Cuando de la frontera se trata, no existen días festivos ni de Año Nuevo.

Durante las primeras horas del día martes, agentes fronterizos lanzaron gas lacrimógeno contra un pequeño grupo de inmigrantes que catalogaron de “turba violenta” en la zona de Tijuana.

Funcionarios estadounidenses aseguraron que se trataba de una retaliación contra un grupo de inmigrantes que “atacaron a los agentes con proyectiles”, según indicó un comunicado oficial, pero testigos de la agencia Reuters desmintieron los hechos.

El medio describió “nubes de gas nocivo” que se podían “ver flotando desde alrededor de la cerca en la frontera”, donde un inmigrante “tomó una lata (de gas) y lo devolvió a territorio estadounidense”.

De igual manera, la Associated Press reportó que “las piedras sólo fueron lanzadas después de que los agentes lanzaran gas lacrimógeno”.

Se trataba de un grupo de aproximadamente 100 inmigrantes que incluía menores de edad, y que planeó aprovechar la fiesta de fin de año para intentar cruzar la frontera sin ser interceptados.

“Varios adolescentes, envueltos en chaquetas pesadas, mantas y tapetes de goma se colocaron sobre el alambrado de la concertina”, redactó la agencia gubernamental, describiendo cómo miembros del grupo “intentaron pasar a niños pequeños a través del alambrado”, frente a lo cual desplegaron el humo.

El comunicado asegura que los gases fueron desplegados “a contra viento” y que “no se dirigieron a los inmigrantes”.

Asimismo, la Patrulla Fronteriza aseguró que se llevaron a cabo 25 detenciones que incluían a dos adolescentes.

Utilizando el incidente como argumento, la vocera del Departamento de Seguridad Nacional, Katie Waldman, exigió al Congreso que “financie completamente el muro fronterizo”.