Los drogadictos de Filadelfia han convertido el tramo junto a la línea Market-Frankford, una de las principales arterias de la ciudad, en su segunda vivienda.  Entre montones de jeringuillas usadas y bolsas de plástico, pueden verse colchones, mobiliario de comedor y espejos de cuerpo entero, lo justo para convertir el llamado “paisaje infernal de la heroína” en un hogar. 

En una visita de expedición al corazón de la heroína de Filadelfia, AL DÍA NEWS pudo observar de cerca el progreso realizado hasta hoy en las operaciones de limpieza del paraíso de la droga. 

Y la realidad es que a escasos días para que se cumpla el plazo propuesto por Conrail y la Ciudad de Filadelfia para quede limpia el área (31 de julio), la situación en las vías de tren en Gurney Street sigue bastante igual. 

Mientras por encima de  las vías los niños corretean entre los chorros de agua que brotan de una boca de incendios -lo más cercano a una alberca en esta ciudad en verano-  hombres y mujeres de edades diversas merodean entre entre montones de porquería, jeringuillas y basura acumulada en el paso subterráneo. 

Sin embargo, a pesar de la suciedad y el desagradable olor a basura, los improvisados apartamentos que se extienden a partir de 2nd street, flanqueados por hileras de árboles, gozan de vistas a la ciudad y de grafitis que sirven de decorado artístico.  

Aunque es probable que las estructuras no sobrevivan - un policía informó que tiempo atrás habían incluso edificios de dos plantas- causa impresión saber que sirven de refugio para los drogadictos que se desplazan hasta la zona en busca de su dosis. Pero, ¿cuánto tiempo de vida le queda a la fosa de Gurney Street?  

El pasado 15 de junio, el alcalde James Kenney firmó un acuerdo con Conrail en el que ésta se comprometía a la total limpieza y cierre de la zona, incluyendo la poda de malas hierbas y  las toneladas de jeringuillas acumuladas en la zona. El acuerdo también dicta la colocación de cercas de protección para limitar el paso, pero AL DÍA pudo acceder fácilmente a las vías y fue testigo de otras personas haciendo lo mismo sin problemas. 

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La inexistencia de vallas de protección es una señal bastante evidente de que Conrail no está en la senda de cumplir con las condiciones del acuerdo dentro del plazo, ya que recibieron las órdenes de “reparar el cercado existente (en proceso) e instalar vallas de protección entorno a cualquier grieta (parecidas a las instaladas en el Love Park) de forma coextensiva y en conjunción con los trabajos de limpieza.”  

Viendo el estado actual de la zona, es evidente que Conrail todavía no ha iniciado buena parte del trabajo asignado y que la policía local se ha visto obligada a visitar la zona de forma regular y a expulsar a los drogadictos que se acercan a diario al núcleo de los opioides de Filadelfia para obtener su dosis. 

De hecho, el problema de las jeringuillas es tan grave que aquellos que quieren conseguir su dosis de forma rápida se limitan a bajar al paso subterráneo para agarrar una jeringuilla usada y cambiarla por una nueva en el programa local de intercambio de jeringuillas. 

A pesar de que el objetivo es prevenir el contagio de enfermedades, la policía ha constatado que muchos de los que vienen a Gurney Street llegan a recolectar cerca de 200 jeringuillas diarias y consiguen ganar unos $200 en metálico para financiar su adicción. Si Conrail consigue finalizar a tiempo las responsabilidades asumidas en el contrato para “llevar a cabo una limpieza tópica de jeringuillas en las áreas de mayor concentración, incluyendo los pasos de nivel y desechables”, lograrán reducir a la mitad la actividad en Gurney Street.. 

Ni Conrail ni la Ciudad de Filadelfia respondieron a nuestras solicitudes de comentario sobre los progresos en la limpieza de la zona y el motivo de los retrasos a la hora de cerrar el hub de la heroína de la ciudad.