El Alcalde Kenney ha lanzado su segundo presupuesto y su Plan de Cinco Años, pidiéndole a los miembros del Ayuntamiento que aprueben nuevas inversiones en dos áreas clave: salud y servicios humanos que podrían mejorar las comunidades más vulnerables, y las iniciativas creadoras de trabajo que resultarán en una oportunidad económica para todos los Filadelfianos.

Pero sus esfuerzos parecieran permanecer opacados por una inquietud persistente que rodea la ciudad y la política en Filadelfia.

La ciudad liberal está enfrentando grandes fuerzas desde Harrisburg y Washington que pretenden cambiar la manera en la que la ciudad opera y el Alcalde Kenney está determinado a proteger a los ciudadanos más vulnerables de la ciudad.

Tras presentar su presupuesto formalmente ante el Ayuntamiento, el Alcalde Kenney habló de cómo se sentía y lo que la ciudad enfrentará en los próximos tiempos.

“No sabemos lo que viene desde Washington y no sabemos lo que saldrá de Harrisburg y todos los días sale algo nuevo, y eso no está bien. Pero de lo que estoy seguro es de que todos nosotros, como Filadelfianos, todos los que amamos la ciudad y la diversidad, y la fuerza de la diversidad racial, étnica y de género, todos juntos estamos bajo ataque y necesitamos defendernos juntos como sucedió en los años 60”.

Continuó diciendo, “nunca había sentido tanta inestabilidad e incertidumbre desde 1968 cuando tenía 10 años”.

Hablando desde su experiencia personal, y con gran nostalgia y amor por la ciudad que ha sido su hogar, el Alcalde contó historias de lo que significa ser un joven y crecer en la ciudad durante los años 60 y cómo se ha dedicado a asegurar que los ciudadanos de la ciudad sepan que él estuvo allí y que los ayudará en los momentos de mayor necesidad.

“Cuando tenía 10 años en el Sur de Filadelfia durante la Guerra de Vietnam, el Dr. King y Bobby Kenney habían sido asesinados, los niños en nuestro barrio venían en ataúdes, y uno era mi primo. El barrio estaba destruido, los padres peleaban con sus hijos por la guerra. La gente marchaba en las calles para obtener los derechos que les eran meritorios según la constitución y que nunca les fueron otorgados. La gente estaban a por todos y temían por todo. Y yo no me había sentido de esa manera hasta ahora. Y lo que pienso constantemente sobre ese tiempo fue que sobrevivimos. Pasó. Y todo pasó como si nada hubiese sucedido. Superamos 1968 como estado, como nación, como ciudad. Podemos superar cualquier cosa”, declaró Kenney.

Pero a pesar de las amenazas inminentes y las circunstancias negativas, la dedicación de Kenney a la ciudad de Filadelfia es inquebrantable. “Nací y crecí en esta ciudad y dejaré mi vida en ella”, aseguró el Alcalde.

Y mientras algunos especulan que su presupuesto ha sido conservador y que sus planes no son lo suficientemente progresistas, su dedicación a los más vulnerables en la ciudad puede ser el aspecto más progresista de todo su discurso.

Su recomendación final para una ciudad bajo ataque: “Mantengámonos unidos. Cuidemos las espaldas los unos de los otros. Y cuidemos de todos, marchando juntos hacia el futuro”.