En un mundo empresarial en constante evolución, la capacitación de ejecutivos y empleados se ha convertido en un factor estratégico para el crecimiento y la competitividad de las empresas. Sin embargo, la clave no está en capacitar por moda, sino en invertir en habilidades alineadas con los objetivos del negocio y medir su impacto real. Empresas en Latinoamérica han comprobado que un enfoque estratégico en la formación puede aumentar la productividad hasta un 20% y generar un retorno de inversión (ROI) de hasta 150 veces.

Estas son las habilidades que hay que cultivar en todos los niveles de una compañía:

1. Inglés y habilidades digitales: Impulsando la competitividad global
El dominio del inglés y la adopción de herramientas digitales son esenciales para competir en un entorno globalizado. Empresas líderes están invirtiendo en formación en inglés corporativo y en el uso de plataformas digitales que faciliten la comunicación y la gestión eficiente de equipos multiculturales.

2. Gestión y liderazgo: Metodologías para equipos de alto desempeño
Más allá de las habilidades tradicionales de liderazgo, las organizaciones están priorizando metodologías como los OKRs (Objectives and Key Results) y la gestión ágil. Estas herramientas permiten mejorar la toma de decisiones y la adaptabilidad en un mundo empresarial cada vez más dinámico.

3. Transformación digital y ciberseguridad: Protección y adaptación en la era tecnológica
La digitalización de procesos ha traído consigo la necesidad de fortalecer la seguridad de la información. La capacitación en transformación digital y ciberseguridad es clave para garantizar la protección de datos y la continuidad operativa ante amenazas cibernéticas en aumento.

4. Análisis de datos e inteligencia artificial: Decisiones basadas en información precisa
El uso estratégico de datos es un diferenciador clave en la actualidad. Empresas están capacitando a sus empleados en análisis de datos e inteligencia artificial para optimizar operaciones, predecir tendencias del mercado y tomar decisiones fundamentadas en información real.

Los errores que hay que evitar

Uno de los principales errores en la formación empresarial es la falta de métricas claras. Para evitarlo, las organizaciones deben definir objetivos específicos y evaluar el impacto de sus programas en indicadores clave como productividad, desempeño y retorno financiero. No está bien plantear como objetivo "mejorar la productividad" o "fortalecer habilidades blandas".

Como señala Néstor Fonseca G., Head of Sales en Platzi: "En muchas organizaciones la capacitación es vista como un costo, pero en las empresas de alto desempeño es una inversión estratégica que impulsa el crecimiento".

Por eso es clave evitar herramientas y metodologías de moda en lugar de soluciones que realmente impacten el resultado.
Finalmente, la falta de seguimiento y medición del impacto puede hacer mucho daño. Las compañías deben medir con claridad qué impacto están teniendo sus capacitaciones más allá de la asistencia o la satisfacción de los participantes.

Empresas en Latinoamérica están redefiniendo sus estrategias de formación para garantizar que sus equipos adquieran las habilidades que realmente necesitan. La capacitación efectiva no solo fortalece a los empleados, sino que también genera resultados tangibles para el negocio.