De acuerdo con una serie de mediciones satelitales llevadas a cabo por la NASA y la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), entre el 7 de septiembre y el 13 de octubre de 2022, el tamaño del agujero de la capa de ozono en el Hemisferio Sur alcanzó un área promedio anual de 23.2 millones de kilómetros cuadrados, una cifra que, aunque continúa siendo alta, representa una leve reducción en comparación con el año pasado, lo que significa también una tendencia a la baja en los últimos años.

Paul Newman, científico del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, destacó:

Con el paso del tiempo, se están haciendo progresos constantes y el agujero es cada vez más pequeño.

A pesar de que la nueva medición marca una extensión ligeramente inferior a la conseguida el año pasado, sí se encuentra muy por debajo de la media cuantificada en 2006, cuando se reportó su máximo histórico. 

Protocolo de Montreal

Entre los factores que han influido para la reducción del tamaño del agujero en las últimas dos décadas, los expertos señalan la importancia del Protocolo de Montreal, el cual promueve la eliminación de sustancias que dañan la capa de ozono.

Siendo el único tratado internacional ratificado por todos los países de la Tierra con este objetivo, este protocolo, suscrito hace 35 años, prohibe la liberación de sustancias químicas nocivas para la capa de ozono llamadas clorofluorocarbonos o CFC.

Methane is far more effective than carbon dioxide at trapping heat in Earth’s atmosphere. Our new @NASAClimate EMIT mission, designed to measure atmospheric dust, has mapped more than 50 methane “super-emitters” around the planet: https://t.co/d4OhBwIeOQ pic.twitter.com/9QLxDMN0nW

— NASA (@NASA) October 25, 2022

¿Cómo prevenir la expansión del agujero?

Teniendo en cuenta que el cloro y el bromo, derivados de compuestos producidos por el hombre, se liberan a partir de reacciones químicas en las nubes polares de gran altitud, la acción de estas sustancias químicas sobre la capa de ozono hace que esta se empiece a agotar cuando sale el Sol en septiembre, hacia el final del invierno, un efecto que se produce con mayor importancia en la Antártida. 

Los expertos también analizaron los posibles impactos estratosféricos de la erupción del volcán Hunga Tonga-Hunga Ha'apai en enero de 2022, recordando cómo la erupción del Monte Pinatubo de 1991 liberó cantidades considerables de dióxido de azufre que amplificaron el agotamiento de la capa de ozono, pero por el momento no se ha detectado un impacto directo.