El lunes, en todo el sistema de 10 campus de la Universidad de California, 48.000 asistentes de enseñanza e investigación, lectores, tutores, becarios postdoctorales e investigadores académicos se pusieron en huelga, acusando a la universidad de prácticas laborales injustas y de "no negociar de buena fe con el sindicato". 

"Los jefes de departamento y el profesorado trabajarán juntos para garantizar la menor cantidad de interrupciones en la impartición de la enseñanza y la calificación, así como en la investigación", dijeron los funcionarios de la UC Berkeley en un correo electrónico a los estudiantes de la universidad, según informó Politico.

Sin embargo, los huelguistas quieren un contrato que satisfaga las demandas del sindicato y que aborde el aumento de los costes de la vivienda y la inflación que están presentando dificultades económicas para los trabajadores, pidiendo un salario mínimo de 54.000 dólares para todos los trabajadores graduados y 70.000 dólares al año para los trabajadores postdoctorales. Además, amplía los permisos parentales y familiares remunerados, la gratuidad de las guarderías y la cobertura sanitaria para los dependientes de los trabajadores. 

"Estos empleados hacen valiosas contribuciones a la misión de enseñanza e investigación de la Universidad, tanto en funciones a tiempo parcial como a tiempo completo, y creemos que nuestras ofertas de salario justo, salud de calidad y beneficios para la familia, entre otras propuestas, son justas, razonables y responden a las preocupaciones del sindicato", dijo Ryan King, un portavoz de la negociación a Higher ED Dive.

La huelga amenaza con interrumpir de forma significativa las operaciones en 10 campus, especialmente en el caso de los trabajadores graduados responsables de la calificación y la enseñanza.

"Los bajos salarios de la UC obligan a los trabajadores a elegir entre dos malas opciones: pagar una cantidad atroz de dinero en alquiler cada mes y vivir cerca del campus, o pasar horas viajando desde un apartamento más barato que sigue consumiendo una cantidad insostenible de dinero", dijo la coalición de trabajadores, Fair UC Now, en su sitio web.

Pero esta no es la primera vez que los trabajadores graduados hacen huelga: hace tres años, los trabajadores graduados de la UC Santa Cruz se pusieron en huelga sin el apoyo del sindicato y acabó costando el puesto de trabajo a docenas de empleados. 

A principios de este año, el sindicato Student Workers of Columbia-United Auto Workers votó a favor de poner fin a la huelga después de una prolongada sesión de negociación con la Universidad de Columbia, "exigiendo un aumento de la compensación, la ampliación de las protecciones en el lugar de trabajo y el acceso a un arbitraje neutral en casos de discriminación, acoso y Título IX". 

Recientemente, la Asociación de Estudiantes Graduados de la Universidad de Temple (TUGSA), recibió el 99% de los votos a favor de la huelga pidiendo una remuneración justa, una carga de trabajo manejable y asignaciones puntuales, asistencia sanitaria para las personas dependientes, un permiso más largo por paternidad y por duelo. Si no se cumplen las exigencias de los dirigentes sindicales, puede producirse una huelga. The Temple News informa de que si se produce una huelga no se interrumpirán las operaciones del semestre de otoño y del semestre de primavera, incluido el acceso a las aulas, las bibliotecas y otros edificios del campus. 

La huelga detendrá las clases, las calificaciones y la investigación, algo que el Provost Gregory Mandel y Ken Kaiser, Vicepresidente Senior y Jefe de Operaciones, expresaron que no ocurrirá. 

Jesús Fernández Cano, asistente de enseñanza y doctorado de cuarto año en el Departamento de Español de la Facultad de Artes Liberales de la Universidad de Temple, votó a favor de la huelga. Menciona que "cada verano es más difícil pasar sin ningún ingreso y a la administración de Temple no le importa de dónde vengo [un estudiante internacional], qué trabajo hago y cómo sería mi futuro".