La Revolución Feminista en Latinoamérica grita: "¡Vivas nos Queremos!"
Movimientos tan poderosos como el #Metoo de los EE.UU. han surgido en América Latina. Estos son dos de ellos.
Y la culpa no era mía, ni dónde estaba ni cómo vestía.
El violador eras tú.
El violador eres tú.
Ese estribillo tal vez sea la estrofa más potente que las mujeres latinoamericanas le regalaron al mundo el año pasado luego de que el colectivo chileno LasTesis diera a conocer su performance “Un violador en tu camino”.
La manera en que la coreografía y el coro fueron repetidos por miles de mujeres a lo largo y ancho del globo puso en evidencia el problema del feminicidio, con tanta frecuencia desestimado, y desató una oleada de encuentros y manifestaciones feministas.
Damos inicio al Mes de la Mujer hablando del manifiesto que permitió al continente gritar un “¡Basta Ya!” atragantado durante décadas.
En contraste al rugido continental por el cambio de políticas públicas y cambios culturales en favor de la vida de las mujeres, en los últimos meses hemos visto enormes desaciertos de dirigentes políticos latinoamericanos, en los que evidencian una enorme falta de sensibilidad, por no decir interés, en el tema: a inicios de febrero, el presidente ecuatoriano Lenin Moreno afirmó en un acto público que los hombres están permanentemente sometidos al peligro de ser acusados de acoso, especialmente si son feos.
El 21 de febrero empezó una crisis para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en México, que luego de adjudicar el asesinato de Fátima –a secas, como se ha divulgado su caso– a la degradación moral causada por el modelo neoliberal, pidió que las protestantes afuera del Palacio Nacional, donde reside, no le pintaran las puertas y, finalmente, parece haber disuadido a Beatriz Gutiérrez Müller, la primera dama, de participar en el Paro Nacional de Mujeres, convocado por el colectivo Las Brujas del Mar, de Veracruz, para el 9 de marzo.
Mientras los líderes políticos se muestran indolentes y la política pública igualmente indiferente, en América Latina los colectivos feministas están cobrando cada vez más visibilidad en la lucha por nuestros derechos y cada vez están alzando más la voz para que se nos respete desde el más elemental de los principios: no ser asesinadas por el simple hecho de ser mujeres.
Imaginen pasar por una plaza, un parque o las escaleras de un gran edificio y encontrar decenas de mujeres con los ojos vendados y expresión de determinación absoluta. Tras un momento de silencio, un bombo empieza a marcar el ritmo con que ellas van a cantar
El patriarcado es un juez
que nos juzga por nacer,
y nuestro castigo
es la violencia que no ves.
El patriarcado es un juez
que nos juzga por nacer,
y nuestro castigo
es la violencia que ya ves.
Es femicidio.
Impunidad para mi asesino.
Es la desaparición.
Es la violación.
Y la culpa no era mía, ni dónde estaba ni cómo vestía.
El violador eras tú.
El violador eres tú.
Este performance fue diseñado por Dafne Valdés, Paula Cometa, Sibila Sotomayor y Lea Cáceres, que conforman LasTesis. Su objetivo era llevar al nivel performático las tesis del feminismo, especialmente de la antropóloga argentina Rita Segato.
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Dos de las ideas de Segato llaman la atención, al ver una y otra vez los videos de estas mujeres fieras, la primera es una conclusión a la que llegó Segato trabajando con violadores en cárceles brasileñas: la violación no es un crimen que se perpetre por un interés erótico, sino como un ejercicio de poder moralizante. Es una persona que quiere corregir la conducta de otra.
La otra idea, igualmente chocante, es que cuando se comete un crimen contra un hombre éste tiende a ser visto como un crimen contra la humanidad entera, mientras que los crímenes contra las mujeres suelen ser interpretados como crímenes relativos al ámbito de lo íntimo, del erotismo, y por eso son “crímenes menores” y singulares. Son cosas que pasan en espacios pequeños personas aisladas, lo que es falso.
“Las bandas en los ojos parece que le quitaran a las mujeres el miedo a la evaluación social, el someterse a las miradas y juicios de los otros [...]. El baile hace sentir que se abraza a la vida, que se decide disfrutarla al liberarse de las culpas que nos ponen. Pero también hay un dolor profundo, incluso algo de ira”, recuerda Luisa María que participó en Bogotá el 30 de noviembre, donde llevaron letreros con los nombres de 238 mujeres que han sido asesinadas en Colombia durante este año. “Ver los nombres de tantas que han agredido y violentado no deja de producir una sensación de repudio y desprecio hacia todas esas actitudes que legitiman a quienes nos han quitado la dignidad en algún momento," agregó.
“Un violador en tu camino” ha sido replicado en Santiago de Chile, París, Bogotá, Medellín, Madrid, Barcelona, Berlín y Ciudad de México. La multitud de mujeres que confronta al público contradice la idea de que la víctima está sola y aislada y la manera en que responsabiliza tanto al Estado como a la policía e individuos muestra formas de violencia directa y estructural, mientras que las estrofas “y la culpa no era mía, ni dónde estaba ni cómo vestía” apuntan a elementos de violencia cultural contra la mujer .
Lamentablemente, la violencia de género está muy lejos de ser un hecho aislado, que se limite a escaso ámbitos privados. Tampoco obedece a barreras geográficas ni poblacionales.
De acuerdo a datos publicados por Naciones Unidas el 24 de noviembre de 2019, una de cada tres mujeres es víctima de abuso físico sexual en algún momento de la vida. Esta es una problemática que afecta tanto a Latinoamérica como a los Estados Unidos. En Estados Unidos, por ejemplo, un estudio publicado por la Organización Mundial de la Salud encontró que el 70% de las mujeres ha sufrido abuso físico y/o sexual por parte de un compañero íntimo.
Este tipo de performance reúne a las mujeres, rompe el aislamiento que recubre a las víctimas de violencia de género y visibiliza un problema que, lejos de ser una agresión aislada e individual, afecta a la humanidad entera.
De acuerdo a la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México, el número de mujeres asesinadas al día ha aumentado continuamente desde el 2015. Según sus cálculos, durante los primeros nueve meses del 2019 fueron asesinadas 10,5 mujeres al día, en contraste con 6,5 en 2015. De los 2.833 casos ocurridos entre enero y septiembre de 2019, 726 fueron registrados como feminicidios y 2.107 como homicidios dolosos por causas no relativas al género.
La situación de seguridad en México es altamente problemática tanto por factores culturales como por el crecimiento de los carteles de tráfico de drogas, que atacan tanto a hombres como a mujeres.
De las decenas de asesinatos de mujeres que ya han ocurrido en México para este momento del año, dos de ellos en particular han sacudido a la población: el de Isabel Cabanillas, una artista y activista feminista, y el de Fátima, una niña de 7 años.
Ambos casos volcaron la población a las calles, particularmente a los colectivos de mujeres y, tras días de movilizaciones por el asesinato de la niña, tras la frustración de las respuestas insuficientes del presidente, que aparte de apañar su muerte a la decadencia provocada por el neoliberalismo, no ha planteado estrategias concretas de protección a la mujeres y prevención de los ataques, tras todo esto salió la duda: ya que nos están acabando, ¿qué pasaría si no estuviéramos?
Esta fue la pregunta que planteó el colectivo Las Brujas del Mar, a la que resolvieron responder con un Paro Nacional de Mujeres convocado para el 9 de marzo.
“¿No nos cuidan? ¿Les da igual si existimos o no? Pues miren cómo sería ¡si no existiéramos más! No niñas a las escuelas, no maestras, no mujeres en la calle, no vayas a tu trabajo, no vayas al super, no salgas ni a la esquina”.
Esta iniciativa ha sido respaldada, por lo menos, por 16 medios de comunicación, Televisa y El Heraldo entre ellos; 69 instituciones educativas, contando la UNAM y el Tecnológico de Monterrey, 42 instituciones estatales y federales, como las Secretarías de Gobernación, Salud Federal, Cultura, Medio Ambiente y Recursos Naturales, Defensa Nacional y de la Marina, el Senado de México, la Cámara de Diputados, el Gobierno del Estado de México, el Consejo de la Judicatura Federal, el Poder Judicial de la Federación y la Corte Suprema de Justicia; y 44 empresas y bancos, entre ellos Google México, Penguin Random House, Walmart de México, Mercado Libre, Dell, BBVA México, el Grupo Bimbo, Coca Cola, Scotiabank, Discovery, el Grupo Santander y Warner Music México.
Entre otros muchos referentes de la vida pública, Beatriz Gutiérrez Müller, la esposa de Andrés Manuel López Obrador y primera dama de la nación, rápidamente respaldó el paro a través de sus redes sociales, para publicar una publicidad contraria unas horas después. Esto ha elevado múltiples voces de protesta y alarma, pues a todas luces se entiende que la primera dama fue obligada por el primer mandatario a retractarse.
Con la primera dama o sin ella, las mujeres mexicanas están resueltas a hacerse sentir, a que sus compañeros, conciudadanos y gobernantes sientan los impactos de su ausencia, a que entiendan que vivas nos queremos y al habitar el mismo mundo, necesitamos de ellos para conseguirlo.
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