Cabos sueltos de la investigación por el asesinato del Presidente de Haití
Investigadores en seis países tratan de armar el rompecabezas de lo ocurrido y las conexiones entre mercenarios y autores intelectuales del magnicidio.
En Colombia y Estados Unidos se siguen conociendo detalles de lo que ocurrió en la incursión a la residencia de Jovenel Moïse y la responsabilidad de mercenarios colombianos. Sin embargo, versiones contradictorias siguen sobre la mesa. También participan investigadores de Haití, Ecuador, República Dominicana y Panamá para armar el rombecabezas de lo ocurrido en la noche del 6 y la madrugada del 7 de julio.
En principio, en Colombia corrió la versión de que los colombianos fueron engañados, a pesar de ser experimentados en la guerra contra las guerrillas y otras organizaciones armadas ilegales. Incluso, se ha asegurado que llegaron al lugar de los acontecimientos una hora después del asalto. Las evidencias de que no fue así, obligaron a las autoridades a hacer públicas las indagaciones en cuanto a las movidas sospechosas de varios de los exmilitares contratados para ir a Haití. Incluso, el director de la Policía colombiana, general Jorge Luis Vargas, señaló que 21 exmilitares tendrían alguna vinculación con lo ocurrido. De ellos, tres murieron durante el operativo tras el crimen, mientras que los 18 restantes fueron capturados en una rápida redada de organismos de seguridad haitiana, que incluyó la embajada de Taiwán.
Asimismo, se analizan voluminosos datos, grabaciones de cámaras y conversaciones telefónicas para atar todos los cabos. Las autoridades de Haití, entre tanto, buscan a siete colombianos más que estarían involucrados y que habrían dejado rastros en la huida.
Por otra parte, mientras familiares de los capturados y algunos exmilitares que no aceptaron el ofrecimiento de ir a Haití aseguran que fueron contactados para proteger al Presidente, los estadounidenses de origen haitiano capturados han asegurado que la misión consistía en capturar a Moïse para cumplir con una orden judicial.
En las pesquisas se ha encontrado que una empresa con sede en Florida se encargó de pagar los pasajes de al menos 19 colombianos para ir de Bogotá a Santo Domingo, en República Dominicana. Se trata de CTU Security LCC, que tiene como representante al venezolano Anthony Emmanuel Itriago Valera.
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En Estados Unidos, la Administración de Control de Drogas (DEA) aseguró en un comunicado que por lo menos uno de los detenidos en Puerto Príncipe se desempeñó como fuente confidencial de esa agencia. Tras la incursión y asesinato del presidente haitiano, esa persona “se comunicó con sus contactos en la DEA. Un funcionario de la DEA asignado a Haití instó al sospechoso a que se entregara a las autoridades locales y, junto con un funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos, proporcionó información al Gobierno haitiano que ayudó para la entrega y el arresto del sospechoso y de otro individuo".
La reacción de la DEA aparece después de conocerse que en uno de los videos, en los que se observa el ingreso violento a la residencia donde estaba el presidente Moïse, se escucha que se identifican como integrantes de la agencia antinarcóticos.
La cadena CNN aseguró que fuentes consultadas por el medio señalaron que otros de los arrestados habría sido informantes del FBI, que oficialmente indicó que emplea fuentes legales para sus labores de inteligencia.
El magnicidio ha movido al continente y, por ahora, lo que se sabe es que entre Haití, Florida y Colombia están las piezas del rompecabezas.
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