es la espina dorsal de nuestro aparato de contra-terrorismo entero”.

Pero antes de hacer caso a lo que dicta la lógica, el presidente ha utilizado una tragedia nacional para impulsar su agenda legislativa.

En una declaración junto con el Secretario de Estado Rex Tillerson y el Secretario de Defensa Jim Mattis, Trump sentenció que estaría empezando el proceso de “finiquitar el programa de lotería de diversidad”, según reportó CNN. “Vamos a deshacernos lo antes posible de la cadena migratoria y movernos a un sistema basado en el mérito”, aseguró.

El programa de lotería de visado fue creado en 1990 a través de una ley que el Senador Schumer impulsó, y que fue aprobada por votos bipartidistas, para ser firmada por el entonces presidente Republicano George Bush. Este tipo de visado es administrado por el Departamento de Estado y llevado a cabo bajo el Acta de Inmigración y Nacionalidad (INA, por sus siglas en inglés), y pone a disposición 50.000 visas de residencia permanente por año, destinadas a la diversificación de la población inmigrante en Estados Unidos. El sistema selecciona a solicitantes de países con bajas tasas de inmigración durante los cinco años previos.

Durante el año 2013, se llevaron a cabo esfuerzos para detener el programa – de los cuales participó el mismo Schumer – para intentar controlar la inmigración en el país, pero el proyecto fue bloqueado por los mismos Republicanos en la Cámara de Representantes.

Lo paradójico de las declaraciones del presidente no es sólo que haga uso de una crisis nacional para impulsar su agenda gubernamental – algo que criticó fuertemente la vocera Sarah Huckabee Sanders después del tiroteo en Las Vegas, cuando se levantaron las voces reclamando por un control de armas – así como tampoco lo es el hecho de que haya confundido la ubicación del país de origen del atacante de Nueva York (el presidente criticó el estar “importando problemas de Europa”, cuando el atacante procede de Uzbekistán, en Asia Central); lo realmente irónico es que ante una tragedia que afecta a la ciudadanía estadounidense, sean de nuevo los inmigrantes los chivos expiatorios del presidente Trump.