Pedro Espinoza y su poder de interconexión
Este peruano creó su primera empresa tecnológica siendo estudiante universitario de primer semestre. Nueve años después, destaca como fundador y CEO de Pan Perú
Pedro David Espinoza es conferencista TED, empresario, inversor tecnológico y autor bilingüe. Nació y creció en Perú y se trasladó a Estados Unidos a los 18 años, con una beca para asistir a la Universidad de California, Berkeley, en San Francisco.
Notar la falta de representación en el campus obligó a Pedro a romper barreras para sobresalir: “Tenemos que trabajar más duro, el doble, el triple o el cuádruple, para estar al mismo nivel que nuestros homólogos”, dice y atribuye esto a la oportunidad de abrazar su herencia latina.
Su primer contacto profesional se produjo cuando era estudiante universitario. Mientras estaba en el Golden Bear Cafe de Berkeley, se fijó en un hombre mayor que llevaba traje y decidió acercarse a él. Tras las presentaciones de rigor y saber que se trataba de Frank Baxter, exembajador de Estados Unidos en Uruguay, exconsejero delegado de Jefferies & Company y miembro del Consejo de la Fundación de la Universidad de California en Berkeley, empezaron a conversar en español.
“Dos generaciones diferentes, etnias, partidos políticos, religiones, fe, estatus socioeconómico, redes... congeniamos”, explicó Pedro. “Le conté mi idea de startup, mi idea de empresa tecnológica. Me dio su tarjeta de visita y le hice seguimiento. Le envié boletines y correos electrónicos”, contó.
Pedro se tomó su tiempo para fomentar una relación con Frank, que iba a lanzar un seminario sobre historia cívica latinoamericana, pero no conocía a ningún estudiante internacional latinoamericano que pudiera asistir. Pedro ya tenía amigos de República Dominicana, Puerto Rico, Brasil, Venezuela, Chile y Perú y decidió invitarlos a todos al seminario.
“No necesitas un título para ser un líder. No hace falta ser CEO para ayudar a otro CEO”, subrayó Pedro. Agregó que “la clave para mí fue verle como un ser humano, como un amigo, olvidando que es un CEO multimillonario, una persona poderosa”.
Pedro nunca imaginó que Baxter se convertiría en una pieza clave de su empresa, al solidificar la importancia de la creación de redes y el patrocinio.
Soñar en porcentajes
El rechazo de JP Morgan, Deloitte y McKenzie llevó a Pedro a replantearse sus planes de buscar empleo. “Nadie parece interesarse por mí ni me considera deseable o empleable”, dice Pedro refiriéndose a su imposibilidad para conseguir empleo o ser considerado para innumerables prácticas.
Tras asistir a un curso de emprendimiento tecnológico en Stanford, durante el verano de su primer año, pasó de soñar en porcentajes a convertirse en el porcentaje de los pocos emprendedores inmigrantes latinos en Estados Unidos capaces de crear una empresa tecnológica de éxito.
A los 19 años, lanzó su primera empresa tecnológica, SmileyGo, una aplicación que indexaba los datos de 1,3 millones de organizaciones sin ánimo de lucro, además de tener usuarios en más de 25 países. Fue respaldada por Baxter, el primer inversionista de la empresa.
Como CEO y fundador, Pedro se encargó de recaudar capital y contratar a más de 30 personas. Estuvo en el programa hispano Shark Tank y en Univisión en Español, así como en innumerables plataformas de medios de comunicación, hablando de SmileyGo y fomentando relaciones con posibles inversores a través de la creación de redes.
Más tarde, creó otra empresa, esta vez de consultoría, para trabajar con Google, Oracle, Amazon y Microsoft como conferencista TED y orador principal. “Me convertí en un emprendedor de éxito, autor y conferenciante, a través del fracaso, a través de sentirme cómodo al sentirme incómodo”, aseguró Pedro.
Industria agnóstica
Impulsado por su motivación para trabajar en red, empezó a invertir y a financiar la nueva generación de empresas fundadas por mujeres latinas. Hasta ahora, ha invertido en nueve empresas.
“Hay que ser agnóstico en cuanto al sector: invertir en vehículos autónomos, como Kiwi; en tecnología de seguros, como Noyo; en tecnología jurídica, como Paladin, o en tecnología musical, como Feed FM”, afirmó Pedro.
Señaló también que “como inversor de capital riesgo, como inversor tecnológico, tienes que invertir en el potencial y en el carácter del emprendedor”. Se trata del equipo, los valores, el potencial y de si los emprendedores tienen o no las agallas y la resiliencia para reconstruirse.
Pan Perú
Su naturaleza enfática hizo que el visionario se centrara en la accesibilidad, la innovación y la sostenibilidad, creando Pan Perú, una empresa que empodera a las mujeres para que se conviertan en empresarias.
“Creo en retribuir y devolver”, dijo Pedro, haciendo hincapié en lo privilegiado que fue al graduarse de la Universidad de Berkeley con una Licenciatura en Administración de Empresas con especialización en Emprendimiento Tecnológico, completar un Certificado en Gestión Internacional de la Universidad de Stanford y ser parte de la clase 2023 del Programa de Analítica Empresarial de Harvard.
Por ello, utilizar Pan Perú para “ayudar a mujeres, específicamente latinas, hispanas a convertirse en empresarias”, en su país de origen, es sumamente especial e importante para él.
“Cuando inviertes en las mujeres de un país, de un pueblo, de una comunidad, esta crece y se desarrolla”, dijo. Asimismo, contó que “empezamos el programa con una emprendedora, diseño de producto e ideación de marketing. Hoy tenemos casi 100 emprendedoras en el programa”. Su objetivo es llegar a diez mil.
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Para Pedro, tener esa diversidad de pensamiento, género y etnia alimenta la innovación en su empresa. El 75 % de la junta directiva y líderes de Pan Perú son mujeres, personas de color y provienen de entornos subestimados.
Según el empresario, el 2021 marcó la fuente de ingresos más exitosa de Pan Perú: el comercio electrónico, que ayudó a las empresarias a sacar diferentes productos de alpaca, suéteres y bufandas, ayudándolas a hacer crecer su negocio en línea.
También a partir del poder de las redes para recaudar capital de empresas como Western Union, First Republic Bank, Bristol Myers Squibb, Salesforce y muchas de la lista Fortune 500. Lo hace a través de subvenciones, cheques y donaciones para “ayudar a equipar a estas mujeres a hacer crecer sus LLC a través de microfinanzas, financiación y préstamos”.
Además de recaudar capital, Pan Perú ha construido diez laboratorios de informática y diez bibliotecas para ayudar a niñas y jóvenes a acceder a la educación STEM y aprender algo de Microsoft Word, Gmail, Outlook, JavaScript y diseño web. “Creo que cuando capacitamos a estas mujeres para que se conviertan en empresarias, estamos invirtiendo en su futuro”, manifestó.
Pan Perú también enseña a las mujeres y a sus hijos algo de inglés y Microsoft Office, software de Apple y Outlook, ya que muchas son madres solteras y tienen hijos con VIH o hepatitis.
En un esfuerzo por conectar a las muchas empresas que apoyan o colaboran como voluntarias con Pan Perú, Pedro organiza viajes de impacto a Perú —a Machu Picchu, a la selva amazónica y al río— y de servicio comunitario. “Creo que podemos soñar y atrevernos a pensar lo impensable para lograr resultados extraordinarios”, reiteró.
Diferencias que marcan la diferencia
Como autor bilingüe escribió Diferencias que marcan la diferencia, con Jorge Titinger. La obra incluye contribuciones de Eric Schmidt, Reed Hastings y Dan Schulman.
Pedro entrevistó a 150 consejeros delegados como colaboradores de redacción para abordar cómo la inclusión alimenta la innovación. Baxter fue el primer consejero delegado al que se dirigió porque fue su primer inversor. Además, presentó a Pedro a otros cuatro directores generales, lo que amplió su comunidad y su red de contactos.
Está trabajando en su segundo libro, The Real ROI: Return on Inclusion, más centrado en el nivel directivo superior. Michael Dell, John Hennessy y James C. Morgan son algunos de los CEO a los que ha entrevistado.
También está lanzando un podcast llamado The Finish Line, sobre la resiliencia de fracasar hacia adelante. Cada semana entrevista a líderes como Carol Chris, canciller de Berkeley; Mónica Losano, primera latina en formar parte del Consejo de Administración de Apple, y el general David Petraeus, exdirector de la CIA.
Reconocimientos
La misión de Pedro de empoderar a las mujeres e invertir en ellas ha allanado el camino para que otros reconozcan sus esfuerzos. Por eso, ha recibido varios reconocimientos en los últimos cinco años.
El primero fue el Premio al Liderazgo de la UC Berkeley 2013-2015. En el 2017, recibió el premio Emprendedor del Año, por la Universidad de California; en el 2020, el Apoyo Distinguido Applied Materials en Inclusión, y el Amazon México Bestseller, Libro de Recursos Humanos #9. Ese mismo año, el Mejor Libro de Negocios por Latino International Book Awards.
Además, en el 2021 fue nombrado Latinx Leadership Honoree por el Silicon Valley Business Journal. En el 2022, vicecurador del Foro Económico Mundial Shapers, en Palo Alto y el premio 2022 LinkedIn Creator Accelerator Program en Tech & Innovation. En el 2022 y el 2023 fue reconocido con el Premio HITEC 100, en el Top 100 de los ejecutivos tecnológicos hispanos más influyentes en el mundo.
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