Paulina Ríos nació en El Paso, Texas, pero vivió toda su vida en Ciudad Juárez, México. 

Ríos, conocedora y apasionada de las matemáticas, la biología y la química, destacó académicamente, lo que le permitió matricularse en un instituto muy competitivo de Ciudad Juárez. Dice que esta experiencia la convirtió en "una estudiante más decidida". 

Como mujer mexicano-estadounidense, cree que la representación es importante y se preocupa profundamente por aumentar la diversidad para las generaciones futuras. Ríos completó la mayor parte de su educación, excepto la universidad, en Ciudad Juárez. 

Según El Paso Matters, "las muertes por homicidio en Ciudad Juárez alcanzaron en enero el nivel más bajo de los últimos tres años", y añade que "la disminución del número total de homicidios se produce en medio de una mayor atención a las muertes de mujeres, con varios asesinatos brutales recientes que han provocado indignación y protestas en las calles de la ciudad del norte de México, que con frecuencia se sitúa entre las más altas del mundo en homicidios".

A pesar de que en 2008-2010 se registró un aumento de la violencia, Ríos no ha encontrado ningún peligro. Recuerda la vida bajo el mandato del ex Presidente mexicano Felipe Calderón, un político conservador que declaró la guerra a los cárteles de la droga. 

"Recuerdo que me asustaba cuando mis padres salían de casa porque temía que les pasara algo", explica, y que empezó a ser más consciente de la situación de los feminicidios en Juárez, lo que hizo que se interesara por el movimiento feminista y asistiera a las protestas cada Día de la Mujer (8 de marzo). 

"Estoy increíblemente orgullosa de la gente de mi ciudad natal [Ciudad Juárez] porque cada vez volvemos más fuertes, y la oscuridad a la que nos hemos enfrentado no cambia nuestros buenos corazones", aseguró Ríos, que valora su herencia mexicana. 

Universidad

Tomando a su hermana como referencia para saber qué camino seguir, Ríos solicitó plaza en El Paso Community College. Una opción más barata y sencilla que le permitió hacer la transición al mundo académico en Estados Unidos. 

"Me costó adaptarme a la cultura y el idioma estadounidenses", explica. "Me sentía insegura por mi acento, pero me obligué a hablar inglés [para] mejorarlo".

Con el apoyo de su familia -su fuente de inspiración y motivación-, fue capaz de prosperar en la universidad, eligiendo centrarse en la ingeniería biomédica; su dedicación dio sus frutos después de que un profesor le sugiriera que solicitara unas prácticas de verano en la Universidad de Texas, El Paso (UTEP), que permitían a los estudiantes de colegios comunitarios la oportunidad de realizar investigaciones en la universidad local. Sin embargo, Ríos casi pierde la vida en un accidente automovilístico en 2018. 

"Estando en el hospital durante dos semanas, sin poder caminar ni moverme, lo único que podía hacer era pensar", explicó. "Cuando los médicos me explicaron mi estado de salud, me di cuenta de que quería hablar su idioma, pero no quería participar en la atención al paciente. Sólo quería entender lo que le pasaba a mi cuerpo a nivel molecular y celular para [encontrar] una solución que me permitiera curarme más rápido." 

La experiencia del accidente de coche influyó en su trayectoria profesional: decidió licenciarse en Biología en lugar de Ingeniería Biomédica. A Ríos le gusta estudiar moléculas, pasar tiempo en el laboratorio haciendo experimentos y resolver problemas. 

Bajo la tutela del Dr. Chuan Xiao, Profesor Asociado de Bioquímica de la UTEP, pudo trabajar en su laboratorio, el Laboratorio de Chuan (River) Xiao, durante todos sus años de licenciatura, obteniendo el año pasado el Premio a la Excelencia Académica e Investigadora en Ciencias Biomédicas. 

"Tuve suerte", afirma Ríos, que asistió a las conferencias nacionales de Anaheim (California) y Filadelfia (Pensilvania), donde presentó su investigación. 

Ríos también participó en el programa Amgen Scholars de la UC Berkeley, donde trabajó en el laboratorio del Dr. James Núñez desarrollando nuevas herramientas para la epigenética, que según Ríos era "una técnica superguay para activar y desactivar genes sin modificar la secuencia de ADN subyacente", y aprendió a fabricar ARNm, CRISPR y cultivo de tejidos. 

¿Qué retos enseñó Ríos?

Aunque la delincuencia es prevalente en Ciudad Juárez, Ríos cita los desplazamientos de El Paso a Juárez y viceversa como la experiencia más difícil que tuvo como estudiante de UTEP -sin tráfico, un viaje de 30 minutos, con tráfico, hasta dos horas de duración; a pesar de ello, se las arregló para hacer sus tareas. 

Los retos como estudiante de UTEP enseñaron a Ríos la importancia de la gestión del tiempo, la organización y priorización, y la salud mental. 

Durante su tercer año, fue la presidenta de la Sociedad Americana de Bioquímica y Biología Molecular (ASBMB), un capítulo estudiantil en UTEP de 2020-21. Sin embargo, su incapacidad para delegar responsabilidades la abrumó y finalmente causó su salida. 

Decepcionada consigo misma, Ríos "descubrió lo importante que era la salud mental para tener éxito" y empezó a encontrar aficiones que le gustaran. 

¿Y ahora qué?

Ríos ha solicitado plaza en siete programas de doctorado, siendo aceptada por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), la Universidad de Texas Southwestern, la Facultad de Medicina Baylor y la Universidad de Texas en Austin. Los programas varían entre Biología, Biología Molecular y Celular y Genética, y quiere que su investigación "tenga aplicaciones biomédicas", añade, revelando que ha decidido obtener un doctorado en Biología en el MIT. 

Cuando termine su programa de doctorado, Ríos quiere trabajar en biotecnología haciendo investigación. 

Rios es optimista y cree que en el futuro podrá "llevar a cabo investigaciones biomédicas que puedan tener aplicaciones para mejorar la salud humana" y tener un puesto que le permita ser mentora de otros" y aumentar la diversidad en la ciencia.