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Los documentos fueron difundidos coincidiendo con la inauguración del VIII Congreso del Partido Comunista Cubano. Photo: El Comercio. 
Los documentos fueron difundidos coincidiendo con la inauguración del VIII Congreso del Partido Comunista Cubano. Photo: El Comercio. 

La CIA contra Fidel Castro: El caso del batido envenenado y otros asesinatos fallidos

La DNSA acaba de desclasificar dos complots de la CIA para matar al líder cubano y a su hermano Raúl. ¿Qué salió mal?

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O bien, según hubiese dicho el chef Flores, encargado de probar los alimentos que ingería Fidel Castro, especialmente los batidos de chocolate y los yogures que consumía a diario y de forma compulsiva. ¿La razón? 

La comida del expresidente podía estar, y de hecho así lo estuvo en al menos un centenar de ocasiones, envenenada.

En el libro How Feed a Dictador, el periodista y escritor polaco Witold Szablowski relataba un suceso relacionado con la pasión del mandatario cubano por los lácteos y en especial por la vaca de sus amores, Ubre Blanca. Szablowski recordaba que a mediados de los años 60’ los servicios de espionaje estadounidenses conspiraron para introducir una píldora que contenía una toxina en el batido de chocolate de Castro que se tomaba cada día en el Hotel Habana Libre, pero que fracasó cuando el veneno se pegó a la pared del congelador y el chef Flores -muy traumatizado de tanto jugar a la ruleta rusa por Fidel- se percató de ello. 

No sabemos si entre los seis documentos que acaba de desclasificar el Archivo de Seguridad Nacional se incluye este dulce intento de magnicidio, ni si a su hermano Raúl también le chiflaban los batidos de chocolate, pero sí que a inicios de 1960 la CIA desarrolló una píldora letal para introducir en la comida de Fidel Castro.

Al menos así se desprende de estos telegramas, memorandos y archivos, donde se da cuenta de que en agosto de 1960, el director de operaciones encubiertas de la agencia, Richard Bissell, autorizó “una misión delicada” para matar a Castro y “aumentar las posibilidades de éxito” de la operación de Bahía de Cochinos de 1961 y que finalmente fracasó. 

La píldora, según los informes desclasificados, fue desarrollada por la División de Servicios Técnicos de la CIA y “tenía los elementos de rápida solubilidad, alto contenido letal y poca o ninguna trazabilidad” y se hicieron nada menos que seis.

Aunque en How to Feed a Dictator Szablowski señala que hubo muchos intentos de envenenamiento, los informes se refieren a este complot como un simple proyecto que “se canceló poco después del episodio de Bahía de Cochinos” y del que Peter Kornbluh, director del proyecto Cuba del DNSA, destacó que “al igual que la derrota de los invasores dirigidos por la CIA en Bahía de Cochinos marcó un punto de inflexión histórico para la joven revolución”.

Kornbluh añadió que era el “comienzo oficial de la era post Castro marca un importante punto de inflexión para el futuro de Cuba”.

Raúl Castro, otro objetivo

En el VIII Congreso del Partido Comunista (PCC), que se inauguró el pasado viernes 16 de abril en La Habana, Raúl Castro fue sustituido por el presidente Díaz-Canel como Primer Secretario del PCC, algo que, por cierto, ya se veía venir. 

Los documentos desclasificados empezaron a difundirse con motivo del congreso y en ellos también figura un accidente de avión simulado y organizado por la CIA cuyo objetivo iba a ser el hermano de Fidel. 

El atentado se iba a producir en un vuelo entre La Habana y Praga en el que viajaban Raúl Castro y otros miembros del PCC.

El encargado de la CIA en Cuba en 1960, William J. Murray, analizó el plan con el piloto cubano José Raúl Martínez, que trabajaba en aquel momento en Cubana Airlines y le ofreció “10.000 dólares o una cantidad razonable que supere esta cifra” para “incurrir en riesgos de organizar un accidente”.

El piloto ya había sido reclutado anteriormente por la CIA y pidió que Estados Unidos le asegurase que se encargarían de educar a sus hijos si él moría, indicó el Archivo de Seguridad Nacional.

Sin embargo, el complot no se produjo porque el aviador no pudo organizar un accidente en el vuelo de regreso, que tuvo lugar el 21 de julio de 1960. Los conspiradores habían valorado la posibilidad de un recalentamiento del motor en tierra o de un amerizaje “a unas tres horas de Cuba”.

Por lo visto, Murray había recibido previamente una contraorden que anulaba el complot, pero no pudo informar al piloto. 

Esas solo fueron dos de las veces en que la CIA trató de eliminar a los Castro y fracasó.