El Camino de Santiago es una de las rutas de peregrinación más hermosas de todo el mundo. De origen medieval, el Camino es una senda que dirige a los peregrinos hasta la Catedral de Santiago de Compostela.

Hasta Santiago se puede llegar siguiendo diferentes rutas. Puedes tomar, por ejemplo, el Camino Portugués del Interior, el Camino de la Ría de Arosa o el Camino Francés. En realidad todas las rutas tienen el mismo objetivo, llegar a Santiago para rendir culto a su santo. Sin embargo, muchos peregrinos abandonan el Camino por no ir debidamente preparados. Y es que, según los expertos, muchas personas se aventuran a llevarlo a cabo sin tener en cuenta las recomendaciones más habituales y sin llevar el equipamiento adecuado.

El equipaje del caminante debe contener lo siguiente:

• Saco de dormir ultraligero y compacto durante el invierno y una sábana térmica durante el verano. Es recomendable llevar una funda de almohada.
• Cantimplora ligera y con capacidad mínima de un litro.
• Bastones de trekking. Ideales para caminar durante muchas horas.
• El calzado es uno de los puntos más delicados. Es recomendable llevar unas zapatillas de senderismo y de caña baja que no sean nuevas y que resulten ligeras y cómodas. Además, es muy útil contar con chanclas o zapato de secado rápido.
• La ropa se debe reducir al máximo. Los expertos recomiendan incluir un par de camisetas de tejido técnico para andar y otra camiseta más para las horas de descanso. De forma similar, elegir un pantalón que resulte cómodo para caminar y otro para descansar. Lo ideal, como ocurre con los zapatos, es que no se trate de un pantalón nuevo. La largura dependerá de la época del año.
• Una sudadera o jersey cómodo que no pese.
• Dos mudas de ropa interior que sean cómodas y al menos tres pares de calcetines de buena calidad.
• En verano visera y en invierno un gorro ligero y guantes.
• Un impermeable para ti y otro para la mochila
• Neceser: Jabón en papel, pasta y cepillo de dientes, desodorante, un rollo de papel higiénico y una toalla de microfibras de rápido secado. Incluye crema para el sol y un pequeño botiquín preparado para heridas y problemas en las plantas de los pies.
• Pinzas de la ropa y un poco de detergente. ¡Nunca sabes cuándo vas a poder lavar tu ropa!
• Incluye tu documentación, las tarjetas de los seguros y tus tarjetas bancarias. Es recomendable llevar algo de dinero en efectivo.
• Teléfono móvil y cargador eléctrico o solar.
• Frutos secos y barritas energéticas.
• La mochila debe ser de buena calidad y de entre 30 y 45 litros de capacidad. Es recomendable elegir mochilas con la altura regulable.

Una vez tengas la mochila esté completa, llega el paso final. Y es que la mayoría de expertos en salud coinciden en que el peso de este tipo de mochilas no debería superar el 10 por ciento del peso de la persona que va a cargar con ella. Así que, si la mochila no pasa la prueba, deberás revisar de nuevo esta lista y eliminar todo lo que consideres innecesario.