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Judge Amy Coney Barrett commented on her own past writings, decisions and general legal philosophy, but not much else during her hearing before the Senate. Photo: Getty Images.
La Jueza Amy Coney Barrett comentó sus propios escritos, decisiones y filosofía legal general, pero no mucho más durante su audiencia ante el Senado. Foto: Getty Images.

Cinco Alarmantes Cosas Que Aprendimos De Las Audiencias de Amy Coney Barrett

La nominada presidencial a la Corte Suprema de Justicia ha dejado a muchos preocupados por su negativa a responder preguntas, y por lo que su récord podría…

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Tras cuatro días y más veinte horas de interrogatorio, la nominada del presidente Donald Trump para la Corte Suprema de Justicia, la jueza Amy Coney Barrett, fue el epicentro de uno de los capítulos más preocupantes de los últimos cuatro años.

El inoportuno y triste fallecimiento de la jueza Ruth Bader Ginsburg dio al Partido Republicano la oportunidad de asegurar una supermayoría en el órgano judicial más alto del país, a pesar de que ello pudiera contradecir sus posturas durante administraciones previas.

Junto al liderazgo republicano del Senado, el presidente Trump ha hecho todo lo posible por llevar a cabo la juramentación más rápida en la historia del país, en lo que muchos interpretan como la antesala a una conflictiva transición de poder tras las elecciones presidenciales.

Donald Trump había nominado a Barrett para el Séptimo Circuito el 8 de mayo del 2017, y fue confirmada por el Senado el 31 de octubre. Once meses después, ya su nombre estaba en la lista de potenciales nominados a la Corte Suprema.

Para el 26 de septiembre del 2020, Barrett era el nombre en boca de todos.

Su récord judicial, así como su trasfondo académico le hacían, en papel, una candidata digna de consideración, pero lejos de ser el perfil que pudiera sentarse en el asiento que alguna vez ocupara la icónica “Notorious RBG”.

Egresada de la Facultad de Derecho de Notre Dame con una beca completa, y graduada primera de su clase en 1997 con un Juris Doctor summa cum laude, Barrett se dio a conocer por primera vez como asistente judicial del Juez Antonin Scalia de la Corte Suprema de Justicia entre 1998 y 1999.

Pero poner su nombre junto al del presidente Donald Trump conllevó a que los medios consiguieran sacar los esqueletos de su clóset.

Barrett es considerada como una jueza de derecha, textualista y originalista, apegada al texto constitucional, algo que sus críticos consideran peligroso para debates jurídicos en torno a derechos civiles.

Aunque la jueza argumenta que su filosofía jurídica es próxima a la del difunto juez Scalia – quien además era íntimo amigo de RBG – fue su respuesta a las preguntas de los senadores demócratas durante su audiencia de confirmación lo que nos dio un verdadero panorama de en lo que podría transformarse la Corte Suprema una vez la joven jueza tome juramento.

Cuando la falta de respuestas es una respuesta contundente

Durante su primer día de audiencias, la jueza Amy Coney Barrett demostró desde el primer minuto que su confirmación no dependía de la audiencia, y que su llegada a la Corte Suprema de Justicia estaba garantizada por la politización del procedimiento.

Sin notas a la mano, y con innegable estoicismo, Barrett no determinó cuáles serían sus posturas en torno a temas críticos como el aborto, las elecciones o el matrimonio igualitario, mucho menos en torno a la Affordable Care Act.

Según reportó el New York Times, Barrett evitaba así decir nada sobre asuntos que podrían convertirse en casos judiciales, y evitó decir casi nada sobre casos ya decididos por los tribunales.

No dijo si separar a los niños de sus padres para disuadir la inmigración es un error, si el presidente Trump puede retrasar las elecciones o perdonarse a sí mismo, o incluso, en una serie de respuestas particularmente notables, si el cambio climático es real. Tampoco dijo si una serie de decisiones del Tribunal Supremo, incluidas las relativas al aborto y los derechos de los homosexuales, están lo suficientemente evaluadas para ser reconsideradas.

"Aunque los anteriores nominados también han evitado responder a algunas de las preguntas de los senadores, Barrett llevó esto a un nivel completamente nuevo", dijo Paul M. Collins Jr., un politólogo de la Universidad de Massachusetts, Amherst, al Times. "Habiendo estudiado cuán próximos han sido los nominados desde que comenzaron las audiencias públicas de confirmación en las que los nominados testificaron en 1939, creo que Barrett se clasificará entre los nominados menos receptivos de la historia de Estados Unidos".

Obamacare sigue siendo un asunto de debate y no un derecho

A sabiendas que la Corte suprema deberá escuchar un caso relacionado con la Ley de Cuidado Asequible (también conocida como Obamacare) sólo una semana después de las elecciones de noviembre, la mayoría de los senadores demócratas intentaron poner el asunto en el centro de la audiencia de la jueza Barrett.

La nominada repitió varias veces que no tenía ninguna agenda, y aseguró no haber hecho un trato previo ni haber discutido el tema con el presidente antes de su nominación.

Sin embargo, y con la inquietante serenidad de un profesor universitario con experiencia, dijo: “No estoy aquí en una misión para destruir el Affordable Care Act.”

Según explicó NPR, El caso pendiente tiene que ver con la cuestión de la "divisibilidad", si una disposición clave de la ley - el mandato individual que requiere un seguro - es jurídicamente sólida, y si sacarla socavaría toda la ley. Los escritos del GOP presentados por la administración argumentan la invalidez de la ley.

Al ser interrogada al respecto, Barrett sencillamente dijo estar siempre “a favor de la separabilidad.”

 

Encubriendo un pasado contra el aborto

A pesar de no haber desvelado todo su récord como activista anti-aborto al senado, Barrett debió reconocer que firmó dos anuncios antiaborto que pedían la anulación de Roe vs. Wade en unas páginas publicadas en el 2006.

Tanto su firma como la de su esposo aparecían en una petición que decía: "Nosotros... nos oponemos al aborto a petición y defendemos el derecho a la vida desde la fecundación hasta la muerte natural". La página opuesta, que Barrett dijo esta semana que no había visto antes de su publicación, decía: "Es hora de poner fin al bárbaro legado de Roe vs. Wade".

Barrett argumentó ante el senado que había firmado el anuncio al salir de la iglesia, en una "mesa preparada para que la gente al salir de la misa firme una declaración... validando su compromiso con la posición de la Iglesia Católica en temas de la vida".

De igual manera, y según reportó CBS News, como profesora de la Facultad de Derecho de Notre Dame en 2013, Barrett incluyó su firma en un anuncio pagado que se refería a Roe v. Wade como "infame", y dijo: "Nosotros, los profesores y el personal de la Universidad de Notre Dame reafirmamos nuestro pleno apoyo al compromiso de nuestra Universidad con el derecho a la vida, renovamos nuestro llamamiento para que los no nacidos sean protegidos por la ley..."

"Creo que esa declaración es una afirmación de vida", dijo Barrett a los senadores esta semana, explicando su participación. "No es más que la expresión de un punto de vista pro-vida".

Sin embargo, la jueza se negó a responder si Roe vs. Wade fue decidido correctamente, explicando a la senadora de California Dianne Feinstein que "Si expreso una opinión sobre un precedente de una manera u otra, ya sea que diga que me encanta o que lo odio, es una señal para los litigantes de que podría inclinarme de una manera u otra sobre un caso pendiente".

Si es confirmada en la Corte Suprema, Barrett casi seguro que escuchará un caso que desafía las protecciones legales que rodean a los servicios de aborto. 

Hoy en día, 17 casos relacionados con el aborto están a un paso de la Corte Suprema y dos - incluyendo una prohibición del aborto de 15 semanas en Mississippi, que desafía el sostenimiento central de Roe - podrían ser retomados ya en su próximo mandato, continuó CBS. Docenas de casos más, incluyendo el puñado de prohibiciones de aborto de seis semanas del año pasado, están abriéndose camino en el sistema judicial.

El alarmante uso inadecuado de la terminología LGBTQ+

Al principio de la audiencia de confirmación del día martes 13, la jueza Barrett utilizó el término “preferencia sexual” para responder en torno a la decisión de 2015 de la Corte Suprema en el caso Obergefell vs. Hodges, que concedía el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo, una elección de palabras que alarmó a muchas personas, dentro y fuera de la comunidad LGBTQ.

Entre ellas la senadora demócrata Mazie Hirono.

"Aunque no diste una respuesta directa, creo que tu respuesta lo dijo todo", dijo Hirono. "No una vez, sino dos veces, usó el término preferencia sexual para describir a los de la comunidad LGBTQ. Y déjeme aclarar que la preferencia sexual es un término ofensivo y anticuado".

Hirono continuó: "Es utilizado por los activistas anti-LGBTQ para sugerir que la orientación sexual es una elección. No lo es".

Añadió que si Barrett creía "que la orientación sexual es simplemente una preferencia", entonces la comunidad LGBTQ debería "preocuparse con razón" de si la jueza defendería su derecho constitucional a casarse.

Barrett se disculpó más tarde por haber causado la ofensa.

"Ciertamente no quise, y nunca quise, usar un término que causara alguna ofensa en la comunidad LGBTQ", dijo. "Así que si lo hice, me disculpo enormemente por ello".

Según explicó CNN, el término preferencia sexual ha sido rechazada desde hace décadas por activistas y miembros de la comunidad, así como por especialistas médicos.

"La palabra preferencia sugiere un grado de elección voluntaria que no es necesariamente reportado por las lesbianas y los hombres gay y que no ha sido demostrado en la investigación psicológica", la Asociación Americana de Psicología (APA) señaló en un artículo de revista publicado en 1991.

Los Republicanos están dispuestos a todo, con tal de tener una confirmación

Según reportó la Associated Press, se espera que Amy Coney Barrett sea confirmada en la Corte Suprema el próximo lunes, mientras los republicanos aceleran el procedimiento para dar al presidente una última victoria antes del día de las elecciones.

El líder de la mayoría del Senado Mitch McConnell dijo que comenzará el proceso para confirmar a Barrett, 48, tan pronto como el Comité Judicial del Senado vote sobre su nominación el jueves. Después de la votación del jueves, se espera que los votos procesales sean el viernes y continúen durante el fin de semana.

Con una mayoría de 53-47 para el GOP en el Senado, y sólo dos senadores republicanos se opusieron, se espera que la jueza de 48 años de la corte de apelaciones sea confirmada para un nombramiento de por vida en la más alta corte de la nación, cementando una mayoría conservadora de 6-3 en los años, si no décadas, por venir.

Los demócratas tienen pocos recursos para bloquear la confirmación de Barrett, pero han condenado repetidamente la prisa por confirmar a un nominado a la corte tan cerca de una elección. Esperan que dos senadores republicanos más rompan filas.

En un discurso en la apertura del Senado el lunes, el líder demócrata del Senado Chuck Schumer condenó a los republicanos por mantener lo que dijo eran audiencias "absurdas" para confirmar al nominado de Trump a la Corte Suprema, aún cuando algunos senadores republicanos estaban enfermos o expuestos al coronavirus.

"La semana pasada, la mayoría republicana de la Comisión Judicial del Senado concluyó lo que sólo puede describirse como una serie de audiencias farsa para un nominado a la Corte Suprema, en medio de una pandemia cuando varios miembros de la mayoría de la comisión fueron expuestos o dieron positivo por coronavirus o ellos mismos se enfermaron de COVID-19 en los días inmediatamente anteriores", dijo.

"¿Por qué? - Porque la mayoría republicana quería meter esta nominación antes de las elecciones".

Señalando que los republicanos del Senado han ignorado el precedente que sentaron hace cuatro años cuando se negaron a considerar al nominado a la Corte Suprema de Barack Obama, Merrick Garland, Schumer añadió: "La mayoría republicana está llevando a cabo el proceso más hipócrita, más partidista y menos legítimo en la historia de las confirmaciones de la Corte Suprema", añadió.