Tras el catastrófico paso del huracán María por Puerto Rico el 20 de septiembre pasado, en el que la totalidad del sistema eléctrico quedó inservible, el servicio de agua potable seriamente afectado y la infraestructura vial con graves daños, la migración de isleños hacia tierras continentales se ha disparado.

El éxodo, que algunos proyectan le arrancará casi medio millón de personas a la población boricua en los próximos dos años, es el relato de una comunidad golpeada por todos lados. Florida ha recibido a más de 90.000 boricuas desde principios de octubre, una cifra que da cuenta de un nuevo y más dramático capítulo de la Diáspora puertorriqueña.

En Pensilvania y más exactamente en Filadelfia, ese relato ya empieza a conocerse en las voces de quienes están llegando. 

Desde principios de octubre y hasta el pasado 10 de noviembre, la Oficina de Manejo de Emergencias de la alcaldía de Filadelfia (OEM) atendió a 973 personas, 456 familias, que se acercaron al puesto de atención de damnificados levantado en el Rivera Recreation Center (calle 5 con Allegheny) por diferentes entidades de la administración local y organizaciones civiles.

Según voceros de la OEM, la necesidad más apremiante que enfrentan quienes llegan es la del albergue. Muchos tienen familiares y amigos donde quedarse, pero aún hay una gran cantidad que permanecen en albergues temporales puestos a disposición por el programa de Asistencia en Alojamiento Transitorio de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias, FEMA.

Precisamente, el director de la OEM, Dan Bradley, hizo un llamado a los hoteles de la ciudad para que se inscriban en el programa de FEMA y así poder asegurar condiciones de alojamiento digno a las víctimas del huracán provenientes de Puerto Rico y las Islas Vírgenes. 

Las entidades gubernamentales que participan en el proceso de recepción y apoyo de los damnificados son la OEM, FEMA, PEMA, el Salvation Army, el Departamento de Salud Pública, el Departamento de Servicios Humanos, la Asociación de Negocios Pequeños de Estados Unidos y la Filadelfia Medical Reverse Corps.

Los esfuerzos por brindarle alivio a los puertorriqueños no son solo de los gobiernos local, regional y federal. La sociedad civil de Filadelfia, en especial la comunidad puertorriqueña de la ciudad, han movilizado cientos de miles de dólares para llevar ayuda a la isla.

A finales de octubre los organizadores de la campaña Unidos Pa’PR reunieron $200.000 en donaciones. Ese fin de semana, varios integrantes de la campaña viajaron a la isla en misiones humanitarias que pueden seguirse a través de la cuenta @UnidosPaPuertoRico de Facebook.