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El presidente estadounidense Donald J. Trump (Der) le da la mano al presidente francés Emmanuel Macron, cuando llega con su esposa, la primera dama de los EE.UU., Melania Trump, para asistir a una ceremonia internacional para el centenario del armisticio de la Primera Guerra Mundial del 11 de noviembre de 1918 en el Arco de Triunfo, en París, Francia, el 11 de noviembre de 2018. EFE/EPA/LUDOVIC MARIN.
El presidente estadounidense Donald J. Trump (Der) le da la mano al presidente francés Emmanuel Macron, cuando llega con su esposa, la primera dama de los EE.UU., Melania Trump, para asistir a una ceremonia internacional para el centenario del armisticio…

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“Ni gobierno ni hago política a través de Twitter”, ha sido la respuesta lapidaria del presidente francés Emmanuel Macron a los ataques de su homólogo estadounidense a través de Twitter.

El presidente Donald Trump nuevamente protagonizó una rabieta electrónica esta semana, después de que su participación la semana pasada en los eventos conmemorativos de la Primera Guerra Mundial en París le hicieran quedar como un mandatario de segunda categoría.

Trump no sólo se vio atacado por el sonoro rechazo europeo a sus políticas internacionales, sino que se sintió burlado por la cobertura mediática de su participación, donde se le pintaba como irrespetuoso por haber suspendido uno de los eventos a causa de la lluvia.

El presidente estadounidense decidió atacar por redes sociales al mandatario francés, escribiendo: “Emmanuel Macron sugiere crear su propio ejército para proteger Europa contra Estados Unidos, China y Rusia. Pero se trataba de Alemana en las Guerras Mundiales. ¿Cómo resultó eso para Francia? Estaban empezando a aprender alemán en París antes de que Estados Unidos llegara. ¡Paguen por la OTAN o no!”

Si bien el presidente francés ha hecho insistencia en formar un ejército europeo separado de la Organización del Tratado del Atlántico Norte – una alianza post Segunda Guerra Mundial que permitía mantener a raya la agresividad de Rusia – fue la decisión de Trump de retirarse del Tratado INF (Intermediate-Range Nuclear Forces) lo que impulsó a Francia a insistir en “dejar de depender de Estados Unidos”, explicó el Business Insider.

Durante los eventos conmemorativos del 6 de noviembre, Macron dijo que “debemos protegernos de China, Rusia e incluso de Estados Unidos”, haciendo referencia, como clarificó posteriormente, al “crimen digital” y la creación de industrias de defensa doméstica que “no necesiten comprar o invertir en armas estadounidenses”.

Como era de esperar, el presidente estadounidense se tomó el comentario como un insulto personal.

Trump recurrió entonces a mofarse del rating de aprobación del presidente francés y del desempleo en Francia, tildando al país de “verdadero nacionalista”.

Sin tomar en cuenta la importancia de la fecha en la que escribía en su red social (el 13 de noviembre es una fecha álgida para el espíritu de la nación francesa tras los atentados del 2015 en París), Trump provocó una respuesta tajante por parte del presidente francés.

En una entrevista desde el emblemático portaviones Charles de Gaulle, Macron ha reevaluado la relación Francia-Estados Unidos, y aseguró que “en este momento preciso de nuestra historia, somos aliados; y entre aliados, nos debemos respeto”, dijo Macron a la cadena de noticias francesa TF1.

“Los Estados Unidos son nuestros aliados históricos y lo seguirán siendo”, agregó. “Es el aliado con quien tomamos todos los riesgos, con quien llevamos a cabo las operaciones más complicadas. Pero ser un aliado no implica ser vasallos”.

Este último cruce de comentarios entre ambos presidentes cambia de manera rotunda el tono en el que ambos mandatarios habían estado llevando su relación.

Después de que Trump apoyara abiertamente a la oponente de Macron en la campaña presidencial del 2017, la candidata de extrema derecha Marine Le Pen, el nuevo presidente francés tomó la delantera para intentar formar un nexo sólido con Estados Unidos durante su gobierno.

Entre visitas oficiales desde ambas partes, todo parecía ir viento en popa hasta que Trump decidiera deshacer con los pies lo poco que había hecho con las manos.

Su antagonismo al multilateralismo y a acuerdos internacionales fundamentales como el Pacto Climático de París, llevaron a Macron a tomar una postura más radical.

Sin embargo, las últimas respuestas pueriles del presidente estadounidense (quien continuó atacando incluso al vino francés), advierten que su postura con respecto a una guerra económica mundial no han cambiado, así como tampoco lo han hecho sus conocimientos básicos de diplomacia.

Para un país que tiene profundamente enraizada la tradición histórica de respeto, la poca delicadeza de Trump hacia Francia ha sido la gota que derramó el vaso.

"Ayer fue 13 de noviembre. Conmemorábamos el asesinato de 130 compatriotas hace tres años en París y Saint Denis. Voy a responder en inglés: 'common decency' (decencia) habría sido deseable", indicó el portavoz del gobierno francés, Benjamin Griveaux, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros el día miércoles.