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Una manifestante de las boinas café (I) a finales de los años 60; una joven manifiesta a favor de leyes más duras en el porte de armas (2018)
Una manifestante de las boinas café (I) (1968); una joven manifiesta a favor de leyes más duras en el porte de armas (2018)

De las Boinas Cafés al #NeverAgain

La fuerza estudiantil que puede cambiar el destino entero de un país.

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Hace 50 años, una revolución estudiantil cambió el futuro de la comunidad mexicana en Estados Unidos. Hoy, miles de adolescentes pretenden hacer lo mismo con toda la nación.

Si bien en medio siglo las condiciones de Estados Unidos han cambiado radicalmente, la semilla del activismo social se mantiene latente en la consciencia colectiva, que conoce muy bien el poder de una sola voz unida en protesta.

Durante la soleada tarde de un martes, 5 de marzo de 1968, una nueva Revolución Mexicana comenzaba en el este de Los Ángeles, cuando cientos de estudiantes decidieron abandonar sus aulas de clase y salir a manifestarse en contra del segregacionismo, la exclusión y la falta de oportunidades en las escuelas y para los estudiantes hispanoamericanos en Estados Unidos.

Aunque la comunidad mexicana ya se había involucrado previamente en la oleada de movimientos por los derechos civiles en todo el país, esta nueva agitación fue la primera manifestación masiva de la comunidad chicana en el sur de California.

Nombres como Moctesuma Esparza, Vickie Castro y David Sánchez pasaron a la historia por la organización de grupos como la Young Chicanos For Community Action y las Boinas Cafés, pero especialmente por haber iniciado un movimiento que le abrió las puertas a la comunidad hispana a nuevas oportunidades profesionales.

Una nueva revolución

Después del tiroteo masivo en la escuela secundaria Stoneman Douglas en Parkland (Florida) el pasado 14 de febrero, algo parecido ha sucedido: cientos de estudiantes han decidido tomar las calles y los nuevos medios para enfrentar al gobierno y a sus representantes, solicitando un cambio radical en la legislación del control de armas.

Emma González, Jaclyn Corin y David Hogg, estudiantes y supervivientes al tiroteo en Florida, han retado el status quo de la sociedad estadounidense actual, que pareciera haber olvidado que la fuerza real de los movimientos civiles se encuentra en su perseverancia.

Con el movimiento #NeverAgain y la organización de una marcha nacional este 24 de marzo, estos estudiantes han contemporizado el concepto del “Walkout” utilizando un arma mucho más poderosa: las redes sociales.

En tan sólo una semana, los jóvenes lograron sentarse a discutir con sus representantes legales, organizar a su comunidad y a grupos locales en otros estados y movilizar la conciencia de toda una nación que se sumará el 24 de marzo al #MarchForOurLives.

Aún más, estos jóvenes han advertido del poder que tienen al cumplir 18 años y poder votar, logrando así que un presidente tan pertinaz como Donald Trump, de hecho, considerara medidas progresistas en cuanto al porte de armas.

Una batalla anunciada

Muchos nos atrevimos a advertir – desde las trincheras de la historia – que una presidencia como la de Trump traería consigo un despertar civil que concatenaría la fuerza de movimientos como el Black Lives Matter con el verdadero espíritu estadounidense, ese que clama por la inclusión y la heterogeneidad de un país fundado y construido por inmigrantes.

No fueron necesarios muchos meses para ver nuestras predicciones hechas realidad.

Y es que, como Amnistía Internacional bien explicó en su informe anual del observatorio de Derechos Humanos, el logro más importante de esta Administración ha sido el de sacar a relucir la fuerza civil que sigue latente en nuestro país.

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