Desde hoy, la Reserva Federal, el Banco Central de los Estados Unidos, inicia una nueva sesión para revisar los tipos de interés y tomar una decisión sobre si mantenerlos o, como no ocurre desde hace 4 años y medio, bajarlos.

Los expertos esperan que el banco central más poderoso del mundo inicie ese proceso de reducción en el costo del dinero, por cuenta de las señales de preocupación que vienen del mercado laboral, donde no se ha vuelto a generar empleo masivamente.

La decepcionante tasa de desempleo de agosto pasado muestra que al aparato productivo le está costando absorber la oferta laboral que hay en la economía. Es necesario un impulso monetario.

Por eso se da por descontado que esta semana, los tipos de intereses de la FED se reduzcan, abriendo así un nuevo capítulo de la política monetaria mundial. La última vez que la FED redujo sus tipos de interés fue a comienzos de la pandemia en 2020.

Consulte aquí los comunicados recientes de la FED.

Si eso se concreta, el impacto podría ser muy favorable para los usuarios endeudados con el sistema financiero y con inversiones en el mercado de capitales.

Primero, unas menores tasas empiezan a hacer atractivo el roll-over de las deudas: se pueden pactar tasas más bajas, lo que sería un alivio para el flujo de caja de los deudores que tengan contratados sus créditos a un mayor valor.

De otra parte, los inversionistas que tengan títulos de deuda a tasa fija van a sentir un impulso en el valor de sus activos, porque en general la estructura de tasas va a ser más baja de aquí en adelante.

A esto hay que sumarle la reducción significativa en la inflación, lo que abre espacio a ganancias reales en cierta clase de activos financieros.

Esta semana las noticias sobre el costo del dinero van a ser muy importantes para todos los actores de la economía. Si la FED satisface las expectativas de los expertos, se estará iniciando un nuevo capítulo de la política monetaria, lo que puede favorecer los intereses de los deudores del sistema financiero.

Si el Banco Central de Estados Unidos se abstiene de tomar una decisión a la baja con sus tipos de interés, tendrá que explicar de manera más clara que es lo que está viendo sobre el futuro de la economía, porque habrá mucho temor entre los actores económicos, ya que es claro que el aparato productivo necesita un impulso.