Durante los últimos siete meses, los baristas de Starbucks de varios estados han estado muy ocupados, y no sólo preparando cervezas frías y frappuccinos. 

El miércoles 14 de junio, los Socialistas Democráticos de América de Filadelfia (Philly DSA) organizaron un "Sip-in" en el local de la calle 12 y Walnut para concienciar sobre la más reciente campaña de sindicalización en el local y las tácticas antisindicales que afectan a los baristas que se organizan para conseguir un mejor lugar de trabajo. 

Desde las 10 de la mañana hasta las 2 de la tarde, los miembros de la DSA de Filadelfia proporcionaron una presencia amistosa y de apoyo a los trabajadores, y repartieron pins y literatura sobre la causa a los clientes.

Se animó a los clientes que asistieron al sip-in a que pidieran una bebida fácil de preparar usando "Union Strong" como nombre, a que dieran una buena propina y en efectivo, y a que escribieran una nota en el tablón de anuncios de la tienda. 

En su primera carta al director general interino de Starbucks, Howard Schultz, los trabajadores de 12th and Walnut dijeron que quieren volver a sentirse orgullosos de trabajar en Starbucks, porque por el momento, ese no es el consenso general. 

"Tal y como están las cosas, nos encontramos con condiciones de trabajo injustas e inseguras. Nuestros salarios no compiten con el aumento del coste de la vida. Regularmente nos recortan las horas, lo que pone en riesgo nuestros beneficios, nuestro sustento y la seguridad financiera de nuestras familias. Esperamos que reconozcan que el marco para formar un sindicato es el rendimiento a través de la lente de la humanidad", decía la carta. 

Los empleados de Starbucks en Seattle, Utah, Pennsylvania, Massachusetts, Georgia y otros lugares se han movilizado con un sorprendente nivel de éxito. 

Desde diciembre de 2021, cuando dos tiendas de Buffalo, Nueva York, votaron con éxito para sindicalizarse, más de 150 tiendas en todo el país han seguido su ejemplo. Pensilvania tiene ahora cinco locales sindicalizados, y cuatro de ellos están en Filadelfia. 

El mes pasado, estos cuatro locales celebraron sus victorias electorales con una rueda de prensa en el exterior del local de la calle 20 y Market. 

Los baristas estuvieron acompañados por los concejales Helen Gym, Kendra Brooks y Patrick Eiding, presidente de AFL-CIO, la mayor federación de sindicatos de Estados Unidos. 

Pero no todos los locales de Starbucks de Filadelfia que han lanzado una campaña sindical han tenido tanto éxito. La tienda de la calle 20 y Callowhill, que fue una de las primeras en presentar una petición, perdió las elecciones sindicales. 

Ahora, los trabajadores de la tienda de la calle 12 y Walnut han presentado una petición para sindicalizarse, pero los organizadores están frustrados y abrumados por las agresivas tácticas de anulación del sindicato. Esta es ahora la séptima tienda de Starbucks en la ciudad que intenta la sindicalización.

El 13 de abril, los trabajadores de esta tienda anunciaron oficialmente su objetivo de unirse a Starbucks Workers United, el colectivo de socios de Starbucks de todo el país que se están organizando para sindicalizar sus lugares de trabajo. 

En su carta del 3 de junio a Schultz, los baristas de 12th y Walnut expusieron sus quejas, entre las que se incluyen salarios que no se ajustan a la inflación, falta de precauciones de seguridad COVID-19, problemas de horarios, formación y escasez de personal, y más. 

"Podemos hacerlo mejor y, para ello, la dirección tiene que escuchar mejor a las personas que están en primera línea de esta empresa y hacer un seguimiento con mejoras significativas", decía la carta. 

Las elecciones sindicales tendrán lugar el martes 21 de junio. Pero mientras la campaña avanza, los trabajadores de este centro se enfrentan a tácticas antisindicales por parte de la dirección. Se les ha recortado el horario y los trabajadores se enfrentan a una intimidación constante, entre otras cosas. 

El mes pasado, Alexandra Rosa, supervisora de turno en la tienda de la calle 20 y Market, detalló algunas de estas tácticas a las que ella y sus compañeros organizadores se enfrentaron antes de ganar las elecciones. 

"Nos han recortado las horas y siguen disminuyendo desde que presentamos nuestra petición de sindicalización, lo que ha obligado a muchos a considerar la posibilidad de buscar otros trabajos. Se nos sigue obligando a asistir a reuniones corporativas obligatorias, en las que se difunde información errónea sobre Workers United y la negociación", escribió Rosa en The Philadelphia Inquirer.