Los congresistas tenían previsto discutir desde las 3 de la tarde la posibilidad de declarar vacante el cargo presidencial. Tras la decisión de Castillo de establecer el estado de emergencia excepcional, el Congreso adelantó la sesión para las 12:30 y destituyó al Presidente, quien poco después se presentó ante la prefectura de la Policía en Lima y fue arrestado. 

Perú suma así otra crisis política en medio de un frágil liderazgo, que le ha restado estabilidad en los últimos años. El golpe de gracia de este miércoles se dio cuando Castillo anunció la disolución del Congreso y la convocatoria para elegir otro en menos de nueve meses, decidió gobernar por decretos y estableció el toque de queda nacional para hoy. La medida provocó de inmediato la renuncia de los ministros de Justicia, Relaciones Exteriores, Economía y Trabajo y el rechazo de las Fuerzas Armadas y la Policía. 

Luego de la destitución de Castillo, la vicepresidenta Dina Boluarte se posesionó ante el Congreso como presidenta. Además de ser la primera mujer en esa posición en Perú, tendrá el reto de resolver la crisis.  Así empezó a plantearlo en su primer mensaje al país. "Solicito una tregua política para instalar un gobierno de unidad nacional. Esta alta responsabilidad debe ser asumida por todas y por todos", señaló.

Advirtió que "nos corresponde conversar, dialogar, ponernos de acuerdo, algo tan sencillo como impracticable en los últimos meses. Convoco por ello a un amplio proceso de diálogo entre todas las fuerzas políticas representadas o no en el Congreso". Boluarte, además, condenó el intento de golpe de Estado emprendido por Castillo, de quien dijo que no "encontró eco en las instituciones de la democracia y en la calle". 

Por su parte, la Fiscalía anunció que "el Ministerio Público dirigió esta tarde la detención de Pedro Castillo Terrones por el presunto delito de rebelión, regulado en el artículo 346 del Código Penal, por quebrantar el orden constitucional".

La reacción internacional

Desde varios países hubo pronunciamientos y acciones por la crisis política en Perú. La Organización de Estados Americanos (OEA) convocó una sesión extraordinaria para hoy se esperaba una declaración del Consejo Permanente. 

La reacción más fuerte fue la de Andrés Manuel López Obrador, presidente de México. "Consideramos lamentable que por intereses de las élites económicas y políticas desde el comienzo de la presidencia legítima de Pedro Castillo, se haya mantenido un ambiente de confrontación y hostilidad en su contra hasta llevarlo a tomar decisiones que le han servido a sus adversarios para consumar su destitución", señaló.

En contraste, el gobierno colombiano de Gustavo Petro invitó al diálogo. La Cancillería señaló que "el gobierno de Colombia expresa su preocupación por la crisis política en Perú, se solidariza con el hermano pueblo peruano y hace un llamado al diálogo a todos los actores políticos para salvaguardar la democracia". En la misma línea se expresó el gobierno de Ecuador, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores, pidiendo "mantener el Estado de Derecho y la democracia". 

Antes de la destitución de Castillo, la embajadora de Estados Unidos en Lima, Lisa Kenna, había indicado que "Estados Unidos insta enfáticamente al presidente Castillo a revertir su intento de cerrar el Congreso y permitir que las instituciones democráticas de Perú funcionen según la Constitución".