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Rosana Arteaga-Lopenza (center-right) and her three sons, Henry, Miguelangelo and Simón, hold signs with lyrics of the Venezuelan national athem: Gloria al Bravo Pueblo. Photo: Greta Anderson / AL DÍA News
Rosana Arteaga-Lopenza (centro a la derecha) y sus tres hijos, Henry, Miguelangelo, y Simón, llevan señales con la letra dle himno nacional de Venezuela: Gloria al Bravo Pueblo. Foto: Greta Anderson / AL DÍA News

Los venezolanos de Filadelfia celebran el desafío a Maduro

En una emotiva reunión, organizada por la Casa de Venezuela of Greater Philadelphia, los venezolano-estadounidenses se reunieron para apoyar al autoproclamado…

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“Gritemos con brío, ¡muera la opresión! ¡La ley respetando la virtud y honor!”, las palabras del himno nacional de Venezuela resonaron entre los edificios de Center City el miércoles por la noche.

Docenas de venezolano-estadounidenses celebraron, cantaron y derramaron lágrimas de felicidad y alivio alrededor de la estatua de Francisco de Miranda, sobre Benjamin Franklin Parkway, horas después de que el líder de la oposición Juan Guaidó se juramentase como el presidente interino de Venezuela en Caracas.

“Hemos estado luchando por esto. Muchos jóvenes han muerto defendiendo esto, esta bandera, nuestra bandera tricolor...”, dijo Yelitce Testini, una inmigrante venezolana, mientras agitaba la bandera amarilla, azul y roja de la nación, de forma triunfante.

Casa de Venezuela of Greater Philadelphia organizó en solidaridad con los venezolanos en todos los EE.UU., y en su ciudad de Caracas, para gritar su demanda al dictador Nicolás Maduro: “váyase de Venezuela”.

La Asamblea Nacional de Venezuela y líderes mundiales declararon ilegítimo el triunfo electoral de Maduro del pasado 10 de enero, y reconocieron a Guaidó, de 35 años y presidente de la Asamblea Nacional, como el líder democrático del país. Fue apropiado que los venezolanos de Filadelfia aplaudieran su libertad frente a la estatua del venezolano Miranda, signo de la democracia y la independencia durante la Guerra revolucionaria, dijo Fernando Torres, presidente de Casa de Venezuela.

“Nuestras familias se sienten enormemente emocionadas de estar en las calles”, dijo Torres. “Uno de los miembros de nuestra familia lo dijo de forma muy sencilla, ‘No tenemos nada más que perder. Estamos muriendo de hambre, estamos muriendo por no tener medicamentos básicos. Los niños no tienen la nutrición para vivir, así que no hay nada que perder’”.

La Asamblea Nacional decidió invocar su derecho constitucional a tomar el mando de la presidencia cuando la posición se considera vacante. Es irónico, dijo Torres, que el régimen está siendo derrocado por la propia constitución de su pueblo.

Existen generaciones de venezolanos que nunca han conocido la libertad y los derechos humanos básicos, o la vida sin el gobierno de un dictador. Hugo Chávez asumió el poder en 1998, arrasando con la vasta riqueza de las reservas de petróleo venezolanas con la consolidación de la industria por parte del gobierno. Durante más de una década, los venezolanos han experimentado poco más que hambre, falta de medicamentos, pobreza, supresión de la libertad de expresión, y la huida.

Lo que más júbilo trae a los venezolano-estadounidenses en este momento es el optimismo de que las generaciones jóvenes de venezolanos podrán experimentar la libertad y podrán regresar y prosperar en su país natal, dijo la miembro de Casa de Venezuela Rosana Arteaga-Lopenza, quien estuvo en Parkway, con sus tres hijos pequeños, el miércoles por la noche.

“Ese es el sueño”, dijo Arteaga-Lopenza. “Estamos en una familia bicultural. Estoy criando a mis hijos aquí, pero es una enorme frustración que no pueda llevarlos allá porque no es suficientemente seguro”.

“Recuerdo que solía regresar [a Venezuela] durante mis vacaciones de verano”, agregó. “Quiero hacer lo mismo por mis hijos”.

También existe la esperanza que la crisis humanitaria empezará a desvanecerse junto con el régimen que la produjo, y que la calidad de vida mejorará para los venezolanos que no tuvieron la opción de escapar a países cercanos como Colombia y Ecuador, o a los EE.UU. El intento atrevido de Guaidó por salvar a los venezolanos del sufrimiento y declararse presidente ha servido de inspiración para muchos, confesó Testini.

“Me gusta su determinación, su juventud. Es profesional. No teme al gobierno”, dijo Testini. “Siempre ha luchado y ha marchado a nuestro lado, como líder político. Nadie más ha confrontado lo que ocurre con fuerza, como él ha hecho”.

El miércoles, el presidente estadounidense Donald Trump declaró su reconocimiento a Guaidó como el líder electo de Venezuela y alentó a otros líderes mundiales a hacer lo mismo. Trump calificó a Maduro como ilegítimo y dijo que el pueblo venezolano “ha exigido la libertad y el estado de derecho”.

“Continuamos considerando al ilegítimo régimen de Maduro como el responsable directo de cualquier amenazas que pueda representar para la seguridad del pueblo venezolano”, sostuvo la Casa Blanca en un comunicado oficial. “Como presidente interino Guaidó señaló ayer: ‘La violencia es el arma del usurpador; nosotros solo tenemos una acción clara: seguir unidos y firmes por una Venezuela democrática y libre’”.

La respuesta de Maduro fue ordenar a todos los diplomáticos estadounidenses que viven en Venezuela que salieran del país en menos de 72 horas.

Aunque los venezolanos están complacidos de que la revolución ha sido relativamente pacífica –aunque 7 personas han muerto y les preocupa las represalias del régimen de Maduro y posiblemente de la Guardia Nacional, que ha sido fiel a Maduro desde que tomó posesión en 2013–, Torres dijo que los venezolanos no saben si las fuerzas armadas tomarán represalias y atacarán a los manifestantes, quienes probablemente llenarán las calles de Caracas hasta que Maduro sea expulsado.

En los EE.UU., los venezolano-estadounidenses continúan presionando por la aprobación de un proyecto de ley bipartidista de la Cámara de representantes que le otorgaría a los refugiados del país la condición de protegido temporal. Existe un proyecto de ley similar en el Senado de los EE.UU., dijo Torres, y quienes apoyan este proyecto de ley estarán haciendo cabildeo para obtener los votos necesarios.

“Lo siguiente es un plan estratégico, durante los siguientes tres meses, para recaudar 180 firmas”, dijo Torres. “Ese es nuestro objetivo a escala nacional. Empezamos en Boston, Nueva York, Virginia, Carolina del Norte, donde [Casa de Venezuela] tiene una organización, pasaremos por allí y pronunciaremos discursos sobre este proyecto de ley”.