Creando oportunidades para la juventud de Filadelfia
TechServ se enfrenta la falta de educación de STEM y IT en centros urbanos a través de la formación profesional de jóvenes que trabajan en organizaciones…
Carlos Gonzalez, 22 años, sabe lo que significa despertarse cada día y tener que vivir luchando contra la pérdida y la desesperanza; tener que seguir hacia adelante, incluso cuando parece que tu mundo se ha acabado. Primero fue la pérdida de su hermana, quien falleció a los 21 a causa de una sobredosis inducida en el hospital, cuando él tenía tan solo 13 años. Después, su amigo, “que era casi como un hermano pequeño”, murió el pasado veranotras ser apuñalado en una calle de North Philly.
Gonzalez también sabe qué se siente cuando parece que la ‘suerte’ está en tu contra. Nacido en Aguadilla (Puerto Rico), creció junto a su madre en North Philadelphia –su padre estuvo ausente la mayor parte de su infancia–. En elcolegio, le fue diagnosticado un Déficit de Atención (ADHD, según sus siglas en inglés) y sus profesores le dijeron a su madre que siempre tendría dificultades de aprendizaje.
“Creo que todo el mundo merece una oportunidad y digo esto porque yo fui unos de esos niños que no tuvieron esa oportunidad”, asegura Gonzalez. “Me quedé sin trabajo. Me ‘caí’ y pensé en hacer locuras y estupideces, pero tuve que motivarme a mí mismo y seguir luchando para no rendirme nunca”.
Estos obstáculos y las dolorosas pérdidas son parte de su pasado y están en su presente, pero desde luego, según asegura, no controlan su futuro. El mismo que ha empezado a construir participando en el programa TechServ de AmeriCorps y JEVS Human Services. Una nueva iniciativa que ha sido creada con la intención de empoderar a jóvenes como Gonzalez –de edades comprendidas entre los 17 y los 24– en el desarrollo de sus capacidades profesionales; a la vez que contribuyen a cerrar la brecha existente en campos como STEM e IT, que divide a varias comunidades.
“Carlos ejemplifica a la perfección TechServ”, cuenta Alia Sutton-Bey, program manager de TechServ. “Él siente esa necesidad de devolver algo a su comunidad y está totalmente determinado a hacerlo”.
Sutton-Bey destaca que ha habido un porcentaje de retención del 85 por ciento del primer grupo de 20 estudiantes que han participado en la fase piloto del programa, desarrollado entre enero y julio de este año. Una cifra, que dice, prueba la eficacia de la red de servicios que ofrece TechServ a sus jóvenes participantes para garantizar que son capaces de tener éxito.
González descubrió TechServ gracias a los contactos que hizo durante su participación en Powercorps PHL, otra iniciativa de AmeriCorps y EducationWorks y Philadelphia Youth Network. Fue entonces cuando decidió aplicar y fue aceptado para el programa piloto, con el requerimiento de trabajar directamente con la comunidad Latina, aprovechando su bilingüismo.
Este programa le ha enseñado, tanto a él como a sus compañeros, desde a desmontar y montar ordenadores, hasta el desarrollo de diversas destrezas profesionales, como alternancia de código. Gonzalez desarrolló todas con entusiasmo, lanzándose a trabajar en la sección local de LNESC — la rama educativa de League of United Latin American Citizens (LULAC) — en el Fishtown Rec Center.
“Puedes enseñar a alguien que está educado o tiene habilidades, pero al final, lo que se necesita es alguien que tenga corazón y llegue todos los días queriendo llevar a cabo el trabajo”, explica Shane Weller, quien, como director del sitio web de LNESC, ha trabajo directamente con Carlos en el desarrollo y la implementación de siete programas.
“Esta es la mejor cualidad de Carlos, querer trabajar y tener corazón”, asegura Weller. Gonzalez cuenta que tiene que hacer frente a varios desafíos, entre ellos el de instructor principal en algunas sesiones — no esperaba que fuera fácil conectar con el grupo de 30 chicas de middle school que forman parte del programa TechnoloChicas — , y al principio fue un poco complicado.
Algunas de las estudiantes le tiraban cosas o no querían seguir las instrucciones y los consejos que les daba para realizar el trabajo. Pero, poco a poco, se fue ganado su confianza, hasta el punto de que, según recuerda Carlos, cuando las clases terminaron, se despidieron de él entre lágrimas. Fue un trabajo más emotivo de lo que él pensó en un principio.
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Weller asegura que tener a alguien como Carlos, que forma parte de la comunidad con la que trabajan, es esencial a la hora de fortalecer esa conexión entre instructores y estudiantes.
“Como organización sin ánimo de lucro, llegar a las personas es difícil, por lo que tener un programa que llega a esa juventud que está desconectada, ayuda a formarles y a capacitarles y les conecta con organizaciones que les permiten perfeccionar y desarrollar esas habilidades es muy importante”, explica Weller.
Sutton-Bey destaca que el triunfo del programa a largo plazo, que dará la bienvenida a un nuevo grupo a finales de agosto, depende de la continuidad de la alianza y el apoyo ofrecido por las organizaciones comunitarias y los esfuerzos de los administradores del programa por minimizar y enfrentar los obstáculos que han surgido en la fase piloto. En la próxima fase, el plan es tener cinco estudiantes en Harrisburg (PA), cinco en Camden (NJ), y 10 en Filadelfia.
En cuanto a Gonzalez, su plan se extiende, literalmente, por el todo el globo. Espera conseguir un associate degree en Ciencias de la Computación en el Community College of Philadelphia, para después realizar una licenciatura en
Temple University (también en Ciencias de la Computación). Tras ello, el sueño de Gonzalez es estudiar fuera, concretamente en el campus de Temple en Japón. ¿El motivo? Estaría interesado en aprender sobre su cultura, su lengua y descubrir más sobre cómo se usa la tecnología en diferentes países y culturas de todo el mundo.
Por ahora, se muestra entusiasmado de tener la oportunidad de continuar colaborando con TechServ comoteam lead, lo que le permitirá convertirse en mentor, ofreciendo consejo y apoyo al próximo grupo de estudiantes de TechServ. “Realmente quiero volver a hacerlo porque quiero desafiarme y aceptar ese rol de mentor”, cuenta Gonzalez. “Quiero ser capaz de sentirme cómodamente incómodo, ser capaz de desafiarme y cultivar esa responsabilidad. Sé que puedo hacerlo y que puedo ser un buen mentor porque sé lo que es pasar por ello”.
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