Martin Luther King Jr. y la lucha de los Latinos en Estados Unidos
La conmemoración del nacimiento de Martin Luther King Jr. nos recuerda la importancia de su lucha y lo vigente que se mantiene hoy día en la realidad social…
Cuando leemos o escuchamos ese electrizante discurso desde Washington, pareciera que 1963 queda muy, muy lejos.
Pero basta ver nuestra realidad actual y yuxtaponer aquellas palabras para darnos cuenta que la lucha por la igualdad y la libertad en Estados Unidos está lejos de acabar.
“Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo”, decía King. "Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales”.
Esa igualdad, emblema de los derechos universales del hombre, se ve minada por políticas divisionistas, racistas, clasistas y aislacionistas, esas que salen a borbotones desde la Casa Blanca en forma de Tweets, de declaraciones y de decisiones judiciales que ponen al hombre blanco por delante de sus conciudadanos inmigrantes.
La profesora asociada de la Bentley University, Donna María Blancero, aseguraba en una columna que “si el Dr. King estuviera vivo hoy, probablemente estaría trabajando codo a codo con los Latinos para abordar los problemas de desigualdad”.
Y eso sería más que probable, pues el pastor compartió este frente de batalla durante su cruzada por los Derechos Civiles.
Adriana Cataño recuerda cómo King estaba al tanto de que las condiciones abarcaban a otras minorías e intentó convocar a las masas hispanas para su manifestación. En su columna para Remezcla, Cataño expone cómo el pastor le solicitó a Gilberto Gerena Valentín (el entonces presidente del Puerto Rican Day Parade) que instara a otros latinos a salir a la calle.
Asimismo, el pastor fue abierto partidario de la lucha de César Chávez, a quien le envió telegramas en más de una ocasión durante sus huelgas de hambre.
Por otro lado, entre 1962 y 1965, Martin Luther King visitó Puerto Rico tres veces, visitando universidades y hablando frente a grupos estudiantiles para rechazar los argumentos de criminalidad que estigmatizaban a la comunidad de color durante la época. “No logran ver que la pobreza y la ignorancia cultivan el crimen sin importar el grupo racial del que se trate”, aseguró en su discurso.
Por su parte Raúl Yzaguirre, ex presidente del Concejo Nacional de La Raza, dijo en una entrevista con Associated Press que, “aunque el foco estaba en la comunidad afroamericana en aquél entonces, creo que sus pensamientos, su sentido de justicia, resonaba con quienes habíamos tenido quizás una sensación más amplia de inclusión; quienes queríamos que los Latinos y los Nativos Americanos y otras minorías formaran parte integral del movimiento de los derechos civiles”.
CONTENIDO RELACIONADO
Si bien los Latinos fueron pocos durante aquella masiva concentración en Washington el 28 de agosto de 1963, la demostración de fuerza y convicción de quienes luchaban por igualdad de condiciones fue inspiración definitiva para lo que seguiría después.
Habría que recordar la cantidad de avisos en Texas que rezaban “No se admiten perros, negros o mexicanos”, para recordar que la situación era igual para todos, no muy lejos de lo que se vive aún hoy en día, cuando seguimos hablando de obstáculos para el logro profesional, de las evidentes desigualdades en el estatus socioeconómico de las poblaciones de color y de la discriminación abierta y sonante que sufren tantos latinoamericanos en Estados Unidos bajo el eslogan de “America First”.
Pero no caigamos en reduccionismos; esto no es nuevo. En noviembre del 2013, dirigentes religiosos y activistas se sumaron a la campaña de oración y ayuno (“Fast4Families”) en Washington, DC, para exigir una reforma migratoria, según recuerda El Tiempo Latino.
En aquél entonces, el activista Eliseo Medina declaraba a los medios: “Al igual que el movimiento por los derechos civiles que inició el reverendo Martin Luther King Jr. y el que lideró César Chávez, Fast4Families pide un cambio en la moral por la reforma migratoria. No se trata de política sino de hacer lo correcto”.
Hoy, cinco años después, la política es mil veces más radical, y “hacer lo correcto” depende de la perspectiva de cada quien.
Hace 55 años la lucha era “por trabajos y libertad”. Hoy, cientos de miles de Latinos se han quedado sin Protección Temporal, han sido acorralados y deportados, y cientos otros viven día a día la angustia de no saber si mañana tendrán derecho a trabajar porque el presidente pretende negociar sus sueños con un muro fronterizo con México.
¿Qué tanto ha cambiado y qué tanto hemos aprendido?
La lucha es urgente, hoy más que nunca.
DEJE UN COMENTARIO:
¡Únete a la discusión! Deja un comentario.