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Migrantes transgénero en la Caravana de Refugiados. Foto: SPENCER PLATT/GETTY IMAGES
Migrantes transgénero en la Caravana de Refugiados. Foto: SPENCER PLATT/GETTY IMAGES

La realidad de la violencia y transfobia en América Latina

Este 20 de noviembre se ha celebrado nuevamente el día de la memoria Trans, una fecha en la que se recuerda a todas las personas que fallecieron por actos de…

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Contar la historia de la transfobia en América Latina es contar la historia de millones de personas que viven en silencio o bajo la perenne amenaza de no poder vivir su identidad en libertad.

Hace tan sólo algunos días, Yariel Valdés reportaba la agresión sufrida por un grupo de migrantes LGBTQ dentro de la Caravana de Refugiados que transitó Centroamérica huyendo de la violencia en sus respectivos países.

Entre los más de cuatro mil viajeros – que enfrentaban en grupo la agresión y la estigmatización de gobiernos como el de Donald Trump – se encontraba otro grupo que debía sufrir al mismo tiempo el rechazo de sus compañeros de viaje.

No hay un ejemplo más palpable de la realidad que viven los Latinxs transgénero que este episodio.

Valdés cita las cifras de la organización no gubernamental Transgender Europe que ubican a  Latinoamérica como el lugar con “las tasas mundiales más altas de violencia contra la comunidad LGBTQ”.

Transgender Europe (TGEU) ha determinado que, entre el 1 de enero de 2008 y el 30 de septiembre de 2016, alrededor de 2264 personas trans han sido asesinadas en el continente americano; 1768 de ellas perecieron en América del Sur y Central.

Es decir que el 78% de los homicidios de personas transgénero se concentran en América Latina, haciendo evidente la calcificación del patriarcado y el machismo en nuestras sociedades.

Según un reportaje de La Red 21, los crímenes de odio “se caracterizan por sus niveles de ensañamiento violencia y crueldad”, coincidiendo con el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Lapidaciones, decapitaciones, quemaduras, mutilación genital y otros tipos de violencia patológica son el día a día de los Latinxs transgénero.

A pesar de esfuerzos por la visibilidad y por la reivindicación de los derechos humanos en la comunidad Latina, la situación pareciera haber empeorado, en especial por el surgimiento de nuevas plataformas digitales que han dado pie al “cyber bullying”.

Para tener una idea un poco más clara, la primera marcha LGBT contra la Homofobia y Transfobia en México se llevó a cabo en 1978, y la organización de esfuerzos por protección y reconocimiento de la identidad de género en este país ha crecido exponencialmente.

Sin embargo, hoy por hoy, México es el país más peligroso para cualquier persona cuya identidad no se enmarque en la heteronormatividad.

Según reportó Animal Político, “entre 1995 y 2016, la asociación civil Letra S documentó 1310 asesinatos de odio”, de los cuales 265 (el 20.2%) corresponden a personas transgénero.

A pesar de estas cifras, la comunidad transgénero en Latinoamérica ha tenido sus momentos de gloria.

Logros como los de Daniela Vega (primera mujer transexual en presentar los premios Óscar), o Tamara Adrián (primera persona transgénero en llegar a un puesto en la Asamblea Nacional de Venezuela, y segunda en llegar a una legislatura nacional en el Hemisferio Occidental), han demostrado que existe una oportunidad para la igualdad de derechos en Latinoamérica, aún cuando siga siendo una “caravana” llena de obstáculos.