Un militar trans y latino en guerra contra la discriminación
Zander Keig ha hecho historia al ser nombrado Trabajador Social del Año por la NASW.
El pasado año el presidente Trump empezó su particular cruzada contra los militares transexuales con un argumento que prueba la intolerancia de su gobierno con las minorías de toda índole. Los soldados trans, aseguraba Trump, suponen grandes costes médicos para el Departamento de Defensa. De esa forma, sólo podrían seguir sirviendo a su país si aceptaban no hacer la transición.
A Zander Keig, que ha servicio durante años en la Guardia Costera, la medida le pareció una pésima noticia. “Serví antes del DADT durante los ‘días de la caza de brujas’ como lesbiana- entiendo la frustración de no poder servir abiertamente a mi país y que mi capacidad sea cuestionada”, declaró a Advocate.
El mexicoamericano, que acaba de ser nombrado Trabajador Social del Año por la Asociación de Nacional de Trabajadores Sociales (NASW), reconoce, como todo militar, la autoridad de su comandante en jefe, pero aún intenta armonizar la cadena de mando con su lucha contra la discriminación de las personas trans, los veteranos y los sin techo.
“Es un hombre compasivo y también un fuerte defensor, especialmente de las comunidades que nuestra sociedad ignora, malinterpreta o estigmatizada”, anunció el CEO de NASW, Angelo McClain sobre Keig, añadiendo que el ahora activista personifica el espíritu y la misión de su profesión como trabajador social y su entrega hacia los demás.
Zander Keig trabajó durante tres años como gestor de casos de trabajo social clínico para el Equipo de Atención a Transgéneros de Navy Medicine West en el Centro Médico Naval de San Diego. En ese tiempo, los casi 230 miembros del servicio estaban pasando por una transición de género y Keig desarrolló un proceso de admisión de pacientes no discriminatorio y diseñó un plan de orientación inclusivo para estas personas trans.
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"Fui el primer miembro asignado al Equipo de Atención a Transgéneros de Navy Medicine West [NMW] el 22 de julio de 2016", recuerda el militar. "Eso me dio la oportunidad de ser un instrumento en el establecimiento, desarrollo y operación del NMW TGCT".
El latino reconoce que “hay cientos de miembros transgénero del ejército que están en activo todavía y que están llevando a cabo una transición aprobada por el mando, incluida la aprobación de hormonas y cirugías”, muy a pesar de que esta nueva política trumpiana haya entrado en vigor.
Sin embargo, los mayores retos para los trans, dice Keig, no están en el ejército sino en las zonas rurales del país, donde todavía no hay buenos proveedores de servicio competentes en materia de salud médica y psicológica.
“Además, el reconocimiento de los ancianos y pioneros transexuales, su contribución a nuestro progreso y su lucha contra un sistema médico y legal mucho más hostil que el que enfrentamos en la actualidad, son muy escasos”, afirma. “Tuve la suerte de conocer a uno de esos ancianos y pioneros, el Dr. Jamison Green, y él aceptó amablemente mi solicitud de tutoría. Eso fue hace 14 años, y aún hoy en día recurro a su sabiduría mientras navego por el mundo como un hombre transexual invisible".
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