Filantropía en la era de la diversidad
El mundo de la filantropía evoca imágenes de hombres y mujeres adinerados luciendo tuxedos y pieles en fiestas y galas de lujo. El estereotipo es merecido -…
Pero, igual que el país en sí, la naturaleza de la filantropía también está cambiando. Lo que antes estaba reservado para la flor y nata, ha cruzado las fronteras socioeconómicas para poder encabir en la mesa a una población mucho más diversa.
“Ser rico no es algo nuevo. Tampoco ser solidario. Pero la idea de usar el patrimonio privado de forma imaginativa, constructiva y sistemática para poner solución a los problemas fundamentales de la humanidad sí es novedosa”, dice la famosa frase con que John Gardner, fundador de Independent Sector, se refirió a la filantropía, un hábito cuyos orígenes se remontan varios siglos atrás, al Imperio Otomano.
A medida que la filantropía se iba haciendo más común entre las clases altas, fue desarrollándose un efecto patriarcal. Los ricos se veían a sí mismo como patronos y benefactores de los pobres que, atrapados en su clase social, no tenían esperanzas de poder ascender. Pero cuando las divisiones de clase fueron desapareciendo, también fue desapareciendo la idea de filantropía patriarcal. En lugar de donantes que actúan como padres o madres de personas, la filantropía acabó convertida en una especie de oportunidad cívica para las ciudades en apuros.
Webs como Kickstarter y GoFundMe representan el llamado mercado libre de la filantropía, en el que la gente corriente puede contribuir a varias causas, desde provisiones para mutuas de salud para personas que han sufrido un accidente o una enfermedad inesperada, a causas políticas. Por ejemplo, la página de crowdfunding de Standing Rock, cuyos miembros protestan por la construcción del Dakota Access Pipeline, un oleoducto que cruzará territorios de los Nativos Americanos, ha conseguido levantar en solo seis meses 1,5 millones de dólares de más de 36,000 donantes particulares. Algunos de ellos solo han contribuido con 5 dólares, mientras que otros han donado 200 dólares o más. Este tipo de filantropía está al alcance de cualquiera con un ordenador y una cuenta bancaria, abriendo las puertas a una nueva forma de captación de fondos más democrática.
“No tienes que ser Bill Gates para ser un filántropo”, opina Alexandra Aquino-Fike, vicepresidenta de desarrollo de Hispanics In Philantropy (HIP). “Puedes donar 5 dólares y seguir siendo filántropo”.
En el año 2011, HIP y la Foundation Center se unieron para analizar qué porcentaje total de las donaciones en dólares se destinaban a las comunidades Latinas, y descubrieron que menos del 2% de los fondos nacionales acaban beneficiando a organizaciones de ayuda a los Latinos.
“El retorno que se obtiene al invertir en la comunidad Latina es transformador”, dice Aquino-Fike. “Hoy más que nunca, dado lo sucedido esta semana [con las elecciones presidenciales], estamos apunto de redoblar el liderazgo y la voz Latina, asegurándonos de que hacemos pública la verdadera narrativas de las contribuciones de nuestra comunidad, la generosidad de nuestra comunidad”
Entre 2002 y 2014, HIP se ha aliado con otras 30 organizaciones locales, donando más de 4 millones de dólares en becas a organizaciones sin ánimo de lucro de la región de Filadelfia. Entre ellas está 12Plus, que trabaja para mejorar la igualdad de educación, y el Norris Square Neighborhood Project, un centro de enseñanza bilingüe en el norte de la ciudad.
A pesar de estos logros, la filantropía tradicional sigue encabezando las donaciones de beneficencia en Filadelfia. Su presencia está atada a la historia de la ciudad desde los origenes de la fundación del país. Actualmente, en la “ciudad del amor fraternal” hay 618 becas disponibles, el equivalente a unos 111.5 millones de dólares. El dinero proviene de 233 donantes y se destinará a más de 5,000 beneficiarios, según el informe de la Foundation Center. Estas becas se dividen en cinco tópicos principales - campañas, elecciones y votaciones; participación ciudadana; gobierno; medios de comunicación y otros.
De lejos, la mayor parte de esta filantropía - unos 64 millones de dólares- se destina al periodismo, un dato poco sorprendente, dada la relación existente entre los grandes donantes y los grandes medios de la ciudad. En Filadelfia, de hecho, los medios de comunicación más grandes forman parte de una cadena creada cuando el filántropo local H.F. Gerry Lenfest donó sus acciones del Philadelphia Inquirer, el Daily News y philly.com a la Philadelphia Foundation, una organziación sin ánimo de lucro. La nueva estructura permite a la filantropía financiar el periodismo local - fundaciones, corporaciones privadas y otros benefactores adinerados pueden ahora aportar su dinero directamente a iniciativas y proyectos periodísticos específicos.
Lenfest, de 85 años, es uno de los filántropos más destacados de la región. Ha contribuido con cerca de 1,3 billones de dólares a más de 1,100 organizaciones a lo largo de su vida. Su carrera como periodista empezó en 1970, cuando dejó la abogacía para convertirse en el director editorial de la revista Seventeen. En 1974, adquirió dos cadenas de televisión por cable, Suburban y Lebanon Valley, que más tarde vendió a Comcast Corporation 2000. En el año 2014, compró en subasta la Philadelphia Media Network, a la que pertenecen el Inquirer y el resto de sus socios, por 88 millones de dólares. La donación de sus participaciones en PMB a la Philadelphia Foundation, a la que dotó con 20 millones para llevar a cabo el experimento llamado Institute of Journalism in New Media, sirvió para crear un laboratorio independiente dedicado al estudio del futuro del periodismo. El Instituto “invertirá y respaldará iniciativas innovadoras en el terreno de los medios de comunicación a nivel nacional, con un énfasis especial en las oportunidades que surjan en áreas metropolitanas como Filadelfia”, puede leerse en su declaración de intenciones.
“De todas las cosas que hecho, ésta es la más importante”, dijo Lenfest en Enero. “Porque se trata de periodismo”.
A la cabeza de la Philadelphia Foundation está Pedro Ramos, el primer Latino en ocupar dicha posición directiva en nuestra región. Ramos ha prometido apoyar la movilidad social en Filadelfia y promover la educación, la inclusión y la igualdad. En la actualidad, la fundación se encarga de administrar 900 instituciones benéficas y contribuye con más de 20 millones de dólares en subvenciones y becas escolares. Entre ellas hay diversas organizaciones Latinas, como el Taller Puertorriqueño, Congreso, Asociación Puertorriqueños en Marcha (APM), Esperanza, La Comunidad Hispana, Norris Square Community Alliance (la antigua Norris Square Civic Association), Artistas y Músicos Latino Americanos (AMLA), Aclamo, Juntos y el Philadelphia Latino Film Festival (PHLAFF).
La forma con que Ramos se ha puesto al servicio de la comunidad Latina desde las altas esferas políticas es una señal de cómo están funcionando las filantropías desde hace unos años. La Knight Foundation, con oficinas en Filadelfia y diversas ciudades de los Estados Unidos, invierte en iniciativas de periodismo, artes y compromiso social. Esta última área ha sido especialmente importante para la fundación, creada por dos hermanos ex-periodistas, ya que trabaja para promover la participación social en diferentes niveles socioeconómicos. El programa Knights Cities Challenge, por ejemplo, invita a los individuos y organizaciones de 26 ciudades diferentes, incluyendo Filadelfia, a postular por una beca de 5 millones de dólares. La idea es que se presenten proyectos innovadores e interesantes para atraer y retener el talento en las diferentes comunidades, expandir las oportunidades económicas y promover un sólido compromiso cívico. Cualquier persona puede postular por estas becas y ganar fondos para financiar la implementación de la idea durante un año entero. Entre los ganadores de la región de Filadelfia de los últimos años figuran el plan para embellecer la piscina pública de Francisville, con el fin de lograr un espacio comunitario más acogedor y atractivo. A la ciudad le gustó tanto la idea que ahora el Departamento de Parques y Recreo planea expandir este modelo de piscinas de quitaypon, o “pop-up”, con sus muebles de diseño e instalaciones de arte, a otras piscinas públicas de la ciudad.
“Pedimos que los retos presentados cuestionen la visión de futuro de la ciudad de aquí a 10 años”, explica Patrick Morgan, director de programas de la Knight Fundation en Filadelfia.
Cuando se trata de filantropía, la representación cuenta mucho. HIP fue fundada pensando que cuanto mayor sea el número de Latinos tomando decisiones y trabajando entre bastidores, entonces más comunidades se beneficiarán de los recursos y becas. Sin garantizar esta representación, las comunidades latinas corren el riesgo de no tener garantizados sus derechos, o peor.
Al comprender que miles de Latinos viven en zonas pobres, HIP anima a la gente a que haga pequeñas donaciones aquí y allá. La organización creó un hashtag: #LatinosGive, para dar a la gente una oportunidad de hacer filantropía a su manera, desde pequeñas contribuciones monetarias, a organizar movimientos de activismo social. La idea es capitalizar “el espíritu de generosidad” de los Latinos y expandir la conciencia de que muchas organizaciones necesitan financiación para seguir adelante con sus proyectos.
“Los Latinos somos generosos”, insiste Aquino-Fike. “Donamos algo cada día de formas muy diferentes, desde nuestro tiempo a nuestro dinero”.
Nota: Únase a HIP el próximo 29 de noviembre para celebrar el Giving Tuesday. Use el hashtag: #LatinosGive en las redes sociales y muestre lo que usted hace por empoderar a las comunidades.
The Philadelphia Foundation
Knight Foundation
Knight Foundation es una fundación de ámbito nacional con fuertes raíces locales. Invierte en periodismo, arte y proyectos de mejora de las ciudades donde los hermanos John S. y James L. Knight tuvieron en su día periódicos. Su objetivo es promover comunidades más comprometidas y mejor informadas, un factor esencial para garantizar una democracia sana.
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