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Clínicas comunitarias de Utah ayudan a inmigrantes

Los grupos comunitarios de consulta de Utah ayudan a los inmigrantes que quedaron por fuera de la reforma.

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Aunque los indocumentados han quedado
fuera de la recién aprobada reforma de salud, el sistema de clínicas
comunitarias de Utah constituye un ejemplo de cómo ofrecer cuidados
médicos a los inmigrantes hispanos.

Owen Quiñonez, director del Centro de Salud Multicultural,
dependiente del Departamento de Salud Estatal, explicó que el
impacto positivo de las clínicas de salud comunitarias se debe a que
proveen servicios integrales para personas sin cobertura, en un
contexto culturalmente adecuado y con información de interés.

El proceso, dijo, comenzó en 2007, cuando el Centro de Salud
Multicultural (CMH, en inglés) organizó 17 grupos comunitarios de
consulta con la participación de 180 personas de distintas minorías,
incluidos hispanos, afroamericanos y asiáticos.

Las entrevistas y debates permitieron analizar las actitudes de
los hispanos y de las otras minorías con respecto a la salud en
general, el seguro de salud, tratamientos médicos, enfermedades
crónicas, adicciones y otros temas.

En octubre del 2008, el Departamento de Salud de Utah (UDOH)
publicó un informe con las conclusiones del estudio.

"Como resultado de ese proceso, logramos una mejor comunicación
entre los trabajadores de salud pública y los miembros de la
comunidad minoritaria, a la vez que analizamos las necesidades de
salud de esa comunidad e hicimos planes para resolver la disparidad
en acceso a servicios médicos", dijo Quiñonez.

Durante los últimos dos años, Quiñonez siguió promocionando los
resultados de aquel estudio de UDOH y gestionó la implementación de
programas de salud "para que las minorías de Utah reciban servicios
culturalmente apropiados" en clínicas comunitarias y otros centros
de salud.

De acuerdo con cifras del censo, en Utah viven 2,8 millones de
personas, con un 12 por ciento de población hispana, un 2 por ciento
de asiáticos y un 1,3 por ciento de afroamericanos.

Entre los hispanos, del 45 al 60 por ciento son inmigrantes, la
mayoría (75 por ciento) provenientes de México, y se calcula que hay
110.000 indocumentados, según estadísticas del Pew Hispanic Center.

Este último grupo, por su situación irregular (que le impide
aplicar a programas de salud estatales o federales) y porque en su
mayoría se trata de personas de bajos ingresos, experimenta los
mayores obstáculos para acceder a tratamientos médicos, por lo que
acude a clínicas comunitarias con personal bilingüe.

Según la doctora Karen Buchi, profesora de pediatría en la
Universidad de Utah y supervisora de pasantías en clínicas
comunitarias cercanas a Salt Lake City, un 80 por ciento de los
pacientes de los servicios prenatales y pediátricos en estas
clínicas son hispanos.

Por su parte, la doctora Carole Stipelman, una pediatra que
trabaja en varios Centros de Salud Comunitarios establecidos por el
gobierno estatal, afirmó que un 75 por ciento de sus pacientes se
identifican como hispanos, pero estimó que en realidad hasta el 90
por ciento lo son.

Para Quiñonez, esas estadísticas significan que "el cuidado de
salud inadecuado es un problema para la población hispana de Utah,
dado que un alto porcentaje de este grupo étnico no tiene un médico
de cabecera y carece de los mismos cuidados prenatales a los que
tiene acceso la población en general".

"Los cuidados médicos inadecuados pueden resultar en una cantidad
menor de chequeos médicos que permitirían identificar enfermedades.
Ese retraso en la intervención médica dificulta el tratamiento de
condiciones crónicas, como la diabetes, que afecta a los latinos más
que a otros grupos de Utah", agregó Quiñonez, citando el Resumen de
Disparidad de Salud de Utah del 2009 para Latinos e Hispanos, un
documento preparado por UDOH.

Pero los latinos que asisten a las clínicas comunitarias y
Centros de Salud en Salt Lake City y en otras áreas (South Salt
Lake, West Valley City, Taylorsville, Central City, Midvale y Rose
Park) reciben precisamente la medicina preventiva y los tratamientos
a los que de otra manera no tendrían acceso.

Esos servicios incluyen cuidados prenatales y pediátricos,
especialmente para madres adolescentes; medicamentos a precios
reducidos, consejos de nutrición, exámenes de ojos, programas de
salud mental, cuidados dentales y hasta cascos para ciclistas y
libros gratis para los niños.

Sin embargo, estos programas están ahora bajo "creciente presión
financiera", según Buchi, por lo que tanto UDOH como la Universidad
de Utah deben encontrar nuevos fondos para continuar con el acuerdo
que permite que los estudiantes de medicina de la universidad
realicen sus pasantías en las clínicas comunitarias, beneficiando
así a los hispanos.

Como respuesta a la reforma de salud, el personal bilingüe de los
Centros de Salud y de las clínicas comunitarias en Utah dedicará más
tiempo a compilar la información sobre la documentación que deberán
presentar los hispanos para ser incluidos en programas federales de
salud, explicó Buchi.