LIVE STREAMING
Una clase de español en Harvard. Foto: Wikimedia
Una clase de español en Harvard. Foto: Wikimedia

¿Quién tiene miedo del español?

Los ataques recientes contra personas que hablaban español en lugares públicos ponen de manifiesto el rechazo de muchos norteamericanos a aceptar que la lengua…

MÁS EN ESTA SECCIÓN

Luto en Colombia

Piñatas para todos

Un latino en las estrellas

Un verdadero líder hispano

Embajador cultural latino

El G.O.A.T. llega a Fili

In Unison exposición

COMPARTA ESTE CONTENIDO:

El mes de mayo ha sido escenario de diversos incidentes desagradables que han puesto de manifiesto que para algunos en Estados Unidos, hablar una lengua diferente al inglés no es una muestra de riqueza cultural, sino uno una ofensa.

A principios de mes, en Manhattan, un abogado amenazó con llamar al ICE cuando escuchó a un cliente hablar en español con los empleados de un restaurante.

“Su personal habla español a los clientes cuando deberían hablar inglés", dice el hombre, sosteniendo un iPhone blanco y apuntando a los hispanohablantes para enfatizar su reprimenda.

"Cada persona que escucho: él lo habla, ella lo habla, él lo está hablando. ¡Esto es Estados Unidos!" , añade.

Algunos de los clientes del restaurante le llamaron ignorante y salieron en defensa de las personas insultadas, El abogado terminó marchándose pero su indiscriminada actuación quedó filmada en el iPhone del cliente, en un video que se extendió por las redes.

Y en Montana, hace pocos días, un agente de la Patrulla Fronteriza detuvo a dos mujeres mexicano-americanas durante 40 minutos después de oír que conversaban en español, un idioma que “apenas se escucha aquí”, dijo el agente.

Incidentes como estos han ocurrido unos cuantos en el último año y medio. Pero, ¿por qué este desprecio por la gente que habla español?

Según expertos consultados por CNN en 2017, después de que se produjera un episodio similar en un aeropuerto de Nevada, con la llegada del presidente Donald Trump y su discurso xenófobo, la gente se siente envalentonada a soltar comentarios de tinte racista y discriminatorio contra los hispanohablantes.

Sin embargo, por mucho que se obsesionen en proteger la idea de una América blanca y angloparlante, la realidad es que los Estados Unidos se han convertido en el segundo país con mayor número de hispanohablantes del mundo, solo  por debajo de México. Si la tendencia se mantiene, podría superar a México en el 2050.

Para Gustavo Castellano, columnista del LA Times, el miedo - o rechazo- al español por parte de muchos norteamericanos no solo proviene del sentimiento anti-latino, espoleado por el discurso racista de Trump, sino por el hecho de que les recuerda que Estados Unidos ha sido un país donde históricamente se ha hablado siempre más de una lengua. El Congreso continental imprimía documentos en alemán y francés, en el Midwest había escuelas en alemán y francés hasta la Segunda Guerra Mundial… “En una América cada vez más diversa, hablar español es simplemente volver a nuestras raíces: raíces de las que los ignorantes de hoy en día temen quedarse aparte”, escribe Castellano.

En su libro “An American Language: The History of Spanish in the United States”, publicado el pasado abril por University of California Press,  la profesora de Princeton Rosina Lozano constata que el “español es un idioma de América” por su papel pivotal en la historia de la nación.  

“An American Language” es el primer libro de la profesora Lozano, especialista en temas de historia latina y mexicano-americana. En sus páginas analiza la historia del idioma español en Estados Unidos, desde la incorporación de partes de México a la nación, en 1848, pasando por la Segunda Guerra Mundial y la actualidad, en la que el idioma se ha convertido en una herramienta política para instigar las políticasde inmigración y "americanización". Pero la idea de la autora  es sobre todo una: destacar el carácter “multicultural” de EE.UU.

“An American Language” es una historia que reimagina lo que significa ser americano hoy en día-con todas sus implicaciones”, escribe la editorial.