Los tiempos han cambiado. Se requiere una nueva perspectiva y un enfoque basado en la coordinación y la colaboración intencionadas para impartir mejor los cambios educativos. Estos avances deben centrarse en cursos individualizados de desarrollo de habilidades que una persona sea capaz de utilizar en el lugar de trabajo. 

Por ello, se están realizando muchos esfuerzos, como el Commonwealth Education Continuum. Se creó para abordar el imperativo moral de que los estudiantes tengan acceso y oportunidad, especialmente las poblaciones subrepresentadas, de obtener títulos y credenciales que puedan conducir a carreras con salarios competitivos. 

Pero esto es sólo una parte de la solución. Es necesario un esfuerzo activo para mejorar la comunicación con las familias sobre las oportunidades postsecundarias de los estudiantes, y la asistencia disponible para que cada estudiante tenga éxito 

Lu Young, presidente del Consejo Estatal de Educación, dijo que "los esfuerzos del estado no se centran sólo en lo académico, sino que también incorporan la atención informada por el trauma, el bienestar mental y el aprendizaje social y emocional". 

La educación es importante, si no crucial, en el mundo en que vivimos. Los cambios no serían posibles sin una educación. Es imprescindible crear vías para que los estudiantes tengan acceso a los recursos. 

La educación pretende atender las necesidades educativas de los jóvenes y adultos a lo largo de su ciclo vital. Proporcionar conocimientos suficientes para que el individuo sea capaz de prosperar en la sociedad. 

El principal problema de la educación es la accesibilidad

Durante la 3ª Conferencia Mundial de Educación Superior, celebrada el pasado mes de mayo, la UNESCO declaró que "los estudiantes de grupos tradicionalmente infrarrepresentados también tienen tasas de finalización más bajas. Suelen estar matriculados en IES (Instituciones de Educación Superior) menos prestigiosas, lo que implica menos oportunidades en el mercado laboral y resultados más bajos. El aumento de la participación en los costes y el elevado número de IES privadas en muchas partes del mundo son fuentes importantes de disparidades en el acceso y el éxito en la EDS (Educación Superior)". 

La tecnología como recurso 

Los avances tecnológicos desempeñan un papel vital en la educación superior, ya que facilitan "las redes dentro y fuera de las naciones para formar conexiones con ayuda de la colaboración entre grupos de estudiantes, instructores, investigadores y comunidades de aprendizaje", mencionó la UNESCO. Los recursos y la experiencia que un recurso digital es capaz de proporcionar siguen mejorando la forma en que se recibe la educación. La aparición de un nuevo paradigma de aprendizaje potencia la oferta de educación abierta y a distancia. 

El importante crecimiento de las instituciones de enseñanza superior "ha aumentado la presión sobre los aspectos de la garantía de calidad a nivel sistémico e institucional", afirma la UNESCO.

La pandemia

COVID 19 impactó en la educación superior, especialmente en los estudiantes latinos. El Washington Post compartió en 2021 que "las minorías y los estadounidenses de menores ingresos han contraído el coronavirus en mayor proporción y han sufrido mayores pérdidas de empleo. El trastorno financiero está obligando a muchos estudiantes latinos a elegir entre su educación y ayudar a capear la recesión."  

Aunque la pandemia interrumpió la educación, proporcionó una nueva forma de educar, el aprendizaje online o digital. Esto permitió la continuidad de la enseñanza y el aprendizaje, a la vez que permitía cumplir con las obligaciones financieras. 

Tal y como afirmó la UNESCO, "la educación en línea ofrece importantes oportunidades para transformar la experiencia de aprendizaje, ya sea a distancia o presencial. Las prácticas curriculares y pedagógicas podrían reconfigurarse para promover una educación activa, interactiva y basada en la experiencia, con el apoyo de innovaciones alineadas en materia de evaluación y de itinerarios y calificaciones más flexibles".  

La UNESCO tiene una visión clara de la educación superior. Esta visión consiste en tres misiones tangibles de producción de conocimiento, educación de las personas y responsabilidad social. La idea es que la responsabilidad social debe integrarse en la forma de impartir la enseñanza superior mediante la mejora de las prácticas institucionales centradas en las políticas internas de equidad de género, la diversidad de perspectivas en cada programa y las políticas de protección de la libertad de expresión y de investigación. Un conocimiento que sólo puede adquirirse mediante la iniciativa y la creatividad. 

Las tradiciones académicas deben ser receptivas al diálogo sobre los cambios que fomentan la argumentación lógica y el escrutinio riguroso de las pruebas para obtener y producir un conocimiento fiable, tal y como afirma la UNESCO. 

La belleza de la educación superior es que aborda temas complejos. La UNESCO afirma que "los cambios sociales ponen de manifiesto la necesidad de contar con profesionales completos que sean también ciudadanos de pleno derecho en un mundo complejo e interrelacionado, y capaces de abordar de forma cooperativa cuestiones complejas". 

Estas son las recomendaciones de la UNESCO para el futuro de la educación superior: 

• Inclusión, equidad y pluralismo 
• Libertad académica y participación 
• Investigación, pensamiento crítico y creatividad 
• Integridad y ética
• Compromiso con la sostenibilidad y la responsabilidad social 
• Excelencia académica a través de la cooperación y no de la competencia 

Según la UNESCO, el derecho a la educación no se limita a la escolarización obligatoria o fundamental destinada principalmente a los menores, ya que debe ejercerse a lo largo de todo el ciclo vital y abarca diferentes formas de satisfacer las necesidades educativas de los jóvenes y los adultos, incluida la educación superior. Teniendo en cuenta que los derechos humanos son universales, llaman la atención los altos niveles de desigualdad social que repercuten y se reproducen en los sistemas educativos. 

La UNESCO considera que la oferta de educación superior es una actividad destinada a promover la equidad y la distribución equitativa de oportunidades para todos. 

A pesar de las dificultades existentes en la enseñanza superior, un problema común es siempre el acceso. La UNESCO afirma que "en las sociedades desiguales, el mérito, o la capacidad, como han demostrado muchos países diferentes, tiende a ser una desigualdad encubierta".

Los sistemas educativos deben prestar atención a las desigualdades sociales que existen dentro de la educación superior, centrándose en los hogares más desfavorecidos, para ayudar a reducir las posibilidades de movilidad social.

La transformación de la experiencia de la educación superior comienza con cambios en las políticas de admisión. Tiene que haber más oportunidades para las mujeres en STEM, y menos segregación dentro de la educación que puede fomentar un trato desigual. Si las normativas legales, las políticas y las culturas institucionales se centraran en la equidad y en los comportamientos y acciones no discriminatorios, no habría que insistir en añadir nuevas directrices para evitar esos comportamientos.