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Radiotelescopio del Observatorio de Arecibo colapsó
Foto: Colapso del Observatorio de Arecibo. (AFP)

Puerto Rico invierte $8 millones de dólares la reconstrucción del telescopio de Arecibo

El emblemático radiotelescopio del Observatorio de Arecibo se derrumbó a principios de diciembre del 2020.

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A finales del 2020, el colapso del radiotelescopio del Observatorio de Arecibo supuso una pérdida material y cultural inmensurable para la comunidad científica y educativa de Puerto Rico. El telescopio ha sido un gran atractivo turístico para la isla, conocido mundialmente por ser de los más grandes e importantes, además de los numerosos descubrimientos que ha permitido esta estructura.

 

El telescopio de 60 años de antigüedad resistió al desgaste del tiempo hasta que el pasado agosto un cable de soporte se rompió y provocó una grieta de 100 metros de largo en el plato. Luego, a principios de noviembre, se rompería un segundo cable de soporte, por lo que la plataforma de 900 toneladas quedó sujetada por un cable auxiliar y varios secundarios.


La gobernadora de Puerto Rico, Wanda Vásquez, ha firmado una orden ejecutiva en la que aprueba un presupuesto de 8 millones de dólares para ayudar a reconstruir el radiotelescopio. Si bien el presupuesto asignado no es suficiente para realizar la reconstrucción, es un primer paso para eliminar los escombros y estudiar su reconstrucción. La reconstrucción del telescopio es importante como una cuestión de "política pública" y el restablecimiento del Observatorio como un "centro educativo de clase mundial", señalaron desde la oficina de Vásquez.
 

La NSF (Fundación Nacional de la Ciencia) declaró a Engadget que el proceso para la financiación y reconstrucción de este tipo de estructuras tiene un procedimiento bien establecido y que puede tardar años ya que primero debe hacerse una evaluación de las necesidades de la comunidad científica, además de tener en cuenta la recepción de aportaciones de investigadores y otros interesados, la consideración de los impactos ambientales y culturales, y el trabajo con el Congreso.

La esperanza reside en que otras instituciones Estadounidenses se impliquen y colaboren en la reconstrucción de este espacio tan importante para la comunidad científica.