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Foto: PikoTamashiro/Perú21
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Los Latinos y el Aborto: el debate eterno entre la legislación y la Fe

Mitos, constructos culturales y contradicciones abundan en la manera en que la comunidad Latinoamericana aborda el asunto.

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Cuando una mujer latinoamericana queda embarazada son muchos los escenarios posibles dependiendo de su situación: desde el estado idílico de la joven que se casa enamorada de su “príncipe azul”, cumpliendo las normas sociales y religiosas establecidas por la comunidad y el mandato “creced y multiplicaos” - que no siempre es el más frecuente - hasta la adolescente que se da cuenta de su falta menstrual después de un jugueteo sexual sin contar con las consecuencias.

Pero no podemos olvidar que el embarazo requiere una serie de cambios físicos, psicológicos y sociales además de una carga de responsabilidades que exigen un estado de salud integral en la madre para llevarlo a buen término, aunque lamentablemente ésta no es la realidad de muchas de nuestras mujeres. Aparece entonces la legalización del aborto como gran tema de discusión de la década en América Latina, a excepción de Cuba (legal desde 1965) generándose un movimiento por el derecho de la mujer a tomar la decisión.

Mientras en varios países como Uruguay, México y Chile se ha aprobado el aborto en varias causales y en Argentina, Brasil, Perú y Colombia se discuten leyes para su despenalización, los aspectos fundamentalmente religiosos siguen dificultando el flujo de estas decisiones e incluso generan una polarización muy importante en la población y a nivel político como vemos en estos días en los EEUU.

El cristianismo: ¿bastión Pro-Vida?

En Latinoamérica la colonización española dejó huellas en el quehacer social, económico y político que trascienden nuestra independencia. La cristianización de los pueblos originarios marca, en pleno siglo XXI muchas de las decisiones que se toman a nivel individual, familiar e incluso gubernamental; por ejemplo, la despenalización del aborto tiene hondas raíces en los mandatos religiosos.

Para una mujer latina el aborto no es un paso fácil. Pensar en ello no sólo tiene que ver con la postura individualista de que el hijo por venir puede ser una carga para su ascenso profesional o el desarrollo de sus proyectos personales como se ha planteado. Hay otros temas que le quitan el sueño como enfrentar la maternidad en un país extraño, sin los recursos económicos que le permitan brindar a ese niño calidad de vida; la ausencia de apoyo familiar o de la pareja, tener más hijos algunas veces de padres diferentes, el castigo social por ser madre soltera y, más frecuentemente, ser adolescente o haber concebido en condiciones de violencia sexual.

Padecer alguna enfermedad crónica que amerite tratamiento a permanencia, ser portadora de VIH, cursar con un embarazo de alto riesgo que pueda poner en riesgo su vida o la del bebé, malformaciones congénitas que amenacen la salud de su hijo pueden ser otras causas de considerar el aborto como una opción.

Lamentablemente es frecuente atender en nuestra consulta mujeres que enfrentan situaciones semejantes y se encuentran en una disyuntiva frente al aborto como posibilidad y el castigo social, religioso y legal que podría traerles su decisión. Peor aún resulta elaborar la culpa en aquellas que en algún momento se practicaron un aborto y cargan con la pena del gran “pecado” cometido y asumen negarse la maternidad como “castigo” por haber “asesinado” a su hijo.

Si bien algunos estudios hablan del cambio generacional en la postura que tienen los latinos frente al aborto sobre todo los migrantes en los EE.UU., no podemos dejar de lado que la mujer latina carga sobre sus hombros una estructura social bastante rígida y unos valores religiosos muy arraigados, y aunque cambie de país, adquiera nuevas costumbres y formas de vida, no le resulta fácil deshacerse de factores culturales transmitidos por generaciones y luchar contra prejuicios que la mayoría de las veces generan sufrimiento.

Hablar desde los derechos hasta la educación sexual

El rostro visible de la legislación en contra del aborto es la defensa del derecho a la vida del feto sin tener en cuenta el otro lado de la vereda que es la madre, sin escuchar su voz, ignorando los pormenores de su situación y la realidad que vive.

Promover leyes rígidas que limiten las causales del aborto o simplemente lo prohíban de forma absoluta, sólo fomentarán el incremento de esta práctica de forma clandestina poniendo en riesgo la salud y la vida de las mujeres que acudan a ellas, la mayoría de las veces en manos poco experimentadas y no profesionales. Las estadísticas a nivel de Latinoamérica son claras: el porcentaje de abortos inseguros son mayores en los países con mayores restricciones legales.

La Organización Mundial de la Salud recomienda sustituir la penalización del aborto por la promoción de la salud sexual y reproductiva como una manera de disminuir la mortalidad materna.

Entonces la educación para una sexualidad responsable, el uso adecuado de la anticoncepción y la legislación sobre el aborto seguro son recomendaciones que fomentan la salud materno infantil.