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Guerrero recently got a PhD in Education from the University of California, Santa Barbara. A year ago, Guerrero launched FirstGen Resilience with the purpose of helping more first-generation Latinos access college and graduate school.
Guerrero cuenta con un PhD en Educación y hace a penas un año lanzó FirstGen Resilience con el propósito de ayudar a más latinos de primera generación en hacer estudios universitarios. Foto: Sergio Garcia

Ana Guerrero y su historia de amor por la educación

Esta mexicana cuenta cómo sus padres le inculcaron el amor por la educación y su interés para que más latinos tengan acceso a la educación superior

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Todos los veranos, el papá de Ana Guerrero le asignaba la tarea de leer y escribir en español, cosa que le irritaba porque, ¿qué niño quiere estudiar en vacaciones? Pero lo que ella no entendía en ese entonces, es que Isaías Guerrero tenía su misión bien clara: Que su hija conservara el español aunque viviera en los Estados Unidos. 

Patricia Guerrero, su madre, hacía algo muy parecido durante el verano. Después de un largo día de trabajo como empleada doméstica, llevaba a Ana a las bibliotecas para que escogiera un libro para leer. Patricia buscaba que su hija entendiera desde muy temprano el valor de la educación a través de la lectura, además de mantenerla ocupada, porque en el rancho donde vivían no había mucho para hacer y menos cuando se trata de mantener a una niña de primaria entretenida. 

“Mi papá desde chicos nos enseñó a leer y a escribir en español porque sabía que no íbamos a aprender nuestro lenguaje en las escuelas. Él se tomó el tiempo y nos sentaba a escribir y nosotros bien molestos. ¡No queríamos estudiar en vacaciones! Pero siempre supe que yo tenía que ir al colegio (universidad), porque sabía que era el único camino para superarme aquí en este país. Además, hubo mucho enfoque hacía eso por parte de mis papás, aunque ellos nunca fueron ni a la preparatoria. Ellos querían otra vida para nosotros”, sostuvo Ana en entrevista con AL DÍA.  

Isaías llegó al estado de California hace más de 30 años. Migró desde la Ciudad de México en busca de opciones médicas para el hermano mayor de Ana, quien enfrentaba problemas de salud. Se ubicó en la ciudad la Goleta, donde años después encontró trabajo en el rancho Venadito Canyon para hacerse cargo de su mantenimiento. Patricia también trabajaba para el rancho como empleada doméstica. Por años, los cinco integrantes de la familia Guerrero vivieron en un trailer localizado en los predios del rancho.

Su vida en el rancho

Ana nació en Ciudad de México. Llegó a los Estados Unidos cuando apenas tenía un año de edad. Comenzó la primaria en la escuela Vistas de las Cruces, cercana al rancho Venadito. Según contó, una gran parte de sus compañeros de clase eran inmigrantes latinos cuyos padres trabajaban para los dueños de los ranchos. En la casa de Ana siempre se hablaba español. Mientras que en las clases todo era en inglés. Así que la mejor forma de comunicarse era, y continúa siendo, a través del spanglish.

“Nuestros papás no hablaban inglés. Así que tuvimos que aprender a navegar las dos áreas de nuestra vida (familia y escuela) en distintos lenguajes. Pero teníamos amistades iguales que crecimos como inmigrantes y hablábamos mucho spanglish. Aún uso palabras en inglés y español en una misma oración. Siento que me identifico más con el spanglish que con sólo el inglés”, confesó Ana, quien tiene 33 años.

Cuando llegó al grado 12, no tenía claro qué hacer con sus estudios superiores. No contaba con consejería, ni apoyo de personas cercanas con estudios universitarios. Tampoco tenía quién le aconsejara sobre becas de estudios disponibles y cómo solicitarlas.  

Las oportunidades llegaron cuando comenzó a estudiar en Santa Bárbara City College. Un día, uno de los consejeros del colegio le hizo una pregunta cuya respuesta la llevaría a convertirse en la primera generación de su familia en graduarse de estudios universitarios.

“Ana, quiero que vayas a tu casa y le preguntes a tu papá qué colegio o qué universidad él solía escuchar en México que era una buena escuela”. 

Y así hizo. Ana regresó a su casa y le preguntó a su papá lo que le sugirió el consejero. Su respuesta fue: “En ese tiempo, yo escuchaba mucho de Berkeley”.

Ana logró ser admitida en ocho universidades distintas, logrando graduarse de un bachillerato en Sociología de la Universidad de Berkeley. De ahí salió con más hambre de conocimiento y un deseo en ayudar a más latinos como ella a ser los primeros en su familia en acceder a la educación superior.

“Esa fue la primera vez que se me plantó una semilla de que podía hacer algo más grande. Así fue que empecé a animarme a hacer cosas difíciles y a darme cuenta de que sí puedo hacerlo”, aseguró. 

La joven mexicana también cuenta con un máster en Educación con énfasis en Cultura y Desarrollo de la Universidad de California en Santa Bárbara (UCSB). Allí se destacó por realizar una investigación longitudinal sobre las narrativas del desarrollo de las aspiraciones universitarias y profesionales de los estudiantes latinos de primera generación y el desarrollo de sus identidades.

La ruta hacia el doctorado

Ana nunca imaginó obtener estudios doctorales. Lo veía como algo inalcanzable. Pero  cuando empezó a trabajar en el Santa Barbara City College, donde había estudiado anteriormente, su supervisora la convenció para que comenzara estudios de PhD. 

Durante el verano de este 2022, Guerrero se graduó de su doctorado del Departamento de Educación en la Universidad de California, Santa Bárbara (UCSB), donde su papá trabaja como jardinero. En los años que estuvo estudiando allí, Ana siempre pasaba a saludarlo. A veces hasta se iba a tomar el descanso mientras lo veía jugar al fútbol con sus colegas de trabajo..

“Ver a mi papá ahí, agachado en el sol trabajando, me dije: ‘Ese es mi papá, de aquí vengo’”, cuenta..

Por otro lado, Ana Guerrero ha criticado la falta de representación de latinos en las universidad y los retos que enfrentan las mujeres latinas al adentrarse a una cultura universitaria completamente opuesta a sus identidades.

“Al ser baja y morenita, muchas veces me sentía subestimada y no tomada en serio. Tuve que aprender a ser asertiva y creer en mí misma”, continuó.
Para Guerrero, las instituciones deberían enfocar más sus esfuerzos en entender y escuchar a los estudiantes latinos para que conozcan qué necesitan, cuáles son sus experiencias y qué es importante para ellos. 

FirstGen Resilience

FirstGen Resilience es un proyecto que lanzó la recién graduada a raíz de su experiencia a través de su camino y trayectoria por la educación superior. “Mi proceso fue bien aislado. Tuve que aprender con muchos desafíos y fracasos”, confesó.

Tomando su historia como motivación para facilitar el acceso a la educación en la comunidad latina, el proyecto arrancó oficialmente hace un año. Ofrece talleres y orientación a estudiantes latinos de primera generación que buscan acceder a la universidad y entrar a escuela graduada. La doctora Guerrero ayuda a jóvenes latinos a aplicar a becas universitarias, a cómo solicitar una carta de recomendación, cómo escribir un correo electrónico pidiéndole a tu profesor una oportunidad para hacer investigaciones y también realiza coaching universitario. 

Señala que “la preparación de carreras para latinos es fundamental porque nuestra presencia en esta nación está creciendo. Si nosotros no estamos preparados para el mundo laboral actualmente, como está cambiando tan rápido, vamos a tener problemas como nación. Necesitamos poner más atención a las necesidades de los latinos porque somos muchos y vamos a seguir creciendo”. 

Ana ha trabajado con estudiantes de primera generación y con sus familias para ayudarles a prepararse mejor y aplicar a la universidad. También ha participado activamente en las iniciativas de las Hispanic Serving Institutions apoyando a los estudiantes en la transición, la adaptación y la navegación en la universidad. Como parte de estas iniciativas, Ana también proporcionó apoyo para la transición de los estudiantes de transferencia, específicamente en la UCSB.
 

Ana Guerrero

Más mujeres y latinos con PhD

Con base en el estudio ‘Who earns a U.S. doctorate?’, de la agencia gubernamental Fundación Nacional de Ciencias, el número de hispanos o latinos que recibieron un doctorado aumentó 67% entre el 2006 y el 2016. 

Como resultado, la cantidad de doctorados obtenidos por negros o afroamericanos ha aumentado ligeramente del 6% en 2006 al 7% en 2016. Mientras que la proporción concedida a hispanos o latinos ha crecido del 5% al 7%. 

Las mujeres han obtenido una ligera mayoría de todos los doctorados concedidos a ciudadanos estadounidenses y residentes permanentes cada año desde 2002. Han obtenido más del 30% de todos los doctorados concedidos a titulares de visados temporales durante ese periodo. 

De 1996 a 2006, la proporción de mujeres doctoradas pasó del 45% al 51% entre los ciudadanos estadounidenses y los residentes permanentes, y del 23% al 34% entre las mujeres con visados temporales. 

En general, el 46% de todos los doctorados en 2016 fueron concedidos a mujeres.

Recomendaciones para estudiantes

Antes de decidir qué universidad escoger, es importante estudiar ciertos aspectos de localización, clima y ofertas académicas. Primero, preguntar si se ve viviendo en ese lugar por cuatro años o más. ¿El clima de la universidad se adapta a sus necesidades? ¿Los clubes de la universidad son de su interés? ¿Los cursos van acorde con sus metas? ¿Encuentra interesante los trabajos del equipo de profesores y académicos? ¿Encuentra diversidad entre el profesorado? ¿Hay inclusión de latinos e hispanos?

Qué se necesita para solicitar estudios universitarios

  • Un promedio de GPA de 3,0, aproximadamente. 

  • De 2-3 cartas de recomendación.

  • Rellenar la aplicación del curso.

  • Enviar ejemplos de escritura. Por ejemplo: redactar un ensayo.

  • Recuerde que cada aplicación que envíe a universidades top tienen un costo aproximado de $120