La comunidad Hispana en Estados Unidos no sólo es una de las más pujantes y con un crecimiento exponencial considerable, sino también es una demografía cuya heterogeneidad le hace única dentro del mercado de tendencias.

Si bien “más de la mitad de los Latinos nacidos en Estados Unidos son menores de 18 años”, los hispanos son “el grupo étnico o racial más joven” en el país, según datos del Pew Research Center.

Entre ellos, 14.6 millones son Millennials (es decir, jóvenes entre 18 y 33 años en el 2014).

Esta demografía ha llamado la atención de especialistas en marketing y de investigadores por sus tendencias marcadas y por el target que representan en muchos aspectos de la vida cultural en el país.

Para compañías tecnológicas como Viant, enfocadas en el crecimiento del mercado, “los Millennials son uno de los consumidores más intrínsecamente multiculturales en los Estados Unidos”, representando unos 75 millones de individuos en todo el país.

En su análisis del grupo demográfico, Viant demostró que los consumidores hispanos no sólo son más inclinados a interactuar con las marcas directamente a través de las redes sociales, sino que el 30% de ellos “son más propensos a registrarse como Demócratas”.

Entre Starbucks, Amazon y las Kardashians, la diversidad de tendencias e intereses de este grupo son lo suficientemente amplias como para abarcar política, cultura y economía, pero sus rasgos más importantes podrían sorprenderte.

Por ejemplo, la NBC reportó que “los Millennials latinos son menos propensos a identificarse como heterosexuales”, donde “más de uno en cinco” se identifica como parte del colectivo LGBTQ.

Datos registrados por el proyecto GenForward de la Universidad de Chicago determinaron que “aproximadamente el 14 por ciento de todos los Millenials se identifican como lesbianas, gays, bisexuales o transgénero. Sin embargo, cuando se desglosa por etnia, los Millenials latinos son mucho más propensos que otros grupos étnicos a autoidentificarse como LGBTQ o no heterosexuales”.

El trabajo de investigación de la organización encontró que “el 22% de los Millennials latinos se identifican como LGBTQ, en comparación con el 14% de los afroamericanos, el 13% de los blancos y el 9% de los asiáticoamericanos”.

Asimismo, medios como National Public Radio han reportado una creciente tendencia en estados como California donde la comunidad latina “está abrazando la comida vegana”, en especial en suburbios como Santa Ana, Ontario, Highland Park y Whittier.

Si bien “el acceso a comidas frescas y saludables son un problema para las comunidades latinas de bajos ingresos” con importante riesgo de diabetes y otras enfermedades directamente relacionadas con la alimentación, el veganismo parece ser una de las primeras opciones para esta demografía.

Esta tendencia pareciera estar directamente relacionada con la herencia indígena en la comunidad Hispana.

Según el medio, “no hay cifras contundentes sobre cántos mexicanos-estadounidenses son veganos, pero esta forma de comer no está tan lejos de lo que sus antepasados comían en la época precolombina”.

“Antes de la conquista, la mayoría de los indígenas nativos de México seguían una dieta basada en plantas”, agrega NPR. “Carne de res, cerdo, pollo, cordero y cabra, las principales carnes de la comida mexicana moderna, vinieron en su totalidad con los españoles”.

Finalmente, las nuevas condiciones políticas del país – que han hecho del Latino un objetivo de estigmatización – han impulsado cambios que se venían gestando desde hace años en la comunidad.

Durante el 2013, Annette González-Malkin escribía en PR Week que la metamorfosis identitaria del Millennial Latino estaba saliendo a flote cada día más dentro de las tendencias del mercado.

Aspectos como el bilingüismo nativo y la adaptación a la cultura estadounidense (algo que la columnista define como Habla en inglés, pero actúa como Latino), permitían una amplia gama de alcances para una comunidad tan heterogénea.

Y en política, este proceso de redefinición de la identidad se ha vuelto palpable en especial durante las elecciones primarias a nivel nacional.

Casos como el de Alexandria Ocasio-Cortez han demostrado que el Latino no sólo busca alguien que lo represente, sino que ha decidido reformular las plataformas políticas (“Demócrata”, “Socialista”, “Progresista”) y adecuarles a sus necesidades fundamentales, en vez de seguir esperando que el establishment político decida reconocerle como la fuerza social que es de una vez por todas.