El oeste de Estados Unidos enfrenta una de las temporadas de incendios más devastadoras de su historia reciente. Este jueves, residentes de Los Ángeles despertaron con un panorama desolador: las llamas avanzan sin control por suburbios como Altadena y Pacific Palisades, dejando un rastro de muerte y destrucción. Hasta la fecha, se han perdido cinco vidas y más de 11.000 hectáreas han sido consumidas por el fuego.  

En Altadena, donde se registraron las cinco muertes, el incendio ha arrasado con más de 4.200 hectáreas. Kalen Astoor, una residente local, describió el entorno como “muerte y destrucción” mientras procesaba los daños en el vecindario de su madre. Aunque la vivienda de su familia permaneció en pie, muchas otras no corrieron la misma suerte.  

En Pacific Palisades, un incendio que comenzó el martes ha carbonizado más de 6.900 hectáreas, destruyendo más de 1,000 edificaciones y obligando a decenas de miles a evacuar, incluidas celebridades como los actores James Wood y Mark Hamill. Kristin Crowley, jefa de bomberos, calificó este desastre como “uno de los más destructivos de la historia de Los Ángeles”.  

Aunque los vientos han disminuido ligeramente, las autoridades mantienen la alerta roja, y meteorólogos advierten que las condiciones siguen siendo propicias para una propagación rápida del fuego. Las evacuaciones masivas y la falta de electricidad en más de 300,000 hogares agravan la situación, mientras que los bomberos enfrentan el agotamiento de recursos locales. En algunas áreas, los hidrantes se secaron, y equipos de estados vecinos tuvieron que ser movilizados.  

El impacto no se limita al daño material. En medio del caos, el saqueo en zonas evacuadas es un nuevo desafío para las autoridades. Según el sheriff de Los Ángeles, Robert Luna, al menos 20 personas han sido arrestadas por aprovecharse de la tragedia.  

Este tipo de incendios, exacerbados por el cambio climático, son cada vez más frecuentes en el oeste estadounidense. Los patrones meteorológicos alterados han generado condiciones extremas que aumentan la intensidad y la duración de estos desastres.  

El invierno golpea al este

Mientras el oeste lucha contra las llamas, el este de Estados Unidos enfrenta una ola de frío extrema que ha paralizado a gran parte del país. Desde el domingo, una peligrosa tormenta invernal ha causado al menos cinco muertes, cancelado cientos de vuelos y sumido a varias regiones en temperaturas bajo cero.  

El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) ha pronosticado nevadas intensas, lluvias heladas y condiciones gélidas para el sur en los próximos días. La tormenta ha impactado la demanda de energía, elevando los precios del gas natural en un 1.86% y del petróleo crudo en un 1%. Según analistas, la necesidad de combustibles para calefacción ha impulsado esta subida, aunque los altos inventarios de petróleo en Estados Unidos han limitado un mayor incremento.  

Además del impacto económico, las condiciones meteorológicas extremas han desafiado la infraestructura del país. Carreteras peligrosamente congeladas, interrupciones en el suministro eléctrico y el cierre de escuelas son algunas de las consecuencias de este invierno.  

El contraste entre los incendios en California y la ola de frío en el este subraya los extremos climáticos que enfrentan los Estados Unidos, evidenciando una crisis climática que ya no puede ser ignorada.

Con información de AFP