“El pasado martes el candidato demócrata Doug Jones fue electo como el próximo senador de Alabama”. Léalo de nuevo. “El pasado martes el candidato demócrata Doug Jones fue electo como el próximo senador de Alabama”.

No, no es una tautología. Es un milagro.

El Sur Profundo, el corazón Republicano, el epicentro de la derecha y el conservacionismo, Alabama, ha elegido a su primer senador demócrata en 25 años.

En lo que se percibe como un “sorprendente revés” para el presidente Donald Trump, Doug Jones venció al candidato republicano Roy Moore por una mínima diferencia de 0.5%.

Las razones son contundentes:

1. Roy Moore fue una de las víctimas del coletazo #MeToo, siendo acusado por varias mujeres de haber intentado seducirles cuando eran menores de edad.
2. La población afroamericana, frecuentemente olvidada en uno de los estados con mayor historia de racismo y segregación, decidió hacerse sentir para traer un cambio definitivo a Alabama.
3. La población blanca, acérrimamente republicana, prefirió abstenerse que apoyar a un candidato que habría fallado a los principios morales de un estado fuertemente religioso.
4. Alabama es conocido por ser el estado a quien “nadie dice qué hacer”, mucho menos si se trata de el estratega principal de la Casa Blanca, Steve Bannon, quien hizo campaña a favor de Moore, caracterizándole de “mártir”.

La diferencia es poca, es cierto. Una elección con un margen tan estrecho no determina un giro absoluto dentro de una circunscripción, pero históricamente es una grieta enorme para un estado donde grupos como el Ku Klux Klan siguen vigentes, donde estaciones de radio vetaban a grupos como The Beatles (en especial después de que John Lennon dijera que eran más populares que Jesús) y donde Trump venció a Hillary Clinton el año pasado por 28 puntos porcentuales, según recuerda el diario The Guardian.

Más importante aún es el hecho de que Moore contara con el apoyo del partido Republicano a pesar de fuertes acusaciones en su contra, y que incluso el presidente Trump haya demostrado un apoyo abierto al candidato, desacreditando a quienes le acusaban y dando a entender que no importa el medio, si el fin es mantener al Senado de su parte.

El pasado martes no sólo ganó Alabama, no sólo ganó Doug Jones, ganó el país entero. Los resultados de la carrera por el Senado son el espejo de un tumultuoso proceso de reconfiguración nacional, en el que Trump ha sido el medio de contraste, demostrando todo lo negativo que tiene el país en una exacerbación continua de misoginia, racismo e inconsistencias políticas.

Pero todo ello tiene un límite, y ese límite es Roy Moore.