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Yomarel Justiniano, ICE. Foto tomada de ICE.gov
Yomarel Justiniano, agente de ICE. Foto tomada de ICE.gov

Cuando "La Migra" tiene cara latina

Un reciente artículo sobre una agente de migración latina, elaborado por la oficina de prensa del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), es la oportunidad…

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“La migra tiene rostro hispano”. Esa fue la conclusión a la que llegó un reportaje de Univisión en julio pasado luego de que la cadena de televisión acompañó al Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) a un operativo de arresto de inmigrantes indocumentados en Los Ángeles, California.

Y sí, “la migra” tiene muuuuchas caras latinas en sus filas (quizá es la organizacion estadounidense que más latinos emplea). Precisamente una de esas caras fue destacada –como toda una estrella de televisión– hace una semana por la oficina de prensa de esa entidad. Se trata de Yomarel Justiniano, una atractiva morena de raíces puertorriqueñas que lleva cerca de 12 años arrestando y deportando indocumentados; primero desde El Paso y ahora desde Orlando.

Bajo el título “Oficial de deportación emplea una combinación de talento y empatía”, ICE explicó el día a día de la agente hispana. “El trabajo de Justiniano requiere talento, compasión y flexibilidad”, dice el artículo a manera de preámbulo para lo que sigue: el cumplimiento de su deber. “Cuando es necesario, Justiniano arresta a individuos, los pone bajo custodia y los somete a proceso de remoción (deportación)”.

La agente Justiniano es miembro de la Oficina de Detención y Deportación (ERO) de ICE, en Orlando, Florida; el equipo encargado de perseguir y procesar “malhechores ilegales a los que, a veces, hay que arrestar en sus propias casas”. De acuerdo con el relato de Justiniano, citado en el artículo de ICE, “el reto [de su trabajo] es que nunca se sabe qué se va a encontrar al otro lado de la puerta”.

Quizá saber qué hay “al otro lado de la puerta” es más fácil de lo que la agente hispana reconoce. Si se parte de la premisa de que a nadie le gusta ser un inmigrante indocumentado, posiblemente lo que hay casi siempre –“al otro lado de la puerta”– es un inmigrante latino cuyo único delito fue no haber tenido opción diferente que la de escapar de la pobreza y/o la violencia de su país de origen.

Aunque no dice por qué, Marc J. Moore, director de la Oficina de Área de Miami, afirma en el artículo que el trabajo de la oficial Justiniano “es esencial para el equipo”. Quizá se refiere a que en ocasiones debe llevar a los indocumentados reincidentes ante una corte federal o tal vez –como ella misma dice– es porque su trabajo “sirve para tener buenas relaciones con los cuerpos policiales locales”. 

En otras palabras, ICE no es solo arrestos y deportaciones, también es “networking” (sobre todo entre autoridades federales y locales). Y qué mejor que una cara bonita y latina para hacer amigos tal y como lo demanda el fiscal general Jeff Sessions. 

Justiniano es una de los 4.214 oficiales hispanos de ICE, el 21,5 por ciento del total del pie de fuerza de esa agencia. Los latinos son el segundo grupo étnico en tamaño de ”la migra” después de los blancos estadounidenses (11.673; 59,5 por ciento), casi el doble de los oficiales afroamericanos y cuatro veces más que los de origen asiático; según cifras recogidas por Univisión Noticias. En este punto, el reportero que redacta esta nota se pregunta "¿qué pensarán sus madres?".

Mientras tanto, la administración Trump planea aumentar el pie de fuerza de ICE en 10.000 unidades más para llevar a cabo su promesa de perseguir y sacar del país a cada inmigrante indocumentado. Y tal y como van las cosas, el hombre lo logrará. En junio pasado, la autoridad migratoria arrestó a 13.914 personas, marcando el punto más alto en detenciones durante los primeros seis meses del año, mientras que en las cortes federales se siguen acumulando casos (610.000) a la espera de una decisión judicial.

No son pocos los latinos que le reprochan a los agentes hispanos de ICE ser parte de una fuerza que persigue a su gente. Pero no todo es malo, el que haya rostros hispanos –probablemente hijos de inmigrantes que alguna vez fueron indocumentados– en ICE también es esclarecedor: el hecho sirve para aclarar que los latinos no somos un grupo homogéneo porque no compartimos las mismas costumbres, no comemos las mismas comidas, ni siquiera hablamos el mismo idioma y, por supuesto, no perseguimos un único "sueño americano".