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El supremacista blanco Jason Kessler y miembros de la marcha de extrema derecha hacia la Casa Blanca en el aniversario del mitin 'Unite the Right' en Washington el 12 de agosto de 2018. EFE/EPA/JIM LO SCALZO
El supremacista blanco Jason Kessler y miembros de la marcha de extrema derecha hacia la Casa Blanca en el aniversario del mitin 'Unite the Right' en Washington el 12 de agosto de 2018. EFE/EPA/JIM LO SCALZO

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¿Recuerdan Charlottesville? Nosotros también.

Este fin de semana se cumplía un año desde el choque entre un grupo de nacionalistas blancos y manifestantes anti-fascistas en Virginia, que dejó un saldo de un muerto, declaraciones presidenciales controversiales y un aumento en la tensión racial dentro del país.

Considerando el respaldo tácito del gobierno ante las posturas xenófobas de grupos de derecha, una segunda versión de la manifestación del año pasado debería haber contado con miles de participantes. Pero no fue el caso.

Según reportaron varios medios, la “Unite the Right 2” tan sólo contó con una treintena de manifestantes en Washington D.C., un pequeño escenario y ánimos calmados.

Jason Kessler, organizador del evento, explicó a CNN que la escasa participación se debería a “asuntos logísticos y confusión en cuanto al transporte del grupo”, algo que varias personas repitieron durante sus declaraciones.

Kessler también explicó al New York Times que la poca participación se debía a “una atmósfera de intimidación” surgida después de los eventos del año pasado, donde muchos participantes de grupos nacionalistas se han visto públicamente atacados e incluso han perdido sus trabajos.

La manifestación duró muy poco - no se sabe a ciencia cierta si a causa de la lluvia o del sinsentido de la situación.

Sin embargo, y según recuenta el Times, la tensión en la calle – entre extensos cordones policiales y contra-manifestantes en cada esquina – no parecía disminuir ni dar indicios de que “las divisiones del país estuvieran cerca de sanar”.

Banderas y gorras bordadas con “Make America Great Again” se enfrentaron a gritos de “vergüenza” y “fuera nazis” a través de bandadas de policías prevenidos desde hace días tanto en Virginia como en la capital.

“La mayoría de los contra-manifestantes ni siquiera pudieron ver el breve mitin de derecha, donde algunas de las casi dos docenas de manifestantes dentro de su área cerrada portaban pancartas que decían ‘Protejamos las especies en peligro, alto al genocidio blanco’ y ‘las vidas blancas importan’,” continúa el Times.

Por otra parte, medios como Vox reportaron algunos focos de violencia iniciados por grupos de anti-fascistas que lanzaron objetos contundentes contra los nacionalistas.

Si bien el divisionismo se centra en las posturas de los nacionalistas a favor de un país “huésped” que no esté “saturado” de inmigrantes, la poca asistencia en las manifestaciones tanto en Virginia como en Washington demostraron que el país no está del todo de acuerdo con la retórica de la Casa Blanca que ha dado carta blanca a este resurgir de la extrema derecha.