Devi Ramkissoon: Un modelo de sostenibilidad y resiliencia
Como directora ejecutiva de la SBN, se ha comprometido a servir y defender el avance de las pequeñas empresas y las comunidades infrarrepresentadas.
De niña, en Guyana, Devi Ramkissoon conoció muy pronto el mundo de la sostenibilidad y la vida sostenible.
Aunque solo vivió unos años en el país sudamericano antes de trasladarse a Estados Unidos, sus experiencias allí fueron las que forjaron la persona que es hoy y su perspectiva del mundo.
Debido a algunos de los problemas económicos de Guyana, Ramkissoon y su familia emigraron a Nueva York cuando ella era aún una niña. “Mi experiencia de vivir en la pobreza, unida a la forma en que la comunidad se unió para apoyarse mutuamente, determinó la forma en que veo mi trabajo hoy en día”, afirmó Ramkissoon en una entrevista con AL DÍA.
Sostenibilidad y resiliencia son dos palabras que han guiado su vida y su carrera.
Una forma de vida
Ramkissoon recuerda su infancia en Guyana, cuando su familia reutilizaba materiales para fabricar otros objetos y sus abuelos tenían una pequeña granja. Recuerda a su abuelo martilleando el tejado de hojalata para fabricar otras herramientas y utilizando un barril para obtener agua limpia para regar las plantas y lavar la ropa. “Ese tipo de prácticas formaban parte de mi vida cotidiana y quedaron grabadas en mi memoria como formas de supervivencia para superar una situación económica difícil”, recordó.
También conserva en la memoria el reparto de recursos en las comunidades. Recuerda cómo las familias de la comunidad de sus abuelos compartían recursos y alimentos en épocas difíciles.
Los conceptos de sostenibilidad y resistencia viajaron con ella y su familia cuando empezaron su nueva vida en Estados Unidos. “Dejamos que ese tipo de prácticas se trasladaran a nuestra época de nuevos inmigrantes en este país”, afirmó.
Llegar a un nuevo país conllevaba sus retos, pero encontraron una comunidad de otras familias e inmigrantes que utilizaban prácticas similares.
Aunque el término sostenibilidad no formó parte de su vocabulario sino hasta más tarde en sus años de formación, el concepto ha sido un principio rector constante.
El siguiente capítulo
Cuando entró en la universidad, Ramkissoon empezó estudiando astrofísica, creyendo que entonces seguiría una carrera como científica, pero “le picó el bicho de la justicia social”, como ella dice, mientras estudiaba en el Swarthmore College.
Entre sus numerosas prácticas, se incluyen algunas en organizaciones de justicia social, como una que defendía los derechos de la comunidad sudasiática estadounidense tras los atentados del 11 de septiembre. Eso encendió un interruptor en la mente de Ramkissoon. Como ella afirma, “comprendí que mis objetivos e intereses en la vida tenían que ver con el servicio y con averiguar cómo podía canalizarlo”.
Como resultado, cambió su especialización a Ciencias Políticas y Literatura Inglesa, con las que estudió las raíces del colonialismo en su Guyana natal y cómo las antiguas colonias británicas se impulsaron hacia la independencia. Esa experiencia le ayudó a adquirir una perspectiva más global de los acontecimientos mundiales.
La vocación de servicio
Una vez Ramkissoon descubrió que su vocación era el servicio, empezó a determinar cómo lo haría como opción profesional. Gran parte de ese descubrimiento tuvo lugar en la escuela de posgrado, cuando cursó un máster en Servicio Exterior en la Universidad de Georgetown.
Allí centró su atención en temas como la reducción de la pobreza y el desarrollo económico, con especial enfoque en las comunidades agrícolas. Ese trabajo estableció paralelismos entre su propia educación y las luchas a las que siguen enfrentándose las comunidades de los países en desarrollo.
Según Ramkissoon, “gran parte de mis estudios de posgrado se centraron en perfeccionar esos conocimientos y sentar las bases para llevarlos a cabo. Disfruté especialmente de mi programa porque estaba rodeada de una gran diversidad de estudiantes. Para mí era muy importante no tomar clases solo con otros estadounidenses, sino escuchar otras perspectivas que desafiaran las mías y fueran diferentes”, añadió.
La mayor parte de su carrera profesional la desarrolló en Chemonics International y en la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), trabajando con comunidades agrícolas.
En Chemonics, dedicó gran parte de su tiempo a trabajar con la Red de Sistemas de Alerta Temprana contra la Hambruna. Gestionó varios proyectos de entre 100 y 200 millones de dólares, centrados en la recopilación de datos y el análisis de indicadores de hambruna en todo el mundo, con el objetivo de prevenirla.
Aunque su trabajo se centró principalmente en el África subsahariana, Ramkissoon supervisó más de 30 oficinas nacionales en todo el mundo.
Al cabo de tres años, decidió que quería pasar de la vertiente humanitaria de la seguridad alimentaria al desarrollo a largo plazo. Esa decisión facilitó su traslado a USAID, donde pasó la mayor parte de su tiempo trabajando en la iniciativa Feed the Future del expresidente Obama, que pretendía abordar el hambre y la inseguridad alimentaria en el mundo.
Allí se centró principalmente en el sur y el sureste de Asia, donde a menudo buscaba inversiones en proyectos que mejoraran la viabilidad de las empresas agrícolas, aumentaran los ingresos de los agricultores y apoyaran el medio ambiente, con especial atención a la iniciativa empresarial de las mujeres.
Para Ramkissoon, “las experiencias más significativas fueron cuando trabajé directamente con las comunidades a las que servía mientras vivía y viajaba al extranjero”.
En general, el trabajo estaba estrechamente ligado a sus pasiones por la reducción de la pobreza y el desarrollo económico. Pero también “con mi pasión por apoyar a las mujeres empresarias y a las comunidades marginadas de distintos países, y por pensar de forma más creativa en cómo atraer inversores extranjeros a esos países”.
Red de Empresas Sostenibles de Gran Filadelfia
En el 2018, cuando trabajaba en USAID, Ramkissoon se mudó a Filadelfia. Fue un regreso a la región que había conocido durante sus estudios universitarios y al principio de su carrera. Tras regresar a la ciudad más de una década después, comenzó a reflexionar sobre su funcionamiento interno. Durante su primera visita, la ciudad le pareció muy prometedora y con un desarrollo económico muy positivo, pero a su regreso se dio cuenta de que muchos de los problemas de la década anterior seguían existiendo, incluso más.
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“Empecé a pensar que tenía que haber una forma de canalizar lo que hacía en el extranjero y aplicarlo a los retos de esta ciudad”, señaló. En un momento de enorme necesidad debido a la pandemia, Ramkissoon estaba aún más decidida a trabajar por su comunidad local.
Al buscar oportunidades para llevar a cabo su proyecto, vio una vacante en la Red de Empresas Sostenibles de Gran Filadelfia (SBN, por sus siglas en inglés), que buscaba un nuevo director ejecutivo. Ese puesto encajaba perfectamente con el trabajo que ya había realizado a lo largo de su carrera y con lo que le interesaba hacer a continuación por su comunidad local.
“La posibilidad de trabajar con empresas sostenibles y locales me resultaba especialmente atractiva porque había visto en las empresas el motor del crecimiento económico en el extranjero, y creo en ese modelo”, señaló.
Poder trabajar con una organización que comparte los mismos valores por los que ella ha vivido toda su vida era una oportunidad que no podía dejar escapar.
El triple balance
En febrero del 2022, Ramkissoon fue nombrada oficialmente nueva directora ejecutiva de la SBN, cuya misión es construir una economía justa, ecológica y próspera en la región de Filadelfia.
El término fue acuñado en 1994 por el empresario John Elkington, y se centra en el impacto social, medioambiental y financiero de las empresas.
De acuerdo con Ramkissoon, “son las personas, el planeta y los beneficios. Es hacer negocios que sirvan a las personas, sean tus propios empleados y sus familias, o la comunidad en la que trabajas o vives. El componente del planeta se refiere a las formas de tener un impacto medioambiental positivo a través de tu negocio, y el último es la rentabilidad, el objetivo principal de la mayoría de las empresas. Es importante que todas las empresas obtengan beneficios para sobrevivir, pero hay formas de hacerlo de forma más sostenible”.
La SBN es la única organización regional de defensa y afiliación de empresas comprometida con la mejora de su impacto medioambiental y social, así como de su rentabilidad, filosofía que sigue Ramkissoon.
El futuro de la sostenibilidad en los negocios
Para Ramkissoon, la sostenibilidad no es una opción. “Creo que todas las empresas tienen que ser sostenibles para que nuestro planeta y nuestras comunidades sobrevivan”, señaló. Por ello, está decidida a trabajar junto a las empresas que ya han adoptado el modelo de empresa sostenible y, al mismo tiempo, ayudar a las que quieren llegar a él.
Dada la diversidad de la región de Filadelfia, Ramkissoon es consciente de la importancia de garantizar que todos los programas y eventos de la SBN reflejen las necesidades, experiencias y retos a los que se enfrenta la diversa comunidad empresarial. “Me remonta a mi experiencia de niña”, indicó.
Asimismo, añadió: “sé que muchas comunidades diversas de esta región tienen prácticas y experiencias similares con la sostenibilidad, así que quiero trabajar, a través de la SBN, para resaltar mejor algunas de esas experiencias, de modo que más empresas y comunidades diversas puedan verse reflejadas en el trabajo que hacemos”.
Las instituciones financieras de desarrollo comunitario (CDFI, por sus siglas en inglés) y otras organizaciones medioambientales y de defensa empresarial son clave del éxito. “Un éxito para nosotros significará un éxito para otra organización, y, del mismo modo, un éxito para ellos nos eleva y nos permite seguir triunfando en nuestro trabajo”, añadió Ramkissoon.
En definitiva, el objetivo de Ramkissoon es ayudar a la región a hacer de la sostenibilidad una práctica viva que forme parte del modo de vida de las comunidades y empresas locales.
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